En otro mundo

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Pasaron dos semanas y mi Instagram seguía sin volver a la normalidad.

Cada vez que una nueva foto inundaba mi pantalla de likes me hacía las mismas preguntas.¿De dónde sacaban mis fotos para los montajes?¿Quién podría estar interesado en darme una nueva vida en Instagram?¿Y si detrás de todo ello hubiese un acosador?.....Pero mis dudas se fueron diluyendo en la complacencia: empezaba a disfrutar de mi nueva vida online.

Colgaba fotos absurdas constantemente para que apareciesen nuevas imágenes. Entonces me quedaba mirándolas, imaginándome viviendo esa vida paralela. Leía todos los comentarios que me dejaban. Por primera vez en mi vida me sentía envidiada.

El problema es que salir se volvió muy aburrido. Todo me sabía a poco.

Llevaba los últimos años de mi vida escuchando a gente que me pedía que dejara de mirar el móvil y les prestase atención.Siempre lo había hecho por introversión. Pero ahora tenía un buen motivo para ello.

Empecé a faltar al instituto. Podía pasar días sin salir de casa. Volvi a ir cuando mi mama me regaño con que le dejaron una queja del instituto incluso preguntaron si estaba deprimida... Quería descubrir quién había detrás de todo aquello, pero no para que terminara, sino todo lo contrario

—¿Cómo podemos ayudarte?, insistían una y otra vez.

Me hubiese gustado pedirles ayuda. Pero no me habrían entendido. Mi único deseo era descubrir quién o qué se escondía detrás de eso. No para terminar con ello. Sino porque quería irme a vivir allí. Lo intenté todo.

Busqué la información EXIF de las fotos. Pero entonces recordé que Instagram la eliminaba por defecto.Intenté pedir ayuda en foros de Internet. Pero nadie parecía entender exactamente cuál era mi problema.Empecé a comentar en mis propias fotos como un náufrago que manda mensajes en una botella. Pero las palabras que aparecían en la pantalla no eran las que había tecleado.

Estaba atrapada en una frontera extraña, sin poder salir de un mundo ficticio al que tampoco me dejaban pertenecer.

Entonces, le vi. Volvía a casa en metro cuando observé una cara que me resultaba familiar. Estaba convencido de que le conocía. Tardé unos cinco segundos en saber de qué: era uno de los tipos que siempre salía en mis fotos

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Los amo

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