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-Espero que esté bien, debe pasar algo malo para llamar a esta hora.

-Quizá solo se ha dado cuenta de que Anastasia se está aprovechando de la situación.

-¿De dónde has sacado esa idea? Por favor, es absurdo.

-Las cosas son así, Carry -ella se ajusta la chaqueta que se puso sobre los hombros y mira al frente muy seria. -Él solo ha abierto los ojos, tu mismo estabas preocupado porque firmaran el acuerdo prematrimonial.

-Eso es diferente, mi intención era...

-Proteger a tu hijo, como debe ser.

-Las cosas no son así Grace, y cuando Christian se de cuenta de lo que haces, quien lo va a pasar mal eres tú.

Anastasia

Me quedo en el sofá de la sala hasta que sale de su habitación, lleva un conjunto deportivo y tiene la mirada baja, las cosas no se van a quedar así, me levanto y voy hacia él, que está cerca de la puerta del elevador, evita mirarme deliberadamente.

-Justo esto pasó para que huyera, Christian -su espalda se pone recta pero sigue sin mirarme. -Así fueron las cosas, tuviste la misma reacción que ahora, y se supone que entonces tenías veintiocho años y no quince como ahora, no me escuchaste, no nos sentamos a hablar o a darnos explicaciones, teníamos una situación que a los dos nos desconcertaba, me viste llorar, me insultaste y saliste sin mirar atrás, pues bien ahora estás haciendo lo mismo, y soy conciente que no recuerdas una mierda de eso pero ha sido suficiente una vez más, aquella vez me dije que era la última vez que soportaba una de tus rabietas, pues parece que hablé demasiado pronto y aquí estoy soportando esto una vez más, pues a la mierda Christian, puede que seas un adolescente pero no eres estúpido, sea cual sea la razón por la que te vas, solo te digo que no voy a querer que regreses.

Veo sus puños apretados, parece que le tiemblan pero se mantiene firme con la mirada en el elevador, parece aún más confundido y perdido que nunca.

-Veo que no vas a decir más, pues yo sí -me llevo las manos a la barriga, parece que Blip nota mi mal humor y comienza a dar volteretas. -Me iré a la nueva casa, sacaré mis cosas y las del bebé y me iré, no te voy a negar que veas al bebé si es que lo deseas, pero las oportunidades conmigo se acabaron.

Antes de perder la fuerza que me queda me doy la vuelta y me dirijo a mi habitación, me parece escucharlo murmurar algo pero la última palabra fue dicha con él, no miro a tras ni una vez hasta llegar a mi habitación, cierro la puerta y me acomodo en la cama con  difícultad, no voy a llorar por él, no lo merece, me acaricio la barriga en círculos, unos minutos después escucho el timbre que anuncia que alguien llega y apenas un minuto después el de salida, luego hay pasos, seguro Taylor alertado, lo escucho correr escaleras arriba y cuando abre la puerta me mira con los ojos demasiado abiertos, le regalo una sonrisa triste.

-Esta vez no he sido yo.

Frunce el ceño y se pasa una mano por el rostro.

-Han venido por él, no te preocupes -me siento contra las amohadas y sigo acariciando mi estómago. -Vuelve a dormir, lo necesitarás porque mañana nos vamos, de nuevo.

-Señora Grey...

-No conservaré ese título por mucho tiempo más, o eso parece -me murdo el labio con fuerza y sacudo la cabeza para alejar las lágrimas. -Ni siquiera sé cómo pasó esto, solo sé que parecía confundido o asustado, y solo se fue.

Casi sin darme él llega a mi lado y me abraza, algo que agradezco demasiado porque era lo que necesitaba justo ahora, sollozo contra su hombro y lo dejo húmedo por mis lágrimas, cuando abro los ojos Gail está en la puerta con expresión preocupada, Taylor me acerca la caja de pañuelos que tengo en la mesita de noche y me limpio el rostro.

No mires atrás | Christian y AnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora