Virgo (M) x Acuario (H)

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Eran las 17:45 y Acuario desde el parque de enfrente vio como la castaña llegaba a su trabajo junto a su mejor amigo y no pudo evitar suspirar, aproximadamente dos meses descubrió esa pequeña cafetería y sin pensarlo quedó perdidamente interesado en la castaña de ojos miel. Su nombre es Virgo Martínez tiene 18 años y estudia el segundo semestre en la carrera de Publicidad; o al menos eso le dijo Piscis, su mejor amigo. El chico y él se habían vuelto muy buenos amigos por o que cuando le pidió su ayuda para conquistarla no lo dudó.

Acuario entró a la cafetería y se encaminó a la mesa de siempre, en ella podía ver a Virgo así entrará a la cocina, sabía que tal vez estaba exagerando y más que su enamorado parecía su acosador, pero no podía evitarlo, dió un ligero brinco en su lugar cuando sintió que alguien puso algo frente a el miró a su zurda y se encontró a Piscis.

—Si sigues así la asustaras, deja de dudar y hablale— regañó aunque en su rostro se encontraba una sonrisa divertida.

—No es tan fácil— negó— cada vez que la veo mi cerebro se vuelve tonto.

Piscis rió por lo bajo y asintió ya lo había visto intentar hablarle y Acuario solo soltaba un "Hu" mientras la miraba fijamente y su rostro se coloreaba lentamente de rojo, el chico siempre se había destacado por ser alguien directo y tomar aquello que quería sin ningún problema, más vale pedir perdón que pedir permiso ese siempre era su lema, lema que se iba por el caño cada vez que los hermosos ojos miel de Virgo aparecían frente a él. Piscis solo negó y anotó un café sin azúcar y sin leche para Acuario, eso pedía siempre se acercó a la barra donde se encontraba Virgo y le sonrió.

—Un café mediano sin leche ni azúcar para la mesa cinco— la castaña  asintió y comenzó a preparar la orden, la castaña vio sobre su hombro encontrándose con el extraño chico que siempre iba a la cafetería solo cinco minutos después de que ella llegaba, pedía un café sin nada y un cupcake de zanahoria, se quedaba al menos cuarenta y cinco minutos para después irse, siempre la misma rutina, sin ningún cambio. En un inicio le pareció sospechoso, pero al acercarse y escuchar el raro sonido que soltó mientras la miraba fijamente la hicieron reír, si tan solo le hablará cambiarían un par de cosas, suspiró y le dio el café ya listo a Piscis. Al ver al pelinegro que hacía un baile extraño cuando se dio cuenta de que lo veía se le hizo adorable.

Acuario se encontraba haciendo un baile extraño y como no si Virgo lo miraba, durante ocho "Misissipis" exactos la chica le sostuvo la mirada, y por ello estaba muy feliz. Piscis le dio su café y lo tomó con una sonrisa bastante grande, de ocho "Misissipis" a una boda había un paso de distancia, o eso creía.

—Deja de actuar tan raro— Piscis no estaba molesto es más estaba feliz por él, sabía que era difícil para él acercarse y el hecho de que Virgo le prestara un poco de atención era algo muy bueno para él— Asustas a los clientes así que comportate— pidió. Acuario asintió mientras hacía un saludo militar. Acuario se tensó cuando vio que Virgo se acercaba a él miró a los lados en busca de una salida, joder no estaba listo para esto, era demasiado para su corazón. La castaña lo miró aguantando la risa, dejó un cupcake de zanahoria frente a él para después tomar el servilletero y colocar algunas servilletas, después de eso le dio la espalda hasta llegar a la barra y comenzar a atender a algunos clientes.

Acuario soltó el aire que retenía, pero al ver el servilletero casi sintió que se desmayaba.

Lindo baile, tal vez te pueda enseñar un par de pasos.

+55 3217524509 xoxo Virgo~

Tomó la servilleta y la acercó lo más que pudo a su rostro para asegurarse de que lo que veía era real, bajó un poco la servilleta para poder ver a la castaña y al hacerlo esta le guiñó un ojo mientras sonreía, la sonrisa de Acuario se amplió y de manera torpe se acercó hasta la barra donde la chica lo esperaba.

—Me interesa tu oferta, estoy libre el sábado— dijo bastante rápido con la cabeza gacha, levantó su rostro cuando sintió la delicada mano de Virgo en su rostro.

—El sábado suena genial— dijo mientras se acercó lo suficiente; subiéndose a la barra, para besar la mejilla de Acuario, el chico sonrió y asintió mientras con cariño se tocaba la mejilla.

Los dos chicos se sonrieron, mientras la chica seguía detrás de la barra y Acuario regresaba a su mesa de espaldas, la sonrisa de ninguno desapareció; ni cuando Acuario se fue de espaldas al chocar con otro mesero y hacer que esté derramara café caliente en la entrepierna de un pobre cliente. Ambos estaban felices y no lo iban a ocultar.

Tal vez esto trajera un cambio a la vida de los chicos y fuera bueno o malo ambos estaban dispuestos a enfrentarlo después de todo en el fondo ambos se gustaban.

One Shots Zodiaco (Actualizaciones lentas)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα