Capítulo 39

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Penúltimo capítulo.

Comenzaba a despertarse y a moverse suavemente, estiró el brazo para tocar hacia un lado pero no había nada. Insistió, pero su mano solo chocaba con el colchón. Abrió los ojos y sí, estaba sola. Las cortinas estaban abiertas de par en par entonces el sol inundaba la habitación, se cubrió nuevamente, la luz le estaba dañando sus ojos. En ese momento donde casi recobraba el sueño otra vez, su teléfono sonaba a un lado. Se estiró para atender y vio quién era, Luciano. Se incorporó un poco y sintió ruidos en el baño pero supuso quién era...

-¿Bueno?
-¿Tienes voz de dormida o soy yo?
-Me vienes despertando.
-¿Recién? Son las 10 de la mañana.
-¡¿Qué, qué?!
-Fíjate.

Efectivamente, se fijó en el reloj de su lado y vio 10:03 am.

-Wow, no me imaginé que podría dormir tan bien aquí.
-¿Dónde estás?
-En la cama de Esteban.
-¿Sigues con esteban? Bueno... es una pregunta tonta. Sólo me sorprendí.
-Sí.
-Ahí tienes tu respuesta a por qué te levantas esta hora...
-Es que mis hijos me la han dejado servido en bandeja. Héctor se fue a acampar con Leonel y otros amigos y Estrella se quedó con Maggie.
-Pues... en realidad te llamaba para decirte que estoy por sacar los vuelos. Me regreso ya.
-Noooo, ¡espérame!
-No. Mis papás deben regresar y yo también, estoy aplanando unas reuniones. Tengo que retomar unos casos.
-Pues mañana regresamos nosotros también.
-Desde que me fui que me estás mintiendo, se suponía que regresabas el 2 de enero. Estamos a 7.
-Pues una semanita, está bien, es lo normal de vacaciones... no esperaba pasármela tan bien.
-Ahora entiendo quién te detuvo al volver.
-¿Qué estás queriendo decir?
-Nada...

Notaba que la voz de Luciano comenzaba a cambiar, lo notó molesto.

-Dime, lo que sea.
-No quiero recriminarte nada. Sólo te digo que no puedo quedarme más, demasiado he estirado mis vacaciones.
-Que aguafiestas... vuelvo mañana, nos despedimos y te vas. Quién sabe cuándo nos vamos a volver a ver. Aparte he comprado unos regalos para mi niña, los reyes han pasado por aquí también.
-...
-Anda... dime algo.
-No llegas mañana y lo siento, pero voy subirme a ese avión. Solo me quedo porque tengo planes esta noche...
-¿Y dime, ya vas a decirme por qué estás tan molesto?
-No estoy molesto, sólo que te estaba diciendo que tengo que regresar...
-bufa-Ya, no es necesario que intentes engañarme.
-se tomó unos segundos-No quería decírtelo por teléfono... pero si insistes, no entiendo que planeas hacer con Esteban.
-No planeo nada. No he pensado en nada más que esto que está pasando en este momento.
-Eso es lo peor María, estaba pensando en que me dijeras que apenas regresarías todo volvería a quedar en la nada. Y que volverías a ser la que eras cuando estabas alejada de él.
-Soy la misma.
-Ambos sabemos que no. ¿Quieres volver a pasar otra vez la incertidumbre de estos dos años?
-...
-Ahora tú dime algo.
-No dejé que mi mente lo piense, lo estaba pasando tan bien que no quería detener el tiempo para pensar que me pasaría cuando regrese a mi casa.

Volvió a meterse bajo las sabanas mientras oía a su amigo enfadado, esa era otra de las razones por la cual no quería volver, porque significaba detener su mente y que sus pensamientos la ahogaran. Palabras más, palabras menos, Luciano siguió con su discurso. Era lógico, cualquier amigo lo haría, y le recordaría lo mal que lo había pasado para no volver a pasar otra vez por ese lugar.
Colgó y suspiró profundo, no esperaba iniciar la mañana tan culpable. Sintió que la puerta del baño se abría y termino por salir bajo las sábanas.

-Hola dormilona.
-¿Por qué no me despertaste?
-Porque estabas demasiado profunda, me dio pena.

Le sonrió. Estaba espectacular, se secaba el cabello mientras le hablaba, estaba desnudo, lo sabía porque sólo tenía una toalla que le cubría sus partes íntimas. Se le secó la boca instantáneamente, y se dio cuenta que ella estaba igual de desnuda, pero no con ese olor delicioso que emanaba por haberse bañado hace un momento.

Lazos de Mentiras. #MyEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora