Cambio Radical ©

Capítulo 38

Sentí que mis piernas temblaban y que mi mente abandonaba mi cuerpo.

Esto no podía estar pasando.

La miré impactado apenas podía respirar.

Chris: ¿Qué?- susurré.

Blanca: de verdad lo siento nosotros…

Su voz desapareció de mi percepción sólo podía mirar como sus labios se movían articulando palabras que no lograba escuchar.

Me alejé de ella y salí hacia el jardín.

Necesitaba respirar, estaba como en shock no sentía nada, no escuchaba nada.

Mis sentidos colapsaron y sólo podía pensar en mi bebé, mi familia… Dulce ¿Cómo se supone que le diga esto ahora?

Lloré, grité y patalee en aquel jardín algunos minutos, después me levanté y busqué fuerza en mi cuerpo, aunque sea una pequeña chispa para soportar está horrible situación.

Regresé a la oficina donde antes estaba solamente Blanca y aquella chica llorona y ahora también se encontraban muchos policías y algunos hombre que parecían de un rango superior.

Todos se quedaron en silencio cuando entré a la oficina, me miraban algunos con lástima, con pena y algunos sin expresión alguna, como si estuvieran acostumbrados a este tipo de situaciones.

Christopher: ¿Qué se hace ahora?- pregunté firmemente.

Agente: señor Uckerman soy el agente Esparza y yo llevaré el caso de su hijo…- buscó en su tableta.

Christopher: Nicolás… él se llama Nicolás Uckerman- el agente asintió.

Agente: tengo entendido que la señora Miranda Fuentes es la que se llevó al menor... ella es su abuela ¿Cierto?- asentí.

Christopher: si, es la abuela materna de mi hijo.

Agente: muy bien, investigaremos a la señora y alertaremos en todas las estaciones por si intenta escapar al extranjero- asentí- por ahora no hay mucho que usted pueda hacer, le recomiendo que vaya a casa y se prepare… las próximas horas serán complicadas.

Estrechó mi mano y se alejó de mí, salió al igual que la mayoría de los policías.

Me quedé sólo con Blanca y la chica.

Blanca: ¿Se lo dirás a Dulce?- dijo triste.

Christopher: ella debe saberlo- susurré y miré a la chica- ¿Cómo es que ella no estaba enterada de la situación de mi hijo?

Blanca: es su primer día, estaba capacitándose con otra profesora, Miranda tenía una de las tarjetas de acceso y dijo que era su abuela… - asentí, la chica no podía ni siquiera verme, estaba demasiado asustada y apenada que no soportaba mi mirada- ... cuando me di cuenta ya se había ido y no pudimos detenerla.

Christopher: lo importante ahora es encontrar a mi bebé- Blanca asintió y me dirigí a la puerta, pasé por un lado de la chica y toqué su hombro, ella volteó a verme y traté de sonreír lo que pareció tranquilizarla.

Salí de ahí y subí a mi auto aún sin poder creer lo que me estaba pasando.

Me sentía tan impotente, tan furioso pero sobre todo estaba muy asustado.

No sabía dónde estaba mi hijo ni cómo se encontraba, tal vez tenía miedo y nos necesitaba, esa señora no tenía ni una idea de cómo cuidar de él.

Golpeé el volante y las lágrimas invadieron mi rostro, esto era demasiado castigo para cualquiera, sobre todo para un inocente bebé de apenas un año.

Me tranquilice, mi minuto de pánico había terminado, mi padre siempre me dijo que cuando tuviera miedo dejara que el pánico me consuma tan solo por un minuto para liberar ese sentimiento pero que después de ese minuto hiciera lo imposible por cambiarlo todo.

Encendí mi auto y conduje a casa mientras llamaba a Poncho; la voz  de mi amigo invadió el interior de mi auto.

Poncho: hola amigo… estoy con Chris y dice que…- dijo como si acabara de reír.

Chris: Poncho- lo interrumpí- pasó algo en el kinder de Nico.

Poncho: si, Ana me dijo que saliste urgente hacia allá ¿Todo bien?

Chris: no… Miranda se llevó a mi hijo.

El silencio del otro lado de la línea es mi respuesta.

Poncho: ¿Qué?- dijo apenas susurrando.

Chris: voy a buscar a Dulce, se quedó en casa y…

Poncho: Anny está en tu casa… Fue a ver a Dulce, te veo ahí.

Colgamos y seguí conduciendo.

Llegué a casa y segundos después el auto de Poncho se estacionó detrás del mío al igual que Christian.

Ambos bajaron de sus coches y me abrazaron. Minutos después entramos a mi casa.

En la sala frente a la televisión se encontraba ella, mi pelirroja hermosa.

Volteó a verme y sonrió, aprecié su hermosa sonrisa, la que me hacía creer que podía con todo, la que me daba fuerza y la que seguramente desaparecerá después de ésta noticia.

Dulce: hola chicos- Christian me empujó un poco, sacándome de mis pensamientos.

Me acerqué a ella.

Chris: hola mi amor- besé sus labios- ¿Cómo te sientes?

Dulce: perfecta, te dije que era algo pasajero monstruo- acarició mi mejilla.

Poncho: Dul ¿Dónde está Anny?

Dulce: en la cocina, tenía hambre- dijo riendo y Poncho sólo asintió y caminó a la cocina- ¿Qué pasa? Están muy raros- me miró y después a Christian quien se sentó frente a nosotros.

Poncho y Anny volvieron.

Anny: ¿Qué pasó?- dijo sentándose y mi amigo se sentó junto a ella- es muy extraño que vengan los tres juntos y más aún con esa cara. ¿Dónde está Nico?- dijo mirando a su alrededor.

Dulce me miró y yo trataba de contener mis lágrimas.

Dulce: monstruo ¿dónde está nuestro bebé?…

Aclaré mi garganta y tomé su mano.

Chris: bonita… quiero que estés tranquila, porque te necesito, de verdad…- ella asintió, suspiré profundamente- Nico desapareció… Miranda se lo llevó- dije con la voz quebrada.

Dul me miró fijamente pude ver a través de sus ojos como su corazón se aplastaba, las lágrimas invadieron su rostro en un segundo.

Anny gritaba y lloraba en brazos de Poncho, sin embargo Dulce no hacía movimiento alguno.

Chris: Dulce…- ella negó.

Dulce: no Chris… no es cierto- dijo comenzando a llorar- mi bebé…- la abracé mientras lloraba al igual que yo- él es muy chiquito... tenemos que encontrarlo.

Chris: lo vamos a encontrar… te lo voy a regresar, te lo juro- la aferré a mí con fuerza tratando de consolarla, algo que ni siquiera puedo hacer conmigo mismo.

anoniromo