II

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Harry estaba plenamente consciente de que tenía que llevar a cabo su plan para conquistar a Draco—como amigo claramente— cuanto antes, pero no tenia idea de como hacerlo y de solo imaginarse que tendría que hablar con el joven que había hecho su vida, la de sus mejores amigos y la de muchísimos alumnos un infierno, le daba nervios. Mientras más tiempo pasaba, más estúpido le parecía este plan del que nunca debería haberle hablado a Hermione.

 Slytherin y Gryffindor compartían una clase de Adivinación. Harry estaba sentado con Ron, mientras que Hermione había dejado de asistir a las clases de la profesora Trelawney. Ron no prestaba atención a la clase de hacia rato, al igual que su amigo. No les interesaba en lo mas mínimo pero era una de las clases mas fáciles, y podían divertirse un rato en especial con una profesora demente como la que tenían.

De repente un gran golpe en la mesa de Harry y Ron hizo que se escucharan risas indiscretas por toda la sala y al mismo tiempo que los mejores amigos tenían las mejillas sonrosadas por la vergüenza. Las manos de la profesora habían azotado la mesita haciendo que se tambaleara y despabilando a ambos alumnos.

— ¡Señor Weasley! ¡Potter! —dijo Trelawney—, podrían prestar atención a la clase. Weasley, lea la taza de su compañero por favor  —dijo la mujer totalmente entusiasmada cambiando de humor drasticamente.

Ron temeroso, tomo su libro y la taza de Harry. Esta tenía forma de un sol, busco rápidamente en su libro que significaba.

—¿Morirá de nuevo el niño-que-vivió? Dime que si Weasley —dijo en tono burlón Malfoy, a lo que Harry le fulminaba con la mirada. El rubio le dedico una sonrisa divertida a el chico de lentes, haciendo que se sonrojara al pensar en el plan que ideo con sus amigos. 

—Es un sol... por lo cual significa... ¡Felicidad! —dijo Ron dirigiéndose a toda la clase—, alguien o algo te hará feliz Harry. —dijo guiñándole un ojo a su amigo.

La clase había terminado y los alumnos se agolpaban para salir, Ron estaba entre esos alumnos desesperados, mientras que Harry pacientemente guardaba sus útiles en su bolso encerrado en sus propios pensamientos, cuando de repente sus libros se elevaron en el aire y cayeron estrepitosamente al suelo. Al darse vuelta para ver quien había hecho eso,, se encontró con la odiosa sonrisa burlona de Draco Malfoy.

—¿Cúal es tu problema hoy, Hurón? —dijo Harry levantando sus libros, Draco hizo una mueca de disgusto a escuchar el apodo. 

—No lo sé, solo me gusta molestarte huérfano —le respondió al mismo tiempo en que movía su varita haciendo que los libros de Harry se posaran nuevamente sobre la mesa. El le dedico una sonrisa odiosa como acostumbraba y se fue.

¿Que demonios fue eso? se dijo para si mismo Harry. El sabía que Draco hacia lo posible para ignorarlo y cuando lo tenía cerca le hacía la vida imposible. Esa vez fue mucho más suave que lo normal y además no estaba con sus tontos compañeros de casa ¿Y esa patética sonrisa? Me gusta verlo sonreír. Al darse cuenta de que estaba pensando demasiado en Malfoy para su bien, sacudió su cabeza para dejar salir esos pensamientos sobre su archienemigo.

Al volver a la sala común, Harry sintió desagrado al ver que Hermione y Ron le esperaban, se imaginaba que era porque querían hablar sobre Malfoy y el estaba decidido a no hacer nada sobre ello todavía, o al menos esquivaba el tomar en acción la manipulación de Draco. Aún así no pudo evitar a sus amigos. 

—¿Harry? —le hablo Hermione, y ahí venia toda la charla.

—Hermione, no lo haré... no es el momento, tengo demasiado barrullo en mi mente. —ella ofendida por la actitud de su mejor amigo, le dio un sin fin de razones por las que debía hacerlo. 

Harry cansado de la insistencias de su amiga decidió dejarla e ir a practicar Quidditch en el exterior, le dijo a Ron que le acompañe, pero este dijo que estaba muy cansado. Lo que hizo enojar aun más a Harry. ¿Cansado? si claro, el solo quiere estar cerca de Hermione, porque no la invita a salir de una buena vez. 

