DULCES

206 31 14
                                    

Siempre lo tuve todo...

Desde que tengo memoria mis padres siempre discutían por todo, ya sea por las acciones de la empresa, por el dinero o por las múltiples infidelidades que ambos se hacían entre sí, y es que perdí la cuenta de cuantas personas veía entrar y salir de la mansión las cuales eran pasatiempo de uno o de otro, tal vez incluso de ambos, y es que ellos estaban acostumbrados a vivir de esta manera tan egoísta y avariciosa, dejándose llevar por sus impulsos, actuando como unos tontos, puedo decir había otra razón por la cual siempre discutían y esa era yo Murasakibara Atsushi y más específicamente discutían para saber quién se quedaría con mi custodia cuando el divorcio se llevará a cabo y al contrario de lo que tal vez todos estén pensando, de que tal vez a pesar de ser unas personas completamente egoístas ambos me querían demasiado como para separarse de mí, la verdad es que ellos no me amaban, incluso aun dudo de que lo hagan, la razón por la cual se peleaban por mi custodia era que mi abuelo era el propietario de toda la fortuna familiar y al momento de morir me había nombrado como heredero universal, aún recuerdo los intensos gritos de mis padres el día que se leyó el testamento.

-Entiende de una vez pedazo de idiota Atsushi se ira conmigo- Decía una hermosa mujer de larga cabellera morada, pálida piel y ojos grises-

-La que debes entender eres tú maldita zorra jamás te llevaras a Atsushi, antes prefiero morirme- Respondía completamente irritado un apuesto hombre de 2 metros de alto, de pálida piel, hermosos ojos morados y cabello negro.

-No te preocupes que en este mismo momento yo me encargo de matarte- Desde afuera se lograba escuchar claramente todos sus gritos además de diversos sonidos de cosas rompiéndose, no muy lejos de ahí me encontraba oculto detrás de unos de los sofás del salón con pequeñas lágrimas en los ojos, si no mal recuerdo en aquel entonces yo tenía unos 5 años-

-¿Atsushi?, ¿Dónde estás?...-Gritaba una hermosa y un tanto gastada voz mientras se acercaba a mí-

-Abuelita-Dije con lágrimas en los ojos mientras me aferraba a ella-

-Oh... aquí estas te estuve buscando-

-Abuelita ya no quiero escuchar como gritan, diles que paren-Dije con voz quebrada-

-¿Gritos?... pero si nadie está gritando, oh, ya se, lo que tu escuchas es el ruido que hace el horno porque te estoy preparando un rico pastel -Me sonrió gentilmente, esta era su forma de distraerme para que las peleas de mis padres no me afectaran-

-¿Un pastel? –Mis ojos brillaron y de mi pecho se esfumo todo rastro de dolor-

-Sí, así que acompáñame

-Ella era la única razón por la cual yo podía ser feliz en esa grande mansión, siempre intentaba consentirme y hacerme olvidar el hecho de que para mis padres solo era una fuente de ingresos, ella era la mejor persona de mi mundo-

-Me encantan los pasteles de abuelita-

-Me hace muy feliz escuchar eso mi pequeño Atsushi

-No me digas pequeño-En aquel entonces parecía un niño completamente normal mi estatura no sobresalía como lo hace ahora-

-Oh... pero es que eres muy pequeño

-Ya sé que soy pequeño pero un día seré muy grande, más grande que todos los demás, así tendré un estomago más grande y podre comer más de los pasteles y dulces que hagas abuelita, ¿por qué verdad que siempre me harás pasteles y dulces?

-Sí, yo siempre te hare pasteles y dulces y cuando ya no pueda hacértelos te los comprare, te comprare y te daré todo lo que quieras, todo para que seas feliz.

¿INOCENTEMENTE ERÓTICO?Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα