Parte VI

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—Me da gusto que estén aquí chicos, ya los extrañaba—dijo doña Rosa al verlos desayunar junto a ellos.

—No mientas cariño, lo dices solo por la bebé—dijo Bernardo haciendo reír a los demás y doña Rosa besó la mejilla de su nieta que permanecía en su regazo comiendo sus cereales de colores favoritos. –Pero ya hablando enserio, me da gusto que hayas podido venir—dijo dándole unas palmadas a Justin que sonrió asintiendo. A él también le daba gusto haber logrado ir. –Con esto de tu nuevo horario, estábamos preocupados que no pudieras venir—dijo y Justin miró a su chica.

—No podía perdérmelo—sonrió Justin besando la mejilla de su chica que hacia una mueca. —¿Estas bien? — preguntó preocupado al verla.

—Si, solo tengo nauseas—contestó Estela alejando su desayuno y se puso de pie. Necesitaba ir al baño urgentemente. –Ahora vuelvo—dijo antes de retirarse. Justin la miró irse con preocupación. Llevaba varios días con náuseas y estaba muy pálida. Según ella era algo normal, pero Justin sabía que no. Algo le estaba pasando y le preocupaba lo que fuera.

—Lleva días así, apenas come y está muy pálida—dijo Justin preocupado y Bernardo asintió poniéndose de pie. Él también había estado pendiente y había notado su baja de peso. Eso no era bueno y mucho menos en su estado. Apenas tenía cuatro meses.

—Iré a revisarla—dijo y Justin asintió agradecido. Estaba muy preocupado por su chica y agradecía que Bernardo estuviera ahí para chequearla. Sabía que él también estaba muy preocupado por ella.

—Así que Justin, ¿Cómo te va en tu nuevo trabajo? —preguntó Rosa con una sonrisa y Justin suspiró girándose a verla.

—Muy bien, pero aún me cuesta irme y dejarlas solas en la madrugada cuando hay llamadas—suspiró y Rosa asintió comprendiéndolo. Sabía que no era fácil para él ni para su hija esa situación. –Me cuesta irme y dejarla preocupada, sé que no es fácil para ella apoyarme en esto cuando tiene miedo de que me pase algo—dijo y esta asintió comprensiva.

—No es fácil para ninguno de los dos cariño, pero ella entiende que es tu trabajo y lo más que te apasiona—dijo Rosa pasándole el vaso de leche a Vale que rio balbuceando mientras bebía un sorbo. Era toda una niña grande, apenas usaba biberón. Ahora todo lo quería en su vasito de la sirenita. Estela se lo llevaba a todos lados porque su princesa quería beber solamente de él. –Aunque claro, me preocupa que este mucho tiempo sola en su estado—dijo y Justin asintió.

—Lo sé, a mí me aterra que le pase algo malo mientras este afuera—suspiró Justin y Rosa asintió viendo como Vale cogía mas cereales de colores ofreciéndoselos.

—Es por eso que yo, bueno mi esposo y yo queremos proponerte algo—dijo y Justin la miró interesado. –Sé que al principio puede que no te guste la idea, pero Bernardo y yo lo hacemos con toda la intención de ayudarlos, de ayudar a nuestra hija y pues conocer a nuestra nieta—dijo y Justin asintió. Él sabía el gran cariño que Bernardo y Rosa sentía por su chica, sabían que la querían como una hija y que querían a Valentina como su nieta.

—Dime de que se trata—pidió Justin y Rosa soltó a Vale que corrió al regazo de su papá ofreciéndole cereal. –Gracias princesa—sonrió cargándola y besó su mejilla.

—Bueno, sé que andan en busca de una casa ¿No? —Justin asintió. –Mi nena me comentó que contactaron con una persona de bienes raíces y quedaron en verlo el lunes ¿No? —Justin volvió asentir. –Bueno, yo pienso que aún no hay prisa por conseguir una casa, digo, no hay porque buscarla de inmediato, lo que importa aquí es la salud de Estela y el bebé—dijo y Justin asintió. Era cierto, no había prisa por conseguir una casa ahora. Aun había tiempo antes de que él bebé llegara y lo que importaba era la salud de su chica. Su embarazo iba bien por ahora, pero sabía que se iba a complicar con el tiempo. –Así que he estado pensando si en lo que tu nuevo turno dura, ¿Qué tal si vienen a vivir aquí? —preguntó y Justin abrió la boca sorprendido. –Lo sé, lo sé, no te gusta depender de alguien más, pero piénsalo de esta manera Justin—dijo. –Estela necesita ayuda tanto con Valentina como para cuidarse, aquí tu podrías ir tranquilo a trabajar y nosotros la cuidaríamos, la llevaríamos a la universidad y a sus prácticas en el hospital—dijo y Justin suspiró. Debía admitir que la idea era buena. Si ellos se mudaban con Rosa y Bernardo, su chica estaría atendida las veinticuatro horas al día. Tendría alguien que la llevara a la universidad y a sus prácticas en el hospital y su princesa podría disfrutar estando con sus abuelos así no cargaba tanto a su amigo Dan, pero no se sentía a gusto en casa de los demás. A él nunca le gustaba estorbar y sé sentía así cada vez que iba a la casa de Bernardo y Rosa. Ellos tenían una casa muy grande y bonita, rodeada de lujos y de dinero, y eso lo hacía sentir incómodo. Sentir incomodo porque no estaba acostumbrado a los lujos. –Ni siquiera tendrían que vivir aquí con nosotros, detrás de la casa hay un mini apartamento con todo lo necesario el cual usaba nuestra ama de llaves, pueden quedarse ahí—dijo y Justin apretó la mandíbula.

Turn Me On Again {Extended Version-Justin Bieber}Where stories live. Discover now