5: Oscura amabilidad

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-Veamos como estás hoy- dije más para mí apenas entrar. Como toda la semana pasada.

-De acuerdo- una tranquila pero ronca voz me detuvo al darme la vuelta para cerrar la puerta.

Me giré despacio y ahí la encontré. Seguía acostada con una expresión serena pero sin rastro de alegría o confusión. Me miraba fijamente con sus enormes ojos jade, como si fuera lo más interesante del lugar. Me sentí incómodo.

Dos timbres llamaron a la puerta. Le dirigí una ultima mirada antes de irme un tanto confuso.

Antes de tomar la perilla para abrir, esta se abrió sola y Rouge entró contoneándose por la sala mientras jalaba de la bata a un lobo gris un poco atemorizado.

-Claro, bienvenida- comenté sarcástico al cerrar la puerta.

Los alcancé antes de subir las escaleras impidiéndoles el paso con mis brazos cruzados esperando que hablara. No me gusta que entre como si nada con un extraño. Sé que es un doctor pero es mi casa, no la suya.

Sabiendo mi conducta ante la situación, suspira cansada y comienza a hablar.

-Shadow, él es Haekel Baptise, el doctor que atenderá a la chica.

Los ojos del Doctor pasaban de mí, a la pared, a Rouge y de nuevo a mí, estaba nervioso y asustado.

-Tu médico de confianza al parecer- me burlé, aunque por mi tono pareció serio.

-Lo amenacé- respondió simple pero sin mirarme.

No dije nada más y los guíe a la habitación de Amy.

-¿Como sigue?- preguntó después de subir.

-Ya despertó.

Con eso dicho abrí la puerta y los dejé pasar.

Amy seguía acostada mirando al techo, su expresión era de cansancio, probablemente su cuerpo aún reciente lo de ayer.

El médico se acercó a ella con cuidado de nosotros. Sacó de su maletín un estetoscopio dejando el resto a orilla de la cama.

-¿Te puedes sentar querida?- preguntó amable.

Amy hizo el amago de levantarse pero no lo logró, una expresión de dolor se asentó en su rostro obligándola a acostarse. Negó despacio.

-De acuerdo.

Con eso dicho, le hizo los chequeos correspondientes acostada. El pulso, las respiraciones, le toco los brazos y piernas buscando lesiones y la gravedad de ellas. Varias veces hizo una mueca de disgusto para después apuntar algo en una libreta, Amy también lo notó y se tensaba cuando lo veía pero no decía nada.

-¿Como fue que le pasó esto? -cuestionó sentándose en el Sillón.

Amy me miraba expectante, parecía ansiar la respuesta más que el doctor.

-Pues verá...

Lentamente le conté desde su aparición en la pelea con Eggman, cada golpe y caída que sufrió. Los ojos del doctor eran tranquilos, enfocados por completo en mi relato, mientras que  Amy por otro lado parecía aterrorizada, incapaz de creer algo así.

Al terminar, el doctor me pregunto que cuidados le di y que si sabía sí había comido ayer antes de lo sucedido.

-Ahora por último te voy a hacer unas preguntas sencillas- Dijo mirándola- ¿Cual es tu nombre?

Ella tardó en contestar, parecía meditar mucho la respuesta impacientándome.

-Amelia... ¿Rose?- me extrañé, dudaba de su nombre.

Note como el doc hacia una mueca, nos dirigió la mirada esperando afirmar o negar la respuesta. Afirmamos con asentimiento de cabeza.

-¿Que edad tienes?

Volvió a tardar de contestar mientras una teoría se formaba en mí.

-20 años

El doctor nos miró de nuevo pero está vez negamos.

"25" articuló Rouge. Mi teoría agarró fuerza.

Quiero equivocarme

-¿Tiene familia, señorita Rose?- ella asintió, pero nosotros negamos, todos saben lo que ocurrió con ellos

Quiero equivocarme

-¿Tiene amigos?- volvió a asentir al igual que nosotros. El doc nos miró y señaló con su bolígrafo- ¿Son ellos?

Tardó en contestar, seguro que estaba dudando pues le hemos ayudado, sin embargo si lo que pienso es correcto no sabría diferenciar.

-No estoy segura- dijo tímida.

-¿Podrías llegar a reconocerlos?

-Creo que sí.

Un silencio pesado cayo en nosotros, el doctor nos pidió salir de la habitación alegando que haría preguntas más íntimas.

-Shadow...- Rouge tenía la voz apagada- ¿Tu crees que Amy...?

-Eso creo.

Quiero equivocarme
Quiero aferrarme a una efímera esperanza.
No me puedes culpar,
Porque lo malo, ¿Quien lo querrá?
Pero lo bueno, ¿Quien no lo codicia?
Me quiero equivocar,
Quiero pensar,
Quiero soñar,
Que todo volverá a la normalidad.

Lienzo en BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora