Capítulo 3: Harada Kazuma.

2.8K 243 13
                                    

No conozco toda la historia, pero sucedieron muchas cosas mientras me sumergia en la desesperación por culpa del miedo a mi futuro.

Al parecer éste niño es huérfano; por ser el hijo de una antigua amiga de Okaa-sama mis padres decidieron adoptarlo, aunque no lleva nuestro apellido.

Onii-sama dijo que su situación es complicada ya que no tenía familiares, por ello era mejor evitar el tema con él.

No le creo del todo, pero Onii-sama nunca se equivoca así que escucharé todo lo que diga con respecto a ésta situación. Aún con todo eso, lo que más me gustaría es un manual para hablar con ese chico.

-Rei-chan, Rei-chan -Onee-sama me llama desde la rendija de su puerta entreabierta, ella actúa cada vez más raro ¿Le habré contagiado? -Rei-chan, Onee-sama quiere hablar de algo contigo -me llevó a rastras y nos sentamos sobre su gran cama con las piernas cruzadas.

-Onee-sama, ¿Estás bien?

-¿Eh? Por supuesto, sólo quería saber como te estás llevando con Kazuma-kun.

-Sobre eso...

-Lo suponía ¿Está siendo difícil?

-Me es difícil hablar con él.

-Ya veo... ¡Ah! Ven conmigo.

No estoy del todo segura de la razón pero Onee-sama me sacó, nuevamente, a rastras de su cuarto hasta la sala de música.

Ya existía un cuarto con un piano, pero desde que dije lo de querér aprender a tocar el piano y el violín Okaa-sama decidió remodelarla, incluso hay más instrumentos, eso también fue mi culpa, porque dije algo sobre lo hermoso de la música.

Eso sí, la acústica es de primera, muchos de mis maestros dicen que aman venir a darme clases ya que también pueden practicar aquí.

Onee-sama abrió un poco las puertas y se asomó a ver el interior.

-Onee-sama ¿Qué hacemos aquí?

-Shh... Mira ahí.

Dentro se encontraba el mismo niño inexpresivo que conocí antes, sólo que ahora esa inexpresiva mirada estaba fija en uno de los instrumentos que habían allí.

¿Por qué sigue mirando de esa forma al pobre violín? ¡Es imposible que ese hermoso ejemplar le haya hecho algo!

-Rei-chan tú... ¿Estas pensando en algo raro?

-¿Eh?

-No, nada.

En el momento en el cual quería preguntarle sobre que hablaba una hermosa melodía provino del interior del cuarto.

Era el violín, una hermosa pero triste melodía era tocada por el niño de mirada vacía, sólo que ahora sus ojos mostraban emociones, aunque únicamente pude distinguir una, melancolía.

Harada Kazuma.

¿Por qué un niño como él posee una expresión como esa? Mi cara debe haber hecho alguna expresión porque escuché a Onee-sama hablarme.

-¿Quieres saber un poco más sobre él?

-Harada...

No sé porqué, pero estoy segura de haber oído ese nombre antes. Posiblemente Okaa-sama lo mencionó mientras discutía su adopción en algún momento.

-Ese es y no es su apellido, ¿Lo sabías Rei-chan? La familia Harada, corrección, la familia principal del clan Harada ya no existe.

No lo entiendo del todo pero estoy segura de que Onee-sama acaba de lanzar una bomba monumental sin ningún reparo.

Onee-sama ¿Está bien que le digas eso a una niña pequeña como yo?

-En cualquier caso, Rei-chan llevate bien con él ¿De acuerdo? Así ninguno de los dos se sentirá sólo.

Luego de eso nos retiramos en silencio dejándolo practicar en paz, me sorprende que no se sintiera perturbado por nuestra presencia.

Tras unos días de seguir yendo a oírlo tocar el violín finalmente tomé una decisión, respiré hondo y abrí la puerta.

-...

-...

¿Quizás exagere? ¡Su cara lo dice! ¡Estaba tan nerviosa que utilicé demasiada fuerza!

-Yo, uhm... Te escuché tocar y...

-...Oh, el violín es tuyo...

-¡No! Ah, uhm. No es eso, es... ¡Aah, moou!

¡Me harté! No puedo más con esto. En retrospectiva, quizás me reproche lo que haga ahora pero... ¡¡Ese día no es hoy!!

Lo sujeté firmemente por la muñeca y, tal como Onee-sama hace conmigo, lo arrastre por todo el trayecto hasta el único cuarto donde podría encontrar algo para ayudarme.

-Rei-cha... ¡¿Kazuma-kun?!

Onee-sama está completamente aturdida, no la culpo, ingresé a su cuarto de forma brusca arrastrando a un niño, que estuve evitando, conmigo.

-Onee-sama necesito algunas de las cosas que mantienes ocultas.

-¿Eh? ¡¿Qué?!

¡Me volveré una genio, ya lo verán!Where stories live. Discover now