Querido Cupido... ¡Tú me odias! (Hiccstrid: Modern AU)

Capítulo 4.- Antes de cumplir 18

- Siempre hay una primera vez – le respondía él – aparte yo casi soy un adulto y no te matara si no se da cuenta de ello, sería como guardar un secreto.

A ella le encantaban los secretos, era demasiado tentadora la idea de tener otro secreto más con él. Hiccup le quito la libreta de sus manos y empezó a escribir de nuevo. Astrid no entendía porque se sentía tan nerviosa cuando Hiccup le hablaba en ese tono seductor, era tan agotador y debía tranquilizarse.

- Que te parece – le decía él mientras le pasaba la libreta.

Ella observo lo que había escrito, ni cuenta se había dado de que él había escrito un par de cosas más, no estaba mal, pero algo le faltaba. Tacho un par de palabras y agrego otras más, ahora si quedaba perfecto.

· Entrar al cine a cualquier función sin pagar.

· Embriagarte por primera vez.

Hiccup la miro y solo sonrió.

- Tienes carácter Hofferson – le decía él sonriendo.

- Gracias – respondía ella mientras anotaba en la libreta y trataba de distraerse – aunque no mucho.

Hiccup volvió a tomar la libreta y tacho unas palabras para mejorar esa frase.

· Irte de pinta por un día toda una semana.

- Estás loco – le decía ella sorprendida – toda una semana de pinta, nos comerán nuestros padres...

- No si no se enteran – decía él.

Siguió escribiendo en la libreta, y se la pasaba Astrid y esta escribía, descartaron muchas ideas, pero otras las usaron. Estaban realmente concentrados, ni se habían dado cuenta de la hora que era.

Hiccup, Hiccup.

Era la voz de la señora Haddock, ellos escondieron la libreta, no querían que ella se enterara de lo que estos escribían, no porque fuese malo, sino porque era un secreto, o al menos ellos le decían así. Hiccup rápido agarro los mandos de la consola de juego que tenía y le paso uno a Astrid, mientras encendía la tv y la consola con rapidez. Si su madre los veía con la puerta cerrada y sin hacer algo, obviamente pensaría mal y él no estaba para esa clase de sermones y menos en este momento.

Solo escuchaban ambos como ella subía los escalones mientras murmuraba algo, pero la adrenalina de que la consola se pusiera en el juego era más grande.

Hiccup, quieres que pida comida china, para que Astrid no cocin...

La señora Haddock había abierto la puerta y los veía como jugaban un juego donde los personajes usaban traje de gato, se extrañó al ver a Astrid ahí en la habitación de su hijo.

- Hola señora Haddock – saludaba Astrid poniéndole pausa a la partida.

- Hola mamá – soltaba Hiccup sonriendo – espero que no te moleste el que trajera a Astrid sin avisar.

- Claro que no cielo, no me molesta – decía ella sonriendo – Astrid quédate cuanto gustes, les traeré algo que picar, y les dejare la puerta abierta.

Ellos escucharon como bajaba las escaleras y soltaron un suspiro de alivio.

- Pensé que nos mataría – decía Hiccup respirando hondo.

- "Les dejare la puerta abierta" – decía Astrid sonriendo.

- Cierra la boca – le decía él riendo.