V. Cómo matar dos pájaros con mentiras

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Ann

¡¿En serio cree que somos novios?!

—Ann... ¿Qué pasa? —habló el castaño—. ¿Lo quieres mantener en secreto?, respetaré lo que...

—¿De qué hablas, Jasper? —lo interrumpí con una sonrisa y voz nerviosa.

—Ann, no lo niegues —dijo naturalmente—. Yo te gusto, tú me gustas. ¿Por qué hay que escondernos?

—¿Escondernos? —alcé una ceja—. ¿Eh?

Abrió la boca para decir algo, pero la profesora lo interrumpió.

—Berries y Dawson, me cansaron, lárguense —señaló la puerta—. Si tanto quieren conversar, salgan de mi clase.

¡Lo que faltaba!

Tomé mi mochila rápidamente y salí del salón sin mirar ni esperar a Jasper. Comencé a alejarme de la sala y a lo lejos escuché cómo me estaba llamando, así que me apresuré a abrir la puerta donde estaba la piscina de la escuela y esconderme ahí hasta que se fuera.

¿Por qué cree que somos novios si ni siquiera nos besamos? Solo estuvimos a punto.

Apenas entré, vi que había chicos y chicas haciendo natación. Saludé con la mano al entrenador, ya que era amigable y a veces yo le llevaba cafés que la cocinera le preparaba con esperanza de que se fijara en ella. Me senté cerca para ver cómo nadaban y me tranquilicé un poco al ver el agua clara.

—¿Qué haces aquí sola? —una voz me sacó de mi trance y vi a un chico completamente empapado que algunos lo miraban riendo—. Pensé que una única amiga de mi hermana sería menos rebelde.

—¿Eres hermano de Lisa?

—Sí, y he oído hablar de ti —dijo sonriente.

—¿En serio? —pregunté algo sorprendida—. Nunca me dijo que tenía un hermano.

—Bueno... yo vivo con nuestro padre y ella con nuestra madre —asentí—. Así que es normal que se olvide que tiene un hermano de vez en cuando. Pero aún no me dices por qué estás aquí.

—Me han sacado de clases —solté un risa un tanto incómoda.

—Así que problemática, ¿eh? —se sentó a mi lado—. Soy Ryan —me tendió la mano.

—Ann —miré su mano y cuando se dio cuenta que no la iba a tomar, la sacó.

Sabía que los padres de Lisa estaban separados, pero nunca nombró un hermano. Le sonreí para que se volviera un ambiente más agradable.

—Por lo que veo, prácticas natación —señalé la piscina y me volví hacia él—. ¿Desde qué hora entrenas?

—Desde las 5:00 de la mañana hasta la hora que considere necesaria, se acercan los nacionales —miré mi reloj, eran las 12:45—. Tomé un tiempo para tomar agua, quedé seco —se rio.

¿Soy muy lenta o el chiste no era bueno?

—¿Estás todo el tiempo en el agua y descansas para tomar agua? —le dije irónicamente.

Soltó una risa.

—Tienes muy lindos ojos, Ann.

Gran cambio de tema.

—Mmm... gracias —dije incómoda y luego lo miré a sus ojos cafés—, tus ojos también son lindos...

—Por favor... son solamente azules —dijo bromeando, claramente sus ojos eran cafés—. ¡No como esos ojos, por Dios!

Solté una risa y luego la paré rápidamente. Tomé una gran calada de aire y traté de buscar una salvación. La verdad es que me ponía incómoda hablar con personas extrañas. Ryan era hermano de Lisa, pero no lo conocía tan bien como para hablar normalmente con él.

Déjame con mi Orgullo [DISPONIBLE TAMBIÉN EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora