day seven

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sinceramente no creí que alguien leyera todo esto, pero existen pequeñas personitas que les agradezco con mi vida por darle una oportunidad a esta cosita mal hecha, de verdad miles de disculpas a todos lo que leen esto. yo no pensé que ganaría la segundo opción, crei que seria la tercera sin embargo no lo fue. sin mas, les dejo leer lo más extraño que he escrito en todos mi inviernos viva.

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La primer imagen que los ojos de Joy le habían dado al despertarse fue como la luz del día caía en el rostro de Irene, en su hermoso rostro, parecía esculpido por los mismo dioses, más hermosa que Afrodita, que todos dioses y diosas existentes. Sus largas pestañas protegían sus bellísimos ojos que tenía, su respingada nariz, sus labios, oh, sus labios rosados, los más apetitosos que sus ojos vieron.



Acarició su rostro, eran sus últimos momentos apreciando aquella belleza, sucumbir o no al deseo de probar aquellos labios.





Despacio, lo haría despacio, tan solo era un diminuto beso, algo tan pequeño que estaba segura que la bella durmiente no lo sentiría.





— Irene... sé que estoy tomando malas decisiones pero, necesito hacer esto antes de cumplir con todo, de seguir con el propio destino que he forjado.





Con calma, posó sus labios sobre los rosados labios de Irene, solo fue un momento, uno contra otro, algo inocente.





La lágrima cayó en la mejilla de la mayor, luego otro más y así continuamente una detrás de otra caían. Irene abrió sus ojos despacio al sentir algo húmedo cayendo en su rostro.





Joy se separó de los labios de Irene.





— ¿Sooyoung...?





— Lo siento, de verdad, lo siento.





— No comprendo.. ¿qué... qué se supone que está pasando?





— No pasa nada, solo quiero decirte que lo lamento tanto, no era mi intención que terminará así.





— ¿Sooyoung... de qué estás hablando?





La menor se levantó de la cama, y corrió al baño.





Pensamiento negro.





Era la última flor que recibiría, las grandes raíces ya habían llegado a sus pulmones y su corazón, en cualquier momento le podrían asfixiar hasta la muerte. Esperar. Ya no podía esperar más, su vida esta estaba en limbo, en un frágil hilo que en cualquiera momento se rompería.





— ¡Sooyoung! ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? Pensé que...





La suave presencia de Joohyun llegó a su lado, le sostuvo el cabello, le acarició la cabeza, le limpió la sangre que caía la comisura de su labio.





— Debo ir. Hoy es último.





Joy se levantó con un poco de dificultad, la fuerza que había ocupado al vomitar más el fuerte dolor en pecho que comenzó al sentir la flor completa salir de su garganta.





Dejó a Irene en la entrada de la habitación con el rostro sorprendido, ya que la mayor pensaba que Joy no tenía nada, que se había deshecho de esos sentimientos el día anterior, que el amor por esa persona no existía.





hanahaki disease ;; joyreneWhere stories live. Discover now