VI

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El primer castigo de Harry y Draco era pasar toda la tarde organizando los libros de la biblioteca de Hogwarts, guiados por la vieja bibliotecaria Irma Pince. 

Ellos estaban entre las estanterías en donde había unos viejos libros muggles, para cualquier estudiante que le interesara, pero a Draco esa tarea se le hacía cada vez más insoportable. El platinado hacía todo de mala gana, mientras que Harry estaba apresurado, quería terminar para poder ir a practicar con el ED. 

—Este lugar, estos libros, estas historias patéticas y aburridas ¿Por qué habrían de ser interesantes para los muggles? —dijo Draco con su típico tono de asco.

—Lo son para algunas personas sabes, historias de aventuras, terror, drama y amor —le respondió sin mucha importancia—. Tal vez alguien escribe una historia sobre Hogwarts en el mundo muggle...

—Las historias de amor son patéticas — interrumpió el otro, mientras se sentaba y cruzaba los brazos.

—Lo dices porque nunca has vivido una Malfoy —Harry se ríe de el y Draco se sonroja.

—¡¿Y tú qué sabes traidor?! —le gritó Draco con tono despectivo, y al instante escucho un fuerte susurro de parte de la bibliotecaria furiosa y estricta.

—¡Oh!... se de quién te has enamorado —le respondió remarcando la palabra enamorado—, es de Parkinson ¿Verdad? Eso se llama tener estomago —dijo Harry riendo estrepitosamente, de vuelta un susurro poderoso de parte de la bibliotecaria.

Draco furioso por el comentario de Harry, se paro de su silla y pateo la escalera en la que el chico se había subído, haciéndolo caer ruidosamente sobre él quedando a centímetros uno del otro. 

—¿Qué demonios haces Potter? —dijo Draco cortando la tensión con sus palabras

—¡¿Tú qué haces?! ¡Me empujaste psicópata! — le respondió mientras se paraba. 

Ambos se pusieron de pie para recibir a la señora Pince, escucharon sus reprimendas y amenazas en silencio hasta que se fue.

—Eres una escoria, Potter. —Draco miro al piso y no volvió a dirigirle la palabra. 

Era tarde y ya había anochecido, Umbridge les dijo a ambos que no se irían hasta que terminaran de hacer las tareas que la bibliotecaria les había delegado, sin magia claro. Ya no había alumnos en la biblioteca por el toque de queda que la Inquisidora había impuesto a los alumnos, por lo que Harry y Draco estaban solos, la bibliotecaria se había retirado hacia una hora. 

Draco era un completo inútil, no podía hacer nada bien sin la magia por lo que se quedo sentado en un costado y quedo profundamente dormido, eso desespero un poco a Harry pero al mismo tiempo lo alivio, no soportaba estar al tanto de Draco y mucho menos de el silencio que le había dedicado, le había sorprendido la forma de actuar de joven, de seguro era molesto para sus amigos, si es que tenía algunos verdaderos. 

Harry había terminado