Nuestro cuerpo

330 41 9
                                    

Somos víctimas del corazón,
el metrónomo de nuestros sentimientos.

Sin usar la razón,

el director de nuestro concierto.

Fingimos ser quien quiera que sea
y no somos, sino sordos de nuestra marea.

Buscamos la rima perfecta en labios de miel,
pero perdemos una mirada sincera por querernos hacer.

Vístelo todo de negro y parecerá más claro,
pero no te olvides que la luz está por todos lados.

Escuchas a las gaviotas en la mar
y dicen que ya no son de ningún capitán.

Mientras rompen las olas sobre el peñasco,
y acurrucándote en tus brazos
una mirada profunda y sola.

No ves el horizonte
porque has huido,
ves la barca de Caronte
zarpando a su destino.

Las gaviotas continúan su trayectoria
brillante cielo azul,
y sobre la noria,
¿dónde te encuentras tú?

Vela que ardes de deseo
no extingas tu llama,
la pasión corre por mis dedos
e iluminas mi alma.

Noble e impetuoso ante el viento,
roble imperecedero,
no te caigas nunca más por tus lamentos,
aunque en tus hojas siempre sea invierno.

Río que corres por mi cuerpo,
¡cuánto te debo!
Eres agua en tu seno,
¡y vapor cuando te quiero!

Vísceras y letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora