Después de un día aburrido de clases y el entrenamiento no tocaba hoy, que mejor forma de matar el tiempo que una película porno, o eso pensaba Ebumi. Después de todo sus padres no se encontraban en casa y posiblemente pasaría el fin de semana a solas.
Por lo que se le ocurrió ir a una tienda de sex shop, vería que película le llama la atención y posiblemente la compre. Para su suerte estaba abierta y al entrar se dirigió a la sección de películas y revistas, sin preocupación buscó alguna de su agrado.
Pero por alguna razón después de buscar bastante, ninguna le llamaba la atención, eso le comenzaba a molestar.
Rascando su nuca con irritación miraba cual de todas las películas (con llamativo nombre) elegiría, chasqueando su lengua se hincó para tomar una decisión...
*ding* *dong*
Sonó la campanita que avisaba la llegada de un nuevo cliente, nada que le importara pues estaba mas concentrado en las malditas películas.
—¡hola, cami! ¿Como has estado, chica? –una voz femenina que desprendía un tono coqueto y atrevido, saludó a la chica del mostrador.—
— ¡(___), linda! Que gusto verte, todo normal. ¿Vienes por algún juguete, traviesa? – la trabajadora le contestaba con el mismo tono coqueto y lleno de confianza a la que parecía ser su amiga.—
El rubio se sorprendió, "¿(___)?¿encontrar a esa maldita perra aquí? Es imposible" pensaba Ebumi, no podía ser ella, digo puede que sea una chica bastante provocativa y pervertida pero nunca se le cruzó a la mente que ella tuviera esas necesidades también. Dejó de darle vuelta al asunto pensando que tal vez sea otra chica con el mismo nombre que su amiga y prosiguió en su indecisión.
— ¿que comes que adivinas? Vengo por algo más divertido, los dildos normales ya me aburrieron. Vine por aquel que te había contado la semana pasada. – decía en un tono burlón manteniendo su plática con aquella chica.—
Las dos amigas mantenían en su platica, pero el werito no podía sacarse aquel pensamiento de la mente, tenia el mismo nombre que aquella chica que tanto lo molesta y agobia con sus acciones pervertidas y atrevidas, su voz sonaba similar más que al estar levemente retirado no lograba dar un "si o no" en la identificación de su voz. Ya harto tomó la primera que se cruzó en su camino agarrando al azar y levantándose para ir a la caja y pagar.
Un frío recorrió su espina dorsal de arriba hacia abajo al ver que efectivamente era aquella chica peli(__), esa preciosa chica sexy que lo volvía loco con sus estúpidas bromas pervertidas. Su rostro pasó de sorprendido a molesto, pues ella ahora sabía de su tendencia a la pornografía.
— ara~ pero si es mi lindo demonio rubio, ebumi~ – soltaba con total coqueteo mirándolo juguetona.—
Él se acerco a ella emanando furia, dando zancadas fuertes sin contestar a su coqueteo, se acercó dejando la película en el mostrador y con un rostro serio pero su seño fruncido, la tomó del cuello de su blusa escolar atrayéndola bruscamente a él.
—¿Qué mierdas haces aquí?- decía seco y cortante tratando de no explotar.–
—tranquilo, cielo~. ¿No se nota? Lo mismo que tú, busco algo de... — miró de reojo la película que había dejado en la caja.–...diversión~.—
Su sonrisa ladina demostraba que no le tenia miedo si no más bien se divertía hacerlo rabiar, era su juego preferido.
Ebumi enfurecido simplemente la soltó aventándola con brusquedad y sin decir nada mas que un chasquido de su lengua, se volteó a la caja y en silencio pagó de mala gana la película.
