3. En la habitación.

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- ¡Por favor! Aunque estos tacones luzcan muy elegantes, no soy buena para beber y andar con ellos, si no me sostienes temo que pueda tener más de una caída en mi trayecto... (Sonrie en complicidad a mi comentario)

Abro la puerta de la habitación y le pido que tome asiento, yo solo iré al baño un momento...

- ¿podria tomar una copa aquí? (Pregunta mientras estoy en el baño tratando de quitar el sudor de mi cuello con una toalla húmeda)

- ¡claro! 

Él llama a servicio a la habitación, mientras me quito los zapatos y retoco un poco mi apariencia, reconozco que me he tomado más minutos de lo esperado; salgo descalza, cosa que le da un poco de gracia y se levanta de la silla en la que había estado observando su teléfono, da unos pasos y queda frente a mi:

- Eres muy pequeña, las mujeres pequeñas siempre tienen algo especial, te dan ganas de protegerlas, parecen tan delicadas... - lo dice mientras acaricia uno de mis brazos.

Tocan la puerta, lo cual provoca que se rompa la burbuja y se aleje de mi, es el servicio que pidió, una tabla de quesos con una botella de vino; agradece y cierra la puerta, toma la botella entre sus grandes manos y la abre:

- ¡Salud! Por una noche de éxitos - brindo, mientras sonrio coquetamente.

- ¡Salud! Por una inmejorable compañía...

Después de beber esa primera copa, sentados en la cama, no pregunta nada solo me toma la barbilla con su mano y me besa...

Sus labios, húmedos, ligeramente abiertos, succionan los mios, abre un poco más para meter la lengua dentro de mi boca, yo estoy anonadada, no se si es el vino, no se si es real, siento su barba de dos días cómo raspa mi cara, me gusta lo que siento...

Comienza siendo un beso muy ligero, suave, tierno y poco a poco va subiendo de tono, va siendo más feroz, su aliento no huele a alcohol, huele a él, a su colonia, a limpio, a deseo...

Sus manos grandes e inquietas han dejado mi cara, ahora una está en mi cintura y la otra recorre mi espalda y me abraza somos si quisiera fundirse en ese momento conmigo.

De pronto, una pausa, se retira de mi boca, tapa su cara con sus manos y en ademán de ofrecer disculpas ofrece una disculpa

- ¡Perdona! No suelo ser así, pero es que te vi, entraste tan dulce y con esa mirada, creo que yo golpeé la silla con mi pie y por eso caíste... Me sentí tan apenado y a la vez te veías tan dulce, no me gusta ver a una mujer llorar pero tienes algo que no puedo describir y solo quise verte otra vez, te bese porque no pude resistir, te haría mía en este momento si me lo permitieras... - sin lograr terminar la palabra me abalancé sobre él, quién aún estaba sentado en la cama quedé parada en frente justo entre sus piernas, sintiendo su cálido cuerpo contra el mío, sus enormes manos estrujando mi cuerpo contra el suyo, sobre mi pecho sentía los rápidos latidos de su corazón, su cara se veía sonrosada, metiendo cada vez más su lengua dentro de mi boca, como si quisiera devorarme, se retira el saco y la corbata en un solo movimiento, mientras con un poco de menos prisa voy desabotonando su camisa lentamente, agacha la mirada para ver que solo llevo tres botones y escucho un "hehehe" una sonrisa se ve en su cara y una mirada que sólo Loki puede hacer, está mirando directamente mi escote y lo sé, le gusta lo que ve...

Me gusta la forma en la que me observa, la mano izquierda que había estado tocando mi espalda, baja hasta mis glúteos quedándose ahí y con la mano derecha, un par de dedos acarician mis voluptuosos senos, sumergiéndose en lo más profundo del escote para luego descubrir una mayor parte de mi piel... Agacha aún más su cabeza para estar a la altura de ellos y besarlos, sin darme cuenta ha bajado el cierre de mi vestido y me toma de las mangas solo para despojarme de él; yo ya le he quitado la camisa, se puede observar su muy marcado abdomen, agitado por su respiración; se levanta para retirar lo que le queda de ropa, mientras me observa con mi nueva lencería, comprada pensando en él, para él; en ese momento que jamás esperé que se hiciera realidad, me mira con deseo, me toca con ansiedad, se retira los boxers y lo que ocultaba la prenda es mucho más grande de lo que esperaba, puede ser porque nunca había visto su miembro erecto, y las ensoñaciones que tenía de él solo se alimentaban de imágenes con ropa; por fin lo tenía frente a mi, totalmente desnudo...

Alfombra RojaWhere stories live. Discover now