Después de la Muerte

El segundo nivel

<<Requisitos del segundo nivel>>

El segundo nivel consistía en un universo paralelo ubicado entre la vida y la muerte. En él descansaban almas jóvenes con cuerpos indemnes, cuerpos con vibraciones y energías cósmicas  especiales, que habían muerto injustamente y que tenían cosas sin resolver en la tierra y la facultad de regresar de la muerte física. A esos seres humanos  se les brindaba la posibilidad de vivir una segunda oportunidad en la tierra si varias condiciones eran cumplidas.

Se trataba de un nivel al que solo algunos elegidos  ingresaban, tres o cuatro personas por año en todo el mundo, ya que no era fácil cumplir con  los requisitos para formar parte de ese espacio paralelo.

No era fácil hallar jóvenes de esencia pura, que no hubieran hecho mal al prójimo de manera intencional, que hubieran dejado la tierra sin perjudicar a nadie más que a ellos mismos y  que hubieran  hecho sufrir profundamente a personas desconocidas por su ausencia física.

Almas que con su sola existencia habían tocado  la vida de personas aún sin conocerlas en profundidad, almas que podían ser evocadas en el pensamiento por quienes los conocieron y quisieron en la tierra. Seres enmarcados en auras singulares y con poderes cósmicos,  psíquicos y empáticos especiales.

Ión Cameron,  cumplía con esos requisitos, a pesar de  sus conductas transgresoras en la vida humana que hacían dudar a algunos de los  integrantes del segundo nivel  sobre su readaptación, él vibraba como si estuviera vivo aún tiniendo el corazón detenido por casi cinco años, tenía un alma pura y fuerte, era un ser  que hubiera tenido posibilidades de vivir una grandiosa vida si resolvía sus contradicciones vitales con las drogas y los excesos en la adolescencia. Una persona amada y elegida por sus amigos,  admirado por muchas personas. Sociable y  poseedor de una capacidad empática envidiable, perceptivo y escurridizo. Su  inteligencia era notable, superaba a todos sus compañeros en lógica y matemática y ayudaba a resolver las tareas a los que no lo lograban,   un deportista ejemplar,  poseedor de  un altruismo singular para su edad.

Sus padres habían sido negligentes con él y no lo habían  cuidado lo suficiente. Lo amaban, pero se habían olvidado de cuidarlo en los últimos meses de su vida dejándolo sin despedida por la imposibilidad de elaborar su duelo una vez que conocieron sobre su muerte. Era indudablemtne algo  incapaz de ser  enfrentado por ellos. Ambos sin ponerse de acuerdo ni hablar sobre el tema, prefirieron negar su muerte, sin saber que con el acto de no registrar su muerte de manera simbólica, le permitían una segunda oportunidad en la tierra. El punto clave, el hecho de no inscribir su muerte,  ni nombrarla le  daba la oportunidad  a Ión de volver a vivir y en eso, ellos  habían sido especialistas.

Otras características importantes en el caso de Ión era que él no se había suicidado y que había recorrido aunque fuera corto,  un  camino de arrepentimiento. Y lo más importante, mientras su cuerpo se debatía entre la vida y la muerte,  había pensado en Mel como salida a sus conductas erráticas, había puesto esperanzas, en el amor y en una relación con ella  como salida a su problema.

El suicidio  de su madre dos años después de su muerte sin hablar del tema con nadie sumó otro 10 % a las posibilidades, algo que dio entonces aviso a los rescatistas del segundo nivel ya que era muy poco lo que le faltaba a Ión para regresar.  Con todas esas características y vibrando en altas ondas según las pruebas físicas de los especialistas del segundo nivel, él cumplía con más del 90 % de los requisitos para volver. Si nadie lo reclamaba para el sepulcro hasta el quinto año desde su fallecimiento y si algunas condiciones sin manipulación se daban en el futuro, él volvería a vivir una segunda oportunidad en la tierra.

Solo bastaba esperar.

En la tierra quedaba su padre con vida, quien por dolor y tristeza había hablado de su desaparición sin dar demasiadas aclaraciones  solo una vez con una prima a quien Ión jamás había conocido en persona. Así se iba perfilando el rescate de Ión en el segundo nivel.