Capítulo 50: Tranquilidad

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   Jeongyeon se encontraba sentada a lado de Mina. Ambas estaban en la sala del departamento. Mina estaba concentrada en la pantalla de su celular, jugando uno de sus tantos juegos, mientras su novia sólo la observaba. La coreana le había asegurado a la japonesa que estaba bien si jugaba, y era verdad, Jeongyeon estaba feliz con sólo ver el perfil de Mina. Su expresión concentrada y sus leves susurros cuando ganaba o perdía la hacían reír, principalmente porque no entendía ninguno porque le era imposible escucharlos.

  — ¿De qué te ríes? — Preguntó Mina, apartando por un segundo su vista de la pantalla para mirarla.

  — Nada — dijo con una sonrisa la mayor. Mina regresó su vista al juego murmurando algo. — Por cierto, tengo algo importante que contarte.

   Casi al instante Mina salió del juego para mirar a la chica. La japonesa dejo su celular en algún lado del sofá y se acomodó en éste para mirar mejor a Jeongyeon. — ¿Qué es?

  — Hablé con Chaeyoung, al fin pude mantener una conversación con ella después de... Ya sabes. — Mina asintió. La japonesa sabía que Chaeyoung y Jeongyeon no hablaban, demasiado, desde que ella y Jeongyeon se habían hecho novias. La coreana se sentía culpable por esto, a pesar de que Mina le aseguraba que ella no tenía la culpa de nada.

  — ¡Me alegro por ustedes! — Mina sonrió mientras tomaba la mano de Jeongyeon. — ¿Fue incómodo? — Preguntó, mientras apretaba la mano de la mayor. — Sólo al principio, supongo que aún debe ser difícil para ella. Pero después de unos minutos, todo fue más agradable. — Jeongyeon sonrió mientras jugaba con las manos de Mina.

  — Jeongyeon. — Mina la llamó, la coreana levantó la vista para encontrarse con los ojos de su novia. — Sé que te sientes culpable todavía, aunque no tienes porque estarlo. Te lo he dicho antes, me enamoré de ti, y no tienes la culpa de eso. — Ella sonrió. Jeongyeon se perdió por un momento en aquella sonrisa, cómo podía ser tan linda.

  — Lo sé, Mina. Sólo estaba algo preocupada pero ahora que hablé con ella ya no lo estoy más. Chaeyoung, en realidad, todas son importantes para mí y me interesa que estén bien. — Jeongyeon bajo su vista, mirando las manos de ambas entrelazadas. — Además, cómo me puedo sentir culpable de amarte.

  Mina sintió sus mejillas sonrojarse, ella realmente no estaba acostumbrada, por completo, a las tiernas palabras de Jeongyeon. — ¡Oh! Estás sonrojada — se burló la mayor. Mina la golpeó suavemente en el hombro. — ¿Demasiado cursi? — Preguntó Jeongyeon.

  — Esta bien — dijo Mina, sus mejillas aún estaban un poco rojas. Jeongyeon sonrió y se acercó a Mina para besar suavemente sus labios, la mejillas de Mina volvieron a encenderse mientras Jeongyeon jugaba con ella.

[...]

Al día siguiente, Chaeyoung fue hasta la casa de Somi. La coreana estaba totalmente nerviosa, sus manos sudaban y sentía que las palabras no podía salir de su boca.

— ¿De qué quieres hablar unnie? — Preguntó Somi al notar que Chaeyoung no se atrevía a hablar.

La mayor no fue capaz de contestar la pregunta. Logrando que Somi se pusiera nerviosa. — ¿Es sobre mi confesión?

La habitación quedo en silencio de nuevo. — Sí, es sobre eso — habló insegura Chaeyoung. Su voz había salido temblorosa, era casi igual a la vez que se había confesado a Mina. — Nosotras, en realidad yo... Hace poco descubrí mis sentimientos por alguien más, recien comienzo a entender como funciona todo esto. Somi, yo en realidad creo... Por este momento no puedo contestar a tu confesión pero, quiero intentarlo, es decir, si quieres podemos intentarlo. — Chaeyoung miró a la menor. Se sentía algo tonta po su discurso anterior, todo había sido tan confuso que no estaba segura si Somi la había entendido. A pesar de esto la menor le sonrió.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora