Capítulo 1

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—Max—

—Tienes que estar de joda, solo faltan 24 días para la graduación. Literalmente el año ya terminó.— Reprochó Noah con algo de molestia arrugando la frente.— Noah, ¿Qué esperas que haga?, ¿que le diga que no a ese precioso culo que Ethan tiene?, ¡Ese maldito pelirrojo me tiene loco!— Contestó Alex con una sonrisa victoriosa.— Maldito gay de mierda.— Contestó Noah de mala gana.— Maldita sabionda con nombre de hombre.— Contestó Alex dejando a mi mejor amiga sin palabras. Yo no podía dejar de reír, esto dos tontos cada que peleaban usaban un dramatismo increíble para sus discusiones. Serían asombrosos actuando en una de esas telenovelas baratas.

—Basta chicos.— Dije tratando de no seguir riendo.— Vale, de todas maneras terminaré corrompiendo a tu crush, el cual resultó ser... Un maricón de mierda al igual que yo.— Dijo Alex victoriosamente mientras sonreía.— Como sea.— Dijo Noah de mala gana.

— Ya chicos, paren de pelear.— Dije levantándome del sofá. Tomé un par de jeans rasgados, un crop top blanco y mi ropa interior.— Iré a tomar una ducha, señoritas.

— Al parecer alguien ha quedado con el ojiazul.— Dijo Noah con una sonrisa perversa.— Matthew insistió en hacerme compañía en la azotea esta tarde. Además, viajó a la ciudad para visitarla, así que me ofrecí para darle unos cuantos recorridos durante estas dos semanas que se quede. — Dije y mis amigos explotaron a carcajadas.— ¿Visitar la ciudad o visitar tu culo, nena?— Respondió Alex con ironía a mi explicación. —¡Max, ese chico quiere partirte en dos!— Gritó Noah.— ¡Porno gratis!, ¡wohoo!— Ahora fue el griterío Alex el que invadió el departamento. Rodeé los ojos, me di media vuelta y me encaminé a mi habitación.



Me recosté en la cama y comencé a desvestirme, pero justo antes de terminar con aquel labor, decidí que aún me quedaba un buen rato antes de verme con Matthew, así que pensé en hacer lo que cualquier chica de 23 años y medio haría al no tener nada mejor que hacer.

Llamar a mi madre.

Mi madre y yo somos muy cercanas, hacía seis meses que no la veía. Es decir, desde las últimas vacaciones no he tenido el privilegio de comprar un boleto de avión para viajar a mi ciudad natal. El dinero es tanto un problema, no he podido recolectar lo suficiente como para viajar a Misuri, lo cual ha comenzado a deprimirme un poco. Extraño muchísimo a mi familia, a penas y puedo conformarme con las videollamadas.

Me hubiese gustado viajar allá para Navidad, extraño esa sensación de cercanía, de familia, de amor y de felicidad. 

—¡Max!— El grito de Noah y sus movimientos bruscos al entrar a mi habitación me sacó de mis pensamientos.— ¿Puedo usar tus converse negras?, hoy quiero tener un estilo algo vintagge.— Dijo la pelinegra.— Deberías aprender a tocar la puerta.— Dije un tanto desorientada.— Gracias.— Contestó tomando las converse y luego salió. Suspiré. 

Será mejor que me aliste de una vez por todas.



"Estoy arriba.", fue el mensaje que recibí de parte de Matthew antes de subir. 06:00, pronto estaría el atardecer, no me lo quiero perder.

OssessioneWhere stories live. Discover now