Secretos

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–Hola!. -Ahora pienso, ¿Qué hace Isack a esta hora tocando la puerta de mi casa?- ¿Ha pasado algo?

–No, no ha pasado nada, sólo pasaba a disculparme, creó que me he comportado terrible hoy. -dijo algo nervioso-.

–No tienes nada de qué disculparte, la forma en la qué te hablé no fue la correcta, podemos platicarlo adentró. -señale hacia la sala- mis padres salieron puedes pasar.

–Gracias. -dijo caminado hacia la sala-. Creó qué no debí reclamarte por lo de la libreta, son tus cosas y no debo meterme, tienes razón, llevamos poco tiempo de conocernos para qué me portará de esa manera.

–Gracias por entender, pero si fui grosera y me gustaría explicarte pero no soy lo que creés, el que pases tiempo conmigo te pone en peligro, no quiero que nada te suceda y mucho menos a tus amigos, se han portado de la mejor manera y estoy agradecida pero de verdad no quiero hacerles daño o que les pase algo malo por mi culpa. -dije algo preocupada-.

–¿Pasa algo malo?. -pregunto- puedes confiar en mí, ¿Te hacen daño?, ¿Qué pasa Danna?

–Es algo que para tí puede ser una locura o un broma pero es totalmente cierto, no quiero que nada malo te pasé, creó que será mejor qué te vayas.-me levanto algo nerviosa pero Isack me tomo de la mano haciendo que me sentará nuevamente-.

–Vamos, confía en mí, tal vez pueda ayudarte. -dijo tomando mi mano-.

–Es qué ese es el problema, nadie puede ayudarme.

–Si hablas conmigo al menos podrás desahogarte, de verdad quiero ayudar. -dijo firmé, convencido de querer ayudarme, pero ¿Cómo puede ayudarme? Si lo mío no tiene solución.-

–Esta bien te contaré, pero prometeme qué esto será entre nosotros. -dije mirándole a los ojos-.

–Te lo prometo.

–Bien, verás yo tenía una hermana gemela, era mayor que yo por 5 minutos así qué apesar de todo ella me protegía, éramos inseparables, siempre hacíamos todo juntas, de verdad qué es imposible no imaginar qué tan felices éramos juntas pero hace dos años cambio todo, una noche cuando mis padres salieron a ella se le ocurrió la peor idea de todas, ella quería jugar y qué así pudiéramos dejar el aburrimiento, así qué buscó en internet juegos extraños de invocaciones y cosas así, al ver de qué se trataba creímos que era broma, que nada de eso era cierto y qué no nos pasaría nada, comenzamos el juego pero algo se nos salió de control, algo la había poséido esa noche al no concluir el juego correctamente, yo sólo la ví tirada convulsionandose, en cuestion de segundos me desmayé, no pude hacer nada, lo peor fue al despertar pues ella comenzó a tener una actitud muy rara, pasaron los días y todo era aún peor, se pasaba días en el cuarto encerrada, sin comer, sin hacer nada, cómo si esa noche ella hubiese muerto, trate de ayudarla pero ella era grosera conmigo, habían días qué no le aguantaba la mirada del miedo que le tenía, es qué si tú hubieras estado ahí Dios era horrible, la tensión era pesada cada día, comenzaban a pasar cosas en la casa, cosas raras, paranormales, mi hermana intento matar a mis padres mientras ellos dormian. -Isack no podía creer todo lo que le estába contando, lo podía notar en sus ojos-. El 15 de abril del 2016 se suicidó, la encontré yo al llegar de la escuela, mis padres habían salido aquél día, ellos le buscaban ayuda pero fue demasiado tarde, la ayuda terminó siendo para mí, pasaba noches sin dormir porqué su recuerdo me atormentaba, la culpa me perseguía noche y día, yo pude evitar todo si no hubiese dejado que ella jugará, pase un año en terapia porqué por las noches su espíritu me atormentaba, tome pastillas para dormir, mis amigos se alejaron y caí en una depresión tereible por su muerte, hace medio año que comenzaba a recuperarme pero todo se fue al carajo, se supone que nos mudamos para comenzar de nuevo pero no, porqué aún viene.

–N..no..no se qué decir, Danna lamento escuchar eso, quiero ayudarte a superar esto. -dijo-.

–Es que no lo entiendes, puede poseerme, puede hacerte daño o incluso a mis papás, era mi gemela ya lo hizo y por culpa de eso me internaron, se volvió un tormento, nos encontro, todos los que me rodean corren peligro.

–Te quiero ayudar con esto, encontraremos una solución. -dijo abrazándome-. Solo confía.

Un día cualquiera. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora