-De verdad lo lamento, por favor dame tu numero de cuenta y pagaré la tintorería-decía amablemente.
-No te preocupes no es necesario, no pensaba usar más esta camisa-en realidad no quería limpiar un recuerdo de mi primera escapada en esta ciudad, además no era una mancha muy grande.
-¡_______!-escuche el grito a unas calles atrás de mi, era Christopher con Félix llegando a su lado, miré al chico asustada y salí corriendo entre unas calles hasta entrar a una tienda con fachada verdosa.
-¿Qué buscas?-decía un hombre con una cicatriz en el labio y tatuado por todas partes, abrí mis ojos de lo asombrada que estaba al ver algo que no era común.
-Yo...busco el camino hacia la avenida-dije firmemente
-Una chica como tu no deberia estar en un lugar como este-decía un tipo delgado con cabello mal decolorado y dientes plateados, el tipo dejó unas cartas de poker en la mesa y se paró enfrente mió tomó un mechón de cabello mío y lo olio, me empecé a sentir incomoda y retrocedí.
-Lo encontraré yo misma-decía con mis manos en puño lista para salir de ese lugar que al parecer era un local de tatuajes de mala muerte,con un olor desagradable a incienso, cigarrillo y soju.
-¿Por qué no te nos unes un rato?, al parecer las estudiantes como tu les encanta divertirse-decía el tipo tatuado tomando mi chaqueta y jalandome hacia el.
-¿Estás loco?¿crees que alguien como yo jugaría eso?-decía ofendida
-¿Qué demonios mocosa?¿A quién llamas loco?-decía furioso el hombro
-¡Hey a quien llamas mocosa!-grite haciéndolos retroceder
-No sabes lo que dices, aún tienes tiempo de rogar por tu pescuezo
-¿Rogar?,por favor, se nota la poca clase que tienen-dije colocando unos mechones de cabello detrás de mí
-Estas colmando mi paciencia maldita perra- dijo el tipo delgado sacando una navaja de su bolsillo
-¡Eso es ilegal!-grité haciéndolos irritar, uno de los tipos se abalanzó hacia mí cubrí mis ojos con mis brazos pero sentí un ligero aire por mi rostro y después escuche como algo pesado caía al suelo, abrí mis ojos era Christopher, le dio un puñetazo haciéndolo sofocar y caer al suelo, Félix llegó y me tomó del brazo.
-Salgamos de aquí-le dijo a Christopher jalandolo del cuello de su chaqueta, salimos corriendo hacia la avenida principal no miramos si nos seguían, cuando de la nada salió una caravana de estudiantes logrando zafarme de Félix, me escondí entre los estudiantes y camine entre las calles hasta encontrar la calle del atajo que tomaba Franco cuando había carnavales y cerraban la avenida principal, camine unas cuadras pero me detuve en una tintorería, entre y una señora de cabello rizado me miró amablemente.
-Disculpe, ¿sabe cuanto cuesta quitar esto?-La señora me reconoció, Franco a veces recogía sus uniformes aquí, su cara cambió y me dijo.
-Lo siento, no puedo hacer trabajos para ti sin la aprobación de tu padre-no comprendía a qué se refería.
-El me mando, tiré algo de jugo y me pidió que viniera aquí.-dije mintiendo un poco
-¿Tu padre vienen contigo?-decía la señora mirándome desconfiada y después detrás de mí
-El está de viaje, por eso vine con usted a que me ayude con esto-decía creando un lío
-Creí que él te había mandado, es mejor que te vayas, después puedes mandarmela con Franco, ahora vete a casa-decía la señora sacándome de la tintorería.
