CAPITULO I

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(NOTA 2021: Hola, estaba leyendo una novela x cuando se me dio por leer el capitulo y sus comentarios y alv según yo ya había arreglado los errores de dedo y ortograficos pero ya ven que no :v así que lo voy a hacer ahora.)



    La policía nos hizo muchas preguntas a las dos, preguntas estúpidas y ambiguas, como si el policía quisiera que le dijera con solo ver la sangre en la pared con qué arma mató a la victima, hora, cómo iba vestido, añadiendo una descripción detallada de su rostro y lo que estaba haciendo la victima antes de ser asesinada. Lamento decir que no conocía a la víctima y por eso no me sentía tan abatida, de hecho, estaba incluso molesta por lo insistentes que eran los policías con nosotras por un extraño. Taylor expresó casi todas mis preocupaciones en voz alta  pero gracias a esa indignación se aseguró de que no descubrieran drogas en la casa, si nos llegaban a encontrar una pisca de esa mierda podía significar el fin de nuestra carrera musical aun en proceso.

   Después de muchas preguntas nos dejaron en paz y libres de sospechas, solo con una severa advertencia de tener más cuidado sobre dejar entrar desconocidos. Taylor se vino a mi casa con algunas mudas de ropa ya que los policías recomendaron dejar la escena del crimen tal y como estaba, por lo tanto las cintas de restricción serian un problema para moverse dentro. Yo vivo por ahora con mis padres, estamos en mi ciudad después de todo así que no servía de nada rentar un departamento. Apenas entrando, mi madre aparece realmente preocupada.

   —¡Oh dios, no puedo creer lo que ha sucedido! ¿No les pasó nada a ninguna de las dos ayer? —negué con la cabeza y nos dio un abrazo de bienvenida. Mi padre estaba trabajando y Taylor me dijo que subiría sus cosas y se daría una ducha con toda la tranquilidad del mundo, yo asentí—. No puedo creer que haya sucedido otra vez.

   — ¿Otra vez, es que acaso hubieron más recientemente? —le pregunté, en esta ciudad jamás había habido crímenes tan graves, los hay en todos lados, pero un lugar tan alejado de la capital nunca era tan corrupto como otros. Al parecer ya no.

   —El noticiero dice que es un asesino en serie —continúa diciendo, mientras enciende la estufa y pone agua a hervir, abre la alacena buscando su café de grano favorito y sigue hablando mientras mezcla el agua—. No han sabido de quien se trata todavía, le pierden el rastro a último  momento, es tan estresante vivir en esta inseguridad... de todas maneras, ten cuidado.

   Asentí y le dije que subiría a darme una ducha también, entro a mi cuarto y veo la ropa de Taylor revuelta en mi cama, sin ningún espacio en donde sentarme. Hace muchos años que no pasaba los días en mi habitación, la misma donde dormí por más de dieciocho años. Escucho la llave de la ducha cerrarse y Taylor sale con una toalla envuelta en el cuerpo y otra en la cabeza, me sorprende que esta vez salga con una toalla puesta.

   Tomo mis propias toallas y es mi turno de bañarme. En cuanto abro la llave espero relajarme pero las imágenes de la escena del crimen vuelven a mi mente. Puedo recordar las sabanas  manchadas y la carne mutilada de ese pobre tipo, sus ojos tan abiertos como platos y esa sangre espesa y oxidada, y las palabras escritas en la pared.

   —Go to sleep... —susurro sin pensar. Me gustan las películas de terror, me gusta ver la sangre correr detrás de una pantalla, pensé que sería igual a esas películas que acostumbro ver con Taylor los días que no teníamos nada que hacer durante los viajes, pero es algo realmente diferente. No solo lo ves, sino que tu cuerpo lo siente y lo resiente como si fueras igual de culpable que el asesino. El olor y la sensación en mis entrañas hace que se me revuelva el estomago.

   Termino de ducharme y me cubro el cuerpo. Ahora no solo hay ropa negra y jeans oscuros en mi cama, sino que hay labiales, polvos y delineadores esparcidos por todas partes. Taylor se da unos últimos toques en el rostro para después mirar su cabello en mi espejo de cuerpo completo, saco de mi propia maleta lo primero que encuentro y no siento ninguna pena al cambiarme en la misma habitación que Taylor. Intentar mantener tu privacidad en una gira musical es casi una proeza.

   Ya abajo, mi madre nos dejó dos tazas de café y panes calientes con una nota diciendo que saldría, y Taylor se tumba en el sillón y enciende la televisión. Me gustaba mi casa, no era tan grande ni tan pequeña, y no importaba si había gente o no en ella porque siempre me sentía muy cómoda. Taylor solía pasar mucho tiempo aquí cuando éramos estudiantes, ella ya debe de conocer mi casa como yo la suya.

   —Hey, ¿Qué les dijiste a los policías en la mañana? —Le pregunté a Taylor, ella le dio un sorbo a su café—, ¿les dijiste nuestros nombres?

   —No —fue lo único que dijo, parecía tener una resaca terrible—, nuestros nombres están protegidos de todas formas, ya me encargué de eso, pero... ¿puedes creerlo? Un asesino estaba ayer en nuestra fiesta y nadie se dio cuenta. Me da escalofríos quedarme en esa casa otra vez.

   —Puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras... —saqué un cigarro de mi bolso de mano y lo encendí, metiéndolo en mi boca.

   —No lo pregunté, sé que soy bienvenida en esta casa, por cierto, escuché lo que dijo tu madre hace rato.

   — ¿Lo del asesino?

   —Sí, tal vez si buscamos un poco en Internet... —aquellas palabras las dijo para sí misma, porque sacó su teléfono y se centró en él unos momentos— Aquí esta, mira esto.

   Me mostró el articulo de una página: "Asesino suelto". Hablaba sobre un perfil desconocido con un historial de sus otros homicidios, las fechas y los lugares, y en todas las escenas estaba la misma palabra que encontramos en la pared: Go To Sleep. El hecho de que un asesino haya estado en el mismo lugar que yo, que quizá haya pasado a mi lado o lo hubiera tocado, es como si estuvieras cerca de la muerte, pero tú no lo sabes hasta que la tormenta ha pasado.

   Siento una emoción en mi pecho, como esas veces que haces algo extremo y sientes que puedes hacerlo una y otra vez, la adrenalina del peligro. Así me siento, como si esa llamarada  no fuera nada y yo pudiera ser capaz de volver a atravesarla, sin importar que me arrepienta al momento decisivo.

   —Mierda, ¿ya viste la hora? —Me dice Taylor mirando el reloj pegado a la pared—, llegaremos tarde al ensayo si seguimos así.

   No hago más que suspirar, termino mi cigarro y apenas me acabo el café, nos lavamos los dientes y salimos de casa a pedir un taxi con guitarra y bolso a la mano. A veces me gustaría tener mi propio auto, pero luego pienso con mucha pereza lo costoso que es tener uno y lo difícil que es mantenerlo cuando apenas y éramos lo suficientemente capaces de cuidarnos a nosotras mismas.

   Pero así es la vida, difícil.

INSANO || Jeff The Killer (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora