Capitulo 38

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NARRA NIALL

Después de escuchar esas palabras le di el teléfono a Perrie y salí inmediatamente del lugar sin decir ni una sola palabra. ¿Había escuchado bien? _____ Con Warren, en un vuelo, de regreso a Londres. ¿Por qué hacía esto? Si era por su enojo hacia mí era una actitud muy infantil pero… ¿regresarse a Londres? Es que tanto la enojó lo que pasó con nosotros. No lograba encajar todas las piezas del rompecabezas pero algo no estaba bien y lo descubriría.

NARRA _____

-hey- escuché una voz a lo lejos –dormilona despierta- abrí con mucha flojera un ojo y recordé que me encontraba en un avión –ya vamos a aterrizar- y entonces me di cuenta que el que me estaba hablando era Warren –cruda ¿eh?- me senté bien y me puse el cinturón

-creo que tengo un poco de sed…- admití. Un síntoma de la cruda. Salirte de una fiesta con unas cuantas copas de más y tomar un vuelo de más de 12 horas con escala en Madrid no son una buena combinación. Warren pidió un vaso de agua a la azafata y me lo dio.

-bebe… te hará bien-

-gracias Warren- bebí del vaso –gracias por todo, por dejarme usar tu boleto extra-

-sabes que por ti lo que sea- y ese comentario me hizo sentir algo incómoda

-gracias- fue lo único que pude contestarle

El avión aterrizó, fuimos por nuestro equipaje y Warren no me dejó tomar un taxi. Él rentó un carro por la semana que se quedaría en Londres y se ofreció a llevarme a casa, me negué pero como era de esperarse Warren no me aceptó un no. Cuando llegamos a casa intercambiamos teléfonos y me dijo que le gustaría ver a mis padres de nuevo. Le dije que algún día pero que tenía prisa.

Entré a mi casa y todo estaba en silencio. El coche de mamá estaba estacionado pero nadie en la sala o en la cocina. Subí a su cuarto y noté que se estaba bañado. Decidí esperarla en su cama. Salió de su ducha.

-Dios Mío ______, me espantaste- dijo ella cuando me vio en la cama sentada -¿por qué no me avistaste de tu llegada? Pensé que tardarías…-

-bueno mamá es una larga historia de cómo conseguí un boleto- ella se puso a buscar ropa y a ponérsela –primero lo primero, ya estoy aquí ya podemos hacerlo…-

-¿Niall lo sabe?-

-no mamá y ni me hables de él- le dije con cierta frialdad, hacía esto por él pero aún seguía enfadada, bueno no tanto.

-¿pelearon?- preguntó ella secándose el cabello

-te cuento luego todo ¿si? ¿Es que no es de urgencia lo que debo hacer?-

-cariño…- se volteó a verme –no creo que ella lo logre-

-pero… ya estoy aquí con mi ayuda…- ella negó con su cabeza

-su estado es muy delicado…-

-pues si nos quedamos aquí será peor, llévame con ella-

-espera un segundo…- se acerca a mí –apestas a alcohol-

-oh si eso…- le sonrío –bueno lo que pasa es que antes de tomar el avión estaba en una fiesta- ella alzó una ceja

-no nos vamos hasta que te duches, no pienso llevarte así-

-vale vale…- me levanté y me fui a mi cuarto.

Después de una ducha bien merecida y un cambio de ropa bajé rápido a asaltar la cocina de mi casa y después mi mamá nos condujo al hospital. Ahí se encontraba el señor Horan.

El Corazón Nunca OlvidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora