Capítulo VIII: Black

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—¡No! —Hermione exclamó cuando vio sus intenciones, agarrándolo de la muñeca para frenar su huida—. Respóndeme, Malfoy.

—Granger —rumió él—. Suéltame.

—Respóndeme —exigió.

—Te dije que estaba enamorado de ti, ¿no te pareció eso suficiente respuesta? —explotó él.

Hermione tragó saliva, bajando un poco la mirada. Se acordaba perfectamente de eso, no había podido parar de pensar en esas palabras que el chico había pronunciado cuatro años atrás pero no eran suficiente explicación. No era algo compresible para ella.

¿Cómo podía estar Draco Malfoy, fiel defensor de los «sangre pura», enamorado de ella, una hija de muggles?

No tenía sentido y si lo que él había dicho era cierto, quería saber qué lo llevó hasta ese punto. Por qué ella, de entre todas las personas.

—Dime la verdad —pidió.

Draco soltó un gruñido ante la insistencia de la chica, sintiéndose completamente acorralado y agobiado por la situación en la que se encontraba. Una y otra vez siendo acribillado por diferentes acusaciones, después de explotar contra sus amigos lo que menos necesitaba era a Hermione a menos de dos metros de él y con esa mirada decidida en la cara. Nunca había sido bueno lidiando con sus sentimientos y que Granger viniese ahora a exigirle una respuesta a aquella jodida confesión lo estaba hundiendo.

—No, déjame en paz —dijo entre dientes y Hermione apretó sus dedos alrededor de su muñeca—. Granger, suéltame.

—¡Dame una jodida respuesta!

—¡Estoy enamorado de ti! ¿No te parece eso suficiente explicación? —exclamó él comenzando a respirar aceleradamente—. ¡¿Tan jodidamente difícil es de creer?!

Hermione abrió los ojos sorprendida, dando varios pasos hacia atrás mientras veía al chico comenzar a respirar agitadamente y como se llevaba una mano al pecho. No, sin duda ella no había estado preparada para volver a escuchar eso por parte de Malfoy, no estaba preparada para oír una reafirmación de la declaración que él había hecho años atrás.

—Malfoy —comenzó pero se paró cuando vio que el ya no la estaba mirando, ocupado tratando de calmarse y observando como sus ojos grises se oscurecían—. Malfoy...

Draco pulsó el botón para abrir las puertas y salió rápidamente del ascensor, yendo a toda prisa hasta una de las chimeneas y gritando la dirección de la casa de Pansy. Hermione tardó en reaccionar y cuando salió del ascensor Malfoy ya había desaparecido de su vista, con un suspiro rendido y la cabeza hecha un lío comenzó a caminar, parándose al oír un grito llamándola.

—¡Hermione! —Pansy salió de uno de los ascensores y corrió hacia ella—. ¿Has visto a Draco?

—Sí, él bajó conmigo y se alteró y entonces se fue y... —Hermione sintió un nudo en la garganta—. Me dijo que me besó porque estaba enamorado de mí, no lo entiendo. No lo entiendo. No lo entiendo, ¡joder!

Pansy vio como Hermione parecía a punto de entrar en pánico mientras la realización de lo que había podido ocurrir era procesada por su mente. Sin duda ese día era para echarle cosas en cara a Draco. Miró a Hermione fijamente y sopesó sus palabras durante unos segundos antes de volver a hablar.

—¿Le interrogaste? —cuestionó.

—¿Qué?

—¿Le preguntaste algo, Granger? ¿Le preguntaste acerca de lo que pasó en su juicio? —inquirió ella con brusquedad.

—Sí —contestó—. Necesitaba respuestas.

—¿Y no se te ocurre otra idea mejor que acorralarlo en un ascensor y atosigarlo con tus preguntas? —replicó molesta.

Hermione abrió los ojos sorprendida ante los reproches de la pelinegra.

—¿Y qué esperabas que hiciera? De otra manera no hubiera tenido la oportunidad para preguntarle —se defendió—. Después de que pasó en el despacho de Blaise pensé que...

Hermione se cortó cuando vio la mirada enfadada de Pansy.

—Y pensaste que después de escuchar una conversación privada podrías aprovechar su explosión de sinceridad y tratar de buscar respuestas en un Draco cabreado y agobiado, ¿no? —preguntó ella con rabia—. Genial, Granger, genial.

Pansy se dio la vuelta y se largó a una de las chimeneas gritando la dirección de su casa dejando que las llamas verdes la envolvieran. La mirada furiosa de la mujer fue lo último que Hermione pudo apreciar antes de que desapareciese.

—¿Hermione? —Ginny apareció detrás de ella, después de haber escuchado parte de su discusión con Parkinson—. ¿Hermione, estás bien?

Hermione simplemente negó con la cabeza y se dejó caer en el suelo, su mente siendo un completo caos alrededor de una simple oración:

Estoy enamorado de ti.

Mierda, Malfoy la seguía queriendo y ella no sabía lidiar con eso.

*********

—¿Draco? —Pansy entró dudosa al cuarto del chico, viéndolo sentado en una de las esquinas, su cabeza hundida en hueco que sus rodillas flexionadas creaban.

—Quiero estar solo, Pansy.

—Draco —comenzó ella—. Sé lo que pasó con Granger.

Draco hizo una mueca y levantó la mirada, observando a la chica que ahora se encontraba acuclillada delante de él. Muchas cosas pasaron por su mente, desde la discusión minutos atrás con ella y Blaise hasta esa jodida forma tan agobiante que tenía Granger de exigir respuesta. Sintió una vez más esa presión en su pecho, asfixiándolo lentamente.

—No podía respirar —le confesó—. No estaba preparado para esa conversación, Pansy.

—Lo sé —suspiró ella—, pero Draco, jamás estarás preparado para enfrentarte a muchas situaciones que se puedan dar, no solo con ella sino con el resto de sus fantasmas si no te dejas ayudar —explicó con suavidad—. No nacemos sabiendo cómo lidiar con todas los sucesos de nuestra vida, no es tan fácil.

El rubio apoyó su cara en la palma de la mano que la pelinegra utilizaba para acariciarle suavemente la mejilla. Cerró los ojos y dejó pasar los segundos, disfrutando de la extraña calma.

—Debería serlo —dijo y luego miró a la mujer—. Me gustaría hacer todo más fácil, sé que no estoy bien, Pansy. Y me gustaría poder hacer frente a todo lo que pasa, por ti, por Blaise, por Granger y por todas esas personas a las que le debo explicaciones y con las que tengo cosas que tratar.

—No lo hagas por los demás, Draco —suspiró ella—. Hazlo por ti, empieza a hablar con Heather por ti.

—Sí —murmuró él tras unos segundos—. Sí, lo haré. Pero no me dejes solo en esto, Pansy.

Ella se sentó a su lado y lo rodeó dificultosamente con sus brazos.

—No te dejaré de lado, Draco. No lo volveré a hacer.

Cerrando los ojos él se apoyó suavemente en la chica y dejó que las manos en su pelo y la suave respiración de Pansy alejasen poco a poco sus demonios.

Al menos por un par de horas.

Redención [Dramione]Where stories live. Discover now