Capítulo 26

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La sensación de calor bajo las sábanas era placentera, una delicia de dos cuerpos juntos en busca de contacto. La suave tela cubría solamente de la cintura para bajó, piernas enredadas, piel blanca y morena clara se fundían en un abrazo acalorado. Había pasado un tiempo desde la última vez que estuvieron juntas, que tuvieron intimidad, hace tanto tiempo pasó que se les había olvidado lo que se sentía ser amada, lo que era la felicidad. Pero, ¿cómo sentirse feliz? ¿cómo ser tan egoísta y hacerse de la vista gorda? sabiendo que su hija menor había muerto.


La nariz acariciaba la oreja, el aroma de mora azul inunda sus fosas nasales, las manos largas y blancas acariciaba el largo del cuerpo moreno, delgados dedos toman la mano más pequeña y entrelazan. Yellow ama a Blue, tanto que verla destrozada, rota, le causaba tristeza, pero ella lo demostraba de manera hiriente siendo fría y distante. Incluso había ocasiones en que era feliz, haciendo vidas miserables a segundos y terceros, disfrutaba de la infelicidad, eso le hacía sentir que aún había personas mas destrozadas que ella. Pero esta noche despejada, con vientos fríos acompañada de nieve, la mujer a quien ama, la única que pudo buscar el lado más cálido de su persona le esperaba con los brazos abiertos en busca de cariño y amor.


—Yellow. — habló aquella mujer de piel morena clara, sus labios carnosos entre abiertos estaba demasiado cerca del cuello largo de la rubia, el aliento era fresco, olor a menta. La rubia cerro los ojos al escuchar como aquella voz angelical pronunciar su nombre. Apretó más el agarre de su brazo. — esta noche quiero que te quedes conmigo. —


Yellow aspira el aroma entre los cabellos negros de Blue, saciando su cuerpo de ella. Desde la pérdida, no han estado juntas, Blue se encerró en su burbuja de tristeza, llorando día y noche, se cerró a todo y a todos, no quieria saber nada, solamente era ella con su tristeza. Yellow no tenía la paciencia de soportarlo, ella decidió no hablar más de lo sucedido, lo que causa el desequilibrio de la relación siendo acusada de no amar a su única hija. Desde esa vez, no durmieron juntas y mucho menos tuvieron romances nocturnos.


Yellow toma la barbilla de Blue, con mucho cuidado de no ser brusca y asustarla. La mira a los ojos una vez más y une sus labios en un beso. Yellow podía sentír los brazos delgados por su espalda, la uñas rasca ligeramente, los dientes de la ojo azul muerde su labio inferior para luego seguir con paso rápido el beso apasionado.

Los labios de la rubia besaba el cuello suave, dejando una estela de besos húmedos entre la barbilla y el hombro, los suspiros de placer salía con una delicadeza indecente. Su pierna larga se coló entre las morenas que se mantenía cerradas pero se relajaron al sentir ser acariciadas, las lenguas danzaban una con la otra, acostumbradas a la sensación.


El teléfono móvil de yellow sonó. Ninguna le tomo importancia, la mano de la ojos claros tomo la la cintura estrecha, tocando el hueso sobresaliente de la cadera, la piel se sentía porosa, era la reacción de la piel al erizarse bajo los toques de sus dedos. El móvil sonó de nuevo, un gruñido salió desde la garganta de yellow, pero Blue la toma de las mejillas y la besó para callarla. Su cabellera corta era jalado ligeramente, su cuerpo era consentido cuando sintió unos labios carnosos tomar uno de sus pequeños pechos redondos, Yellow tira la cabeza por atrás, sintiendo la sensación por todo el cuerpo. Ella decide tomar las riendas de nuevo y se coloca en el valle de los grandes pechos de Blue, le encantaba tanto eses perfectos cenos, tomo uno entre sus labios y chupa, gemidos, uno tras otro, su lengua hacia círculos al rededor de la areola. El móvil sonó de nuevo.

¿Para el amor no hay edad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora