2 años despues.

32 6 4
                                    


Han pasado 2 años desde aquel aterrador momento, Alfred ahora tiene 13 años, su niñez ha sido fuertemente afectada por aquel horrible momento, haciendo que el chico tuviera que asistir a terapias con el psicólogo, terapias que parecía haber dado frutos, puesto que el chico ya casi había dejado atrás varios de los temores que hacían sus noches interminables por el miedo a que las horribles criaturas volvieran a por él. Sin embargo el chico aun dormía con la luz encendida durante las noches y su nuevo armario era uno sencillo, el cual podría cerrarse con llave.

Alfred ahora tenía un perrito, uno de raza "Beagle" quien le hacía compañía al chico mientras estaba en la casa y por las noches dormía en el cuarto del pequeño, haciendo de guardián, si veía algo, este ladraría para avisar a los habitantes de la casa. La decisión del tener un perrito llegó por consejo del psicólogo que trataba a Alfred, consejo que los padres siguieron.

Alfred se había visto interesado por los seres mágicos y mitológicos, llevando al chico a investigar y leer mucho sobre ellos y de allí encontró interesante otros temas y ciencias los cuales también el interesado chico aprendió poco a poco llevando a que el grado de madurez de este estuviera un nivel más alto que el de los niños de su edad, continuó asistiendo normalmente a su escuela y pese a que por lo que restó del curso escolar lo molestaron por "miedoso" no duró mucho tiempo, pues el chico ya estaba en el último año de primaria y al terminarlo lo cambiaron de instituto, ahora ya está en la secundaria y aunque se lleva bien con sus compañeros, Alfred solo considera tener un amigo; Daniel, este fue el primer chico con el cual el hablo al entrar al instituto y estos con el tiempo fueron coincidiendo con gustos y temas así que la amistad se fortaleció con el tiempo. A pesar de que hace 2 años Alfred había pasado por un momento que ningún niño hubiese querido pasar, este lo supo llevar y superar con el tiempo, aquellas criaturas a los que él llamó "duendes" ya casi habían desaparecido de la mente del chico, ya todo parecía haber mejorado para Alfred.

Un día el chico llega a su casa después de la escuela, su perrito es quien lo recibe tras la puerta entusiasmado y agitando vivazmente su colita.

-Ey Niko, ¿Cómo estás? –dice el chico mientras acompañaba sus palabras con carisias hacia el perro, quien por agradecimiento y respuesta lo lamia.

Alfred ríe y se dirige a la cocina para saluda a su mama, quien estaba terminando de preparar la comida.

-Alfred hijo, hola, ¿Cómo te fue en la escuela hoy? –Preguntó la madre mientras se limpiaba las manos del delantal de cocina y se dirigía al chico para posteriormente saludar con un beso.

-¡Maa! Tus manos huelen a cebolla. –Dijo el Alfred mientras arrugaba su cara.

-Lo siento pequeño, es por el almuerzo, ¿Qué tal la escuela? ¿Te mandaron tarea?

-La escuela estuvo bien, la señora Meléndez nos mando una tarea sobre historia, pero la haré después de comer, tengo hambre.

-Vale cariño, me parece perfecto.

La madre se dirigió nuevamente a la cocina y Alfred tomó asiento, al poco tiempo la madre sirvió la comida y se sentó a comer con su hijo.

-Tu padre no tardará en llegar, llamó diciendo que hoy saldría un poco más temprano del trabajo, así que debe estar en camino.

-Me parece bien. –Contestó Alfred mientras comía con gusto la comida.

Luego del almuerzo Alfred subió a su habitación, dejo su bolso al lado de la mesita donde hacia la tarea y se cambio, luego el chico encendió su computadora y sacó su libro para hacer la tarea, lo que resta del día también transcurrió normalmente, su padre llegó a casa, cenaron y luego a esto se acostaron, Alfred como de costumbre dejo la luz abierta, pasó llave al armario y se montó en su cama, Niko su perro, se dio varias vueltas sobre su camita para luego también acomodarse y dormir, el chico concilio el sueño rápidamente.

Los Habitantes del Armario.Where stories live. Discover now