1r capítulo

191 7 1
                                    

Por la mañana me despierto al sentir como Raoul, uno de mis compañeros, me tira una almohada en la cara.

     -¡Es hora de despertarse, bella durmiente!

Intento abrir los ojos, pero cuando estoy a punto de conseguirlo, los vuelvo a cerrar. Me resulta imposible abrirlos con los rayos de sol que entran por las ventanas.

    -Mmmmm...-refunfuño.

Mientras intento incorporarme sobre la cómoda, veo que soy la única que aún está sobre la cama.

     -¿qué hora es?-le pregunto a Raoul ya despierta del todo.

      -Son las 11h.- contesta- ¿Fuiste tu la que estaba despierta hasta las tantas?-Frunce el ceño.

<<Lo habré despertado>> pienso.

    -Sí...¿Porqué lo dices?- me pongo el pelo hacia un lado.

     -Porque te vi salir del dormitorio y yo tampoco podía dormir. Siempre que intentaba no pensar en nada se me pasaba algo interesante por la cabeza y no podía hacer nada más que cuestionarlo de una manera u otra.- Me trago la saliva que se ha acumulado en mi boca. Qué alivio saber que yo no he molestado a ningún compañero mío, solo faltaría que el primer día ya tuviera enemigos, sé que estoy exagerando, pero es lo que pienso. Así que respondo con un simple:

    -¡Ah!

Me levanto de la cama y voy directamente a limpiarme los dientes. Cuando ya estoy, voy hacia los armarios a por ropa limpia y me meto en el baño para cambiarme.

Una vez lista le pongo pilas a mi pequeño aparato y lo vuelvo a colgarlo a m cintura.

Desde que me puse a limpiar los dientes, no vi a nadie hasta cuando abro la puerta del comedor y me encuentro a todos sentados en tres mesas diferentes charlando de sus cosas mientras van comiendo su almuerzo.

     -¡Buenos días pequeñita de la casa!-dicen casi todos al unísono. 

    -Buenos días a todos.-me muero de vergüenza.- no me hagáis más esto, "porfa" que las cámaras están en directo.- digo flojito para que las cámaras no me haya oídos y lo bastante fuerte para que todos mis compañeros me oigan.

     -Que más da. Si al fin y al cabo, nos tendremos que acostumbrarnos.- contesta Ricky con esa voz tan ronca que tienen las personas que se acaban de despertarse.

SER AITANA ES SER DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora