(*)










Con el poco tiempo que conozco a Hailee ya debería intuir que sus promesas no las cumple.

Y aun así estoy aquí, cumpliendo mi trabajo de "Amiga", después de que me rogara que esperara mientras un chico la invitaba a bailar.

Le doy una mirada y me aseguro de que otra vez no me ha abandonado para irse con otro "Peter" igual que la última vez.

Una mueca incomoda marca mi rostro cuando veo las manos de ese sujeto en todo el cuerpo de Hailee, aunque ella parece disfrutarlo mucho.

Suspiro.

Ella y yo somos tan diferentes en algunos momentos que me llego a preguntar cómo es que congeniamos.

Regreso mi cuerpo a la barra y pongo los ojos en nuestros tragos.

Al menos me dejo su margarita, que estoy disfrutando mucho, por cierto.

Tomo otro sorbo del suyo y juego con el pedazo de limón de adorno, por un momento pienso en mis problemas hasta me encuentro cara a cara con uno de ellos.

Mathew Vance.

Estoy empezando a preguntarme como coincidimos tanto, la rabia explora mi cuerpo y mis manos se aprietan alrededor de la copa de mi trago.

Entonces nuestras miradas se conectan.

Iugg , eso sonó horrible.

Sus ojos dan con los míos y por un momento no descifro con seguridad lo que hay en su rostro, hay algo de sorpresa que me dice que tampoco esperaba verme aquí, peor rápidamente esa mirada que tanto odio desde que lo conozco vuelve a aparecer.

Es como si Mathew Vance cuidara bien sus expresiones, como si no quisiera mostrarse o verse débil frente a los demás.

Es la primera vez que veo algo así y es un misterio, pero no voy a quedarme para averiguarlo.

Soy una persona sensata y una persona sensata...

Lo veo acercarse a mí.

Bien, hora de huir.

Me pongo de pie y procedo a caminar dándole la espalda, sin embargo solo doy unos pasos, regreso por la margarita, lo tomo en mis manos y avanzo lo más rápido que puedo hasta que veo que no me sigue, solo me da la imagen de él viendo en mi dirección y parado como si se tratara de un psicópata asesino.

Mis pasos cada vez disminuyen y como dije, él es un misterio, sin embargo antes de dar el último paso, se los juro, mi cabeza golpea algo fuertemente mientras el líquido de la margarita se derrama por mis manos.

Me giro colocando mi mano en mi frente. —Auch..

Rápidamente subo la mirada cuando encuentro que me bloqueo, mis ojos se encuentran con un tipo alto, demasiado alto, al igual que el psicópata atrás mío.

—Mira lo que has hecho.

¿Y qué he hecho?

Bajo la mirada a su dedo acusador y observo su camiseta.

My Dignity has died for you (#1.5 Odio a los chicos)Where stories live. Discover now