Blue.

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A Liam le gusta ir a la escuela, claro que le gusta ir.

Le gusta su uniforme de deportes y le gusta su mochila verde, llena de cuadernos y colores brillantes. Le gusta que su mamá prepare batido de fresa y también le gusta que la Señorita Clairy le ponga caritas felices o estrellitas brillosas cuando hace bien las letras. Le gusta compartir su almuerzo con Zayn y jugar futbol con Louis durante el recreo, le gusta ayudar a Harry cuando no entiende las palabras difíciles que la Señorita Clairy dicta y le gusta contarle a mamá todo lo que hizo en el colegio, lo que aprendió y lo bien que se la pasa.

Y, aunque las vacaciones de invierno han sido increíbles, Liam se siente feliz el primer día de clases. Se levanta muy temprano, cuando su madre le dice que es hora, y se mete a bañar sin entretenerse mucho. Mamá lo deja lavarse solo el pelo y le ayuda a secarse para que no se haga tarde; le pone su uniforme y arregla su cabello antes de darle leche con galletas.

— ¿Qué juguete quieres llevarte hoy, cariño? — Pregunta su madre ante de que él corra al baño para lavarse los dientes. Piensa por un momento, decidiendo entre el maravilloso auto a control remoto que sus padres le han dado por Navidad o si quiere llevarse el robot que le regaló su abuela.

— Hum, quiero llevar mi robot. — Contesta él y su rostro se ilumina con una sonrisa genuina porque sabe que a Louis le gustará el robot y van a pasar un buen rato jugando. — Mañana puedo llevar mi auto, ¿verdad, mamá? — Karen asiente a modo de respuesta y entonces Liam se apresura a lavar sus dientes mientras mamá guarda el robot en su mochila.

Tal vez Zayn también tenga un nuevo juguete y puedan divertirse los cuatro, quizá Ed lleve su guitarra de juguete y tal vez Louis al fin pueda mostrarle el balón que le han dado por su cumpleaños, un día antes de Navidad.

***

Liam va contando los carros negros que ve camino a la escuela pero se aburre demasiado pronto porque sólo sabe contar del uno al dieciocho y le cuesta mucho trabajo seguir la numeración. Se entretiene entonces con los colores a su alrededor.

Hay algunas casas coloreadas de gris, como el cabello de la abuela. Hay nubes blancas y esponjosas como las flores que a veces papá lleva para su mamá, hay árboles con hojas verdes como su mochila o los ojos de Harry, hay una mujer caminando delante de ellos con un vestido rojo, similar al cabello de la Señorita Clairy…

— ¡Mami, ese es color café como la mascota de Zayn! — Anuncia cuando ve a un hombre portando un traje del color que ha dicho. Karen sonríe sin poder evitarlo. — ¡Es café!

— Muy bien, Liam, pero no debes señalar a las personas. — Liam baja su dedito cuando cae en su error. El hombre se ha dado cuenta, pero no hace más que dedicarles un gesto amable al que Liam contesta con una sonrisita inocente.

Porque ese es el efecto que Liam tiene sobre las personas. Con sus mejillas regordetas y mirada dulce, Liam siempre le agrada a los adultos y a los demás niños. “Es un niño muy lindo y educado, es fácil que las personas se encariñen con él”, acostumbra decir la Señorita Clairy al final del día, cuando Karen pregunta cómo se ha portado. Y a Liam le gusta que la gente piense así de él.

— ¿Qué color es ese? — Inquiere su mamá mientras siguen caminando. Ella apunta hacia una casa inmensa, en donde seguramente hay muchos cuartos para jugar y correr.

— Es rosa — Responde Liam con seguridad. — Como el vestido favorito de Ruth.

— ¿Y de qué color es el cielo?

— ¡Es azul! — Exclama dando un saltito entusiasta. — Es azul como… er, no sé de nada azul. — Se muerde el labio inferior, intentando recordar algo azul que sea importante o muy bonito. Piensa en los ojos de Louis, pero no son azules como el cielo porque algunas veces tienen detalles grises.

Blue.Where stories live. Discover now