Y ahí estaban, ambos agarrados de la mano bajo la luz de miles de estrellas, el camino se había hecho corto, aunque 5 kilómetros a pie no lo son tanto, pero que importa el tiempo o la distancia cuando a quien tienes a tu lado ha re-definido tu concepto del amor y tu forma de ver la vida.
Lo único físico que los unía era ese casi inadvertido contacto entre sus manos, contacto que a simple vista parecía ínfimo, pero que al entrelazar el delicado dedo meñique de ella y el maltrecho dedo indice de él, ya doblado por las repetidas veces con las que el solía pegarle a la pared, se podían conectar a tal punto que tenían un solo latido, un solo pensamiento, una sola pasión.
El mirando a los cielos como si estuviese contando las estrellas le dice:
-"No soy astrónomo, ni he tenido tiempo de contarlas todas, pero creo que por fin hay mas de mil!" Sabes lo que eso significa?, le pregunta el con una sonrisa picara.
"Tampoco lo soy, pero si las he contado y si mis cálculos son correctos hay exactamente 999, así que aun falta 1". Contesta ella con una mirada igual de picara que la sonrisa que acababa de recibir, y con un sarcasmo que la delataba a voces.
-No seas injusta! Replicó con voz alta y como adicto en espera de su dosis. Sabes que ya hace 2 años y 43 días para ser exactos, te había pedido un beso bajo la luz de miles de estrellas, si falta una no importa! Tú serás esa estrella que hoy complete mi cielo estrellado!
Si que sabes ser cursi cuando te lo propones! En tono burlesco le contesta, y guarda silencio unos segundos antes de continuar con su frase... Está bien, pero no te lo daré, prefiero recibir tu beso bajo la luz de miles de estrellas, a yo ser quien te lo dé, ya sabes para mantener la tradición de ser el hombre quien tome la iniciativa.. Esa excusa que acababa de decir de tradiciones y ochos cuartos no era mas que una fachada, en realidad estaba emocionada y a la vez muerta del miedo y los nervios por que por fin besaría al amor que unos años consideraba imposible.
Y ahí estaban, dos perfectos conocidos iluminados bajo la luz de 300.000 millones de estrellas (no, no las conté, una búsqueda rápida en Google te puede dar esa respuesta), pero no quitemos el momentum. Ella sencillamente cierra los ojos y espera que él accione, no hace nada más, no porque no quiere, sino porque desde que él usó la frase "Sabes lo que eso significa?" recapituló y buscó en su memoria la respuesta a dicha pregunta, la respuesta era sencilla, se habían prometido un beso solo cuando esa cantidad de estrellas los iluminara a ambos, ese momento había llegado! Y con ello también había llegado un frío que arropaba la mitad de sus extremidades y la otra mitad era arropada por un calor inexistente debido a la fría noche que hacia bajo ese cielo abierto.
Pero la temperatura era lo de menos, ya el momento había llegado, eran muchas emociones que ellas creía no podría manejar, cerró sus ojos y se abandonó a su suerte, o más bien a sus instintos más pasionales, ojos cerrados, boca semi abierta, y unos segundos de espera antes de probar el cielo, antes de probarlo a él!
