Parte IX

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—¿Se conocen?—preguntó Estela confundida al ver la mirada de ambos. Justin tragó saliva al ver a su ex. No había cambiado, seguía siendo la misma. Esos ojos verdes, esos ojos que tantas veces lo hicieron perder la cabeza estaban en él. ¡Maldita sea! esto tenía que ser una broma, una maldita broma. ¿Qué diablos hacia Valeria en la ciudad? No había vuelto a saber de ella en años. ¿Y ahora volvía? ¿Por qué? ¿Para que había vuelto? Esta y muchas preguntas más quería saber, pero no iba a preguntarle. Ahora lo único que tenía que hacer era irse lejos de esta y llevarse a sus chicas muy, pero muy lejos de ella. ¡No la quería cerca! Ni de él, ni de su hija y mucho menos de su chica. ¡Tenía que salir de ahí ya! No aguantaba un minuto más.

—Recoge tus cosas, nos vamos—dijo Justin sin dejar de mirar a Valeria que seguía incrédula al verlo. ¡No podía creerlo! Su ex estaba ahí, su ex estaba frente a ella luego de años sin verse. ¡Increíble! Seguía siendo el mismo, igual de hermoso y de sexy. Miró el uniforme de bomberos e hizo una mueca. Seguía trabajando en eso, ella siempre odio que él trabajara en eso. Pero no era eso lo más que sorprendía a Valeria, sino saber que frente a ella tenía a nada más y nada menos que su hija. Miró a la pequeña que estaba en brazos de Estela y sollozó. ¿Cómo no se había dado cuenta antes? ¡Era igualita a su ex! El cabello, los ojos, ¡Todo se parecía a su ex! ¡No podía creerlo!

—¿Pero que pasa...?—Justin interrumpió a su chica mientras cargaba a Vale. Tenía que sacarla cuanto antes de ahí. Conocía la mirada de Valeria, podía ver la curiosidad de esta y eso era algo que él no iba a permitir. ¡No la quería cerca! ¡Mucho menos cerca de su princesa!

—¡Vámonos!—gritó y Estela asintió aun asustada cogiendo sus cosas junto a la carriola de Vale. No estaba entendiendo nada, pero ella se hacía una idea. No era tonta, podía ver la mirada de Justin y de Valeria. Apretó los dientes sintiendo sus ojos aguarse. Sabia quién era ella, lo sabía muy bien. Ahora entendía porque se le había quedado mirando a Vale, porque le había estado preguntando sobre ella, de su condición. ¡Esta había vuelto para quitársela! ¡Había vuelto por su hija! Estela negó con los ojos aguados. Ella no iba a permitir eso, Vale era su hija y así seria siempre.

—Espera Justin, déjame explicarte—dijo Valeria y Justin apretó la mandíbula cubriendo el rostro de su princesa en su cuello. Por ningún motivo quería que viera a la persona que tenía frente a ella. Su princesa era muy curiosa, pero no quería que fuera testigo de alguna discusión porque se alteraba. Los gritos la ponían nerviosa y él quería evitar eso. Además, esa mujer no merecía que él perdiera los nervios, que su hija perdiera los nervios. ¡No se merecía nada!

—No sé qué mierda haces aquí, pero te quiero lejos de mi familia—gruño Justin seriamente y esta tragó saliva dando un paso hacia atrás. Ella siempre le había tenido miedo al carácter de él. —¿Oíste? Lejos de mi familia—dijo seriamente y Valeria asintió con los ojos aguados.

—Yo quería...—Justin la interrumpió. No le interesaba a que había venido, que quería. Lo único que quería él es que se fuera. ¡Que desapareciera! Total, no era la primera vez que desaparecía ¿No?

—No me importa a que viniste, tampoco que querías hacer—bufó Justin acercándosele y Estela sintió miedo. Miedo porque nunca lo había visto tan molesto, tan tenso y mucho menos tan amenazante. ¡Daba miedo! –Te quiero lejos de mi chica y de mi hija, ¿Está claro?—gruñó y Valeria asintió. Sabía que lo mejor era no buscarse problemas. Mucho menos llevarle la contraria a su ex. –Vámonos—le dijo a Estela que asintió siguiéndolo sin mirar atrás. Valeria se desplomó en el asiento y sollozó tapándose la cara. Jamás se había imaginado volver a ver a su ex, a su hija. Sabía que podía encontrárselos en la ciudad, pero no que fuera su cliente. ¡Ella iba a conseguirle una casa a su ex! A su ex y a su nueva familia, eso era algo que no podía olvidarlo. Su ex había conocido a otra chica, una chica estupenda. Le había caído muy bien Estela, se veía que era una chica encantadora y muy madura a pesar de ser muy joven. Recordó a la bebé y negó llorando. Había tenido a su hija de frente y ella no había podido reconocerla. ¿Cómo hacerlo? Cuando la había dejado apenas tenía algunas semanas de nacida. Pero la había visto, la había conocido y Valeria no podía negar que era una niña preciosa. Era igualita a su padre. Sonrió con tristeza al verlos marcharse. Ella no quería hacerles daño a pesar de que sabía que Justin pensaba eso. Pues, él siempre pensaba lo malo de ella. Ella había venido ayudarlos a conseguir una casa, perfecta para ellos, para su familia porque Valeria tenía que recordarse que su ex iba a tener otro bebé, que estaba creando una familia con otra chica.

Turn Me On Again {Extended Version-Justin Bieber}Where stories live. Discover now