La lluvia había mojado todo el estadio, y aún caía un leve roció, pero aún así nadie estaba alrededor. Se subió a su escoba y libero la snitch. Le sería todavía más difícil ver con el roció pero eso no impedía que jugara, aunque sea solo. 

Cuando subió a los aires se desespero buscando la snicht, pero cuando se dio cuenta, alguien volaba detras de él y al darse cuenta era el mismísimo Malfoy. Controló el sentimiento de querer salir volando de ahí en su escoba con tal de escapar del otro joven.

— ¿Juegas con tus amigos imaginarios Potter? —le grito Malfoy a través de la lluvia que había sido más fuerte al cabo de unos minutos. 

—No te cansas nunca verdad Hurón... —le respondió Harry, enojado por la interrupción de Malfoy en el momento de privacidad que tanto había estado esperando. 

Harry voló velozmente detrás de la snitch que había pasado entre los dos jugadores, al cabo de un momento Malfoy le seguía por detrás. Ambos volaban a la misma velocidad y se miraban el uno al otro, la adrenalina aumentaba al mismo tiempo que la lluvia a medida que subían mas alto. Harry se estiro un poco para llegar a la snitch que iba a velocidades inimaginables, mientras la lluvia lo golpeaba con fuerza en la cara —por suerte no llevaba sus lentes puestos—, con un último esfuerzo logro atrapar la pequeña pelota de oro, solo lo había hecho para terminar de una vez y alejarse de alumno de Slytherin.

Descendió mas lento y respirando agitadamente, había perdido a Malfoy de vista hace rato y no se había dado cuenta de que el estaba abajo. Cuando Harry bajo de su escoba Draco se le acerco y este se puso a la defensiva esperando algún insulto o otra cosa peor, pero no dijo nada y se volvió en silencio de vuelta al castillo bajo la lluvia. Su actitud le había parecido sumamente extraña a Harry.

Harry se extraño de la actitud de el chico que había sido su enemigo desde que había entrado a Hogwarts,  pero  al mismo tiempo ofendido porque no había escuchado lo que quería de parte de Malfoy ¿Ofendido? se pregunto a si mismo ¿Que demonios podría esperar de él? ¿Que me sucede? Harry siguió preguntándose que le pasaba respecto a Malfoy últimamente, pero ni siquiera el mismo se entendía, sería lastima tal vez, las palabras de su padrino hacían eco en su cabeza... maldecía a Sirius por dentro.

 Vio a el rubio a lo lejos saliendo del estadio ¿Le sigo o no le sigo?  cuando se dio cuenta ya estaba a unos pasos de Malfoy.

— ¡Hey, Malfoy! —en ese instante se arrepintió de haberle hablado.

—¿Qué demonios quieres Potter? —Harry se sintió confundido por el extraño y repentino cambio de humor de Draco. Pero aún así siguió con su cometido. 

—¿Quieres... hacer esto de nuevo? —preguntó tímidamente.

—¿Que? —Draco frunció el ceño en señal de confusión pero después se sonrojo al darse cuenta de que hablaba de Quidditch.

Se quedaron en silencio y luego Draco dijo:

—Te avisare cuando tenga tiempo —dándose cuenta de que sonó como si se moría por estar con Potter agregó—, hago cosas mas importantes que lucirme como tú lo haces niño. 

Y así se dio la vuelta y se fue. Harry espero un poco para no ir junto con él, quería darle su espacio, pero aún así sentía ansias de contarle a sus amigos —y solo a sus amigos pues no quería decir nada a los integrantes del ED— que finalmente había comenzado su estrategia, si así podía llamarse.

No se había dado cuenta, pero aquel acto de bondad, de amistad que había ofrecido hacía aquel joven solitario y cerrado que era Malfoy le había disipado el mal humor. Harry recordó con una sonrisa las palabras que el profesor Remus Lupin le había dicho hace un tiempo, le hablo de su madre, una joven llena de bondad, que trataba de ayudar a todos... Harry quería parecerse a ella en lo más que pudiera y lo intentaría, anhelaba convertirse en un ser de amor y cariño como lo era Lily Evans.

A Beautiful Lie ;drarry;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora