Capítulo IX: Desperate

Start from the beginning
                                    

Cuando Pansy se giró para irse con Draco, quien la esperaba en la puerta de la clínica, Heather la agarró del brazo suavemente. La mujer se giró y miró a la psicóloga con sorpresa, la mujer le sonrió cálidamente y la soltó.

—Pansy —comenzó—, tengo una pregunta.

Extrañada, la pelinegra la hizo un gesto a Draco y se giró completamente para encarar a la mujer.

—Usted dirá.

—¿Qué suceso importante ocurrió cuando Draco estuvo en prisión? —Pansy frunció el ceño con confusión y miró de forma interrogante a la mujer.

—No sé a qué te refieres.

—Por la manera en la que Draco actuó tras contarme un par de cosas creo que algo ocurrió cuando él ya estaba en prisión, algo que le dolió y que fue uno de los motivos por los que cada vez se fue cerrando más.

La pelinegra se quedó en silencio durante unos minutos antes de alzar su vista y mirar a la psicóloga, la realización brillando en sus ojos. Volvió a mirar hasta la zona donde estaba Draco y tragó saliva, sus ojos se humedecieron lentamente y suspiró.

—Murió —susurró con pesar.

—¿Quién? —cuestionó la mujer.

—Narcissa, su madre, murió unas pocas semanas después de que lo encerrarán.

Heather asintió con compresión y tras unas pocas palabras más Pansy se fue con Draco, este frunciéndole el ceño al ver que se negaba a decirle nada. Sabía que ambas habían estado hablando de él y que, sin duda, era algo que estaba estrechamente relacionado con sus recuerdos más dolorosos. Pansy parecía ser experta en leer esa parte de su vida.

...

Hermione dio un brinco sobre su asiento cuando Ginny entró azotando la puerta con fuerza, sus pelirrojas cejas frunciéndose en su dirección y una mirada recriminadora en su cara. Encima de presentarse en su trabajo sin avisar, venía con esa actitud. Hermione la miró con una ceja arqueada.

—Ginny, no entres así, que no es tu casa —exclamó la castaña.

—¡Malfoy te dijo que te quería! —exclamó y Hermione no sabía si estaba emocionada o no.

—No sé de qué me hablas.

Ginny arqueó una ceja y la miró inquisitiva. Hermione no quería pensar en lo sucedido con Malfoy, todavía estaba buscando una forma de enfrentarse a toda esa situación.

—Quizá de que la razón por la que saliste corriendo después de hablar con Parkinson hace unos días y por la cual me has evitado es que interrogaste a Malfoy y este te dijo que te quería.

Hermione agachó la mirada, su ceño frunciéndose considerablemente.

—No estaba huyendo —se defendió.

La pelirroja soltó una risa irónica y tomo asiento frente a su amiga, su mirada clavada en la cabeza agachada de Hermione.

—Herms, sabes que puedes contarme lo que sea —dijo con tono conciliador—. Puedes confiar en mí.

La castaña se mantuvo en silencio, su mirada marrón clavada en los papeles frente a ella hasta que aceptó que no podía ocultarle nada a su amiga.

—Malfoy me dijo que me quería —concedió.

—Vale... —Ginevra tomó aire—. Pero eso ya te lo había dicho cuatro años atrás, ¿cuál es la diferencia?

—Y-yo pensé que era una broma —balbuceó—. Pensé que lo que había dicho era falso, que lo dijo para hacerme sentir culpable o algo retorcido, no sé.

—Hermione, sinceramente creo que Malfoy es, o al menos era, una persona que no bromearía con sus sentimientos. —Hizo una pausa—. Ni siquiera era consciente de que tenía sentimientos y quizás eso lo haga mucho más creíble.

La chica soltó una risa amarga y subió su mirada para observar a la pelirroja.

—Parecía tan sincero, Ginny —dijo y tragó saliva—. Parecía tan roto cuando me lo dijo. Me impactó.

Ginny se levantó y abrazó a su amiga cuando llegó a su lado, sus brazos apretándose alrededor de ella buscando reconfortarla. Era consciente de que la personalidad de su amiga la llevaría a dar vueltas una y otra vez al tema, lo había hecho en el pasado y lo estaría haciendo ahora.

—¿Qué piensas hacer? ¿Vas a hablar con él otra vez?

—Necesito respuestas —susurró—. Necesito saber por qué nunca me lo dijo, por qué esperó al juicio, por qué se enamoró de mí...

—Pues entonces espera, sé paciente y no hagas nada estúpido como lo que hiciste el otro día —aconsejó—. Blaise me dijo que él está tratando de superar esos cuatro años de Azkaban, y tú acorralándolo no es una buena forma de superarlos.

Hermione asintió quedamente.

—Espera y acércate a Malfoy poco a poco, y cuando estéis preparados, los dos —aclaró—, hablar y solucionar lo que tengáis que solucionar.

La castaña iba a contestar pero se oyeron dos golpes en la puerta antes que la cabeza de Blaise se asomase. El hombre sonrió en grande cuando las vio a ambas y se adentró en el despacho, apoyándose contra la puerta.

—Ey, chicas, iba a ir a comer, ¿queréis venir?

—Sí —aceptó Ginny al instante—. ¿Herms?

—Ir ustedes, yo quiero adelantar un poco de trabajo.

Ambos asintieron y la pelirroja salió de la oficina con Blaise. Pocos minutos después volvieron a tocar la puerta, Hermione no se molestó en alzar la mirada de los documentos y habló lo suficientemente alto para que su inesperado visitante la escuchase.

—¿Qué se te olvidó, Ginny? —cuestionó la chica.

—No soy Ginny. —Hermione levantó la mirada, sorprendida, y tragó saliva.

—Hola, Pansy.

La pelinegra se sentó frente a ella y clavó su mirada en la mujer. Parecía molesta con ella y Hermione estaba segura de cuál era la razón para su visita.

—Creo que debemos hablar —dijo la visitante.

Hermione frunció el ceño y se acomodó en la silla. Analizó sus palabras y se tomó unos segundos para mirar fijamente a Pansy antes de responder a su pregunta, fingiendo no saber de qué quería hablar la mujer frente a ella.

—¿Sobre qué?

—Sobre Draco y lo que siente por ti.

Redención [Dramione]Where stories live. Discover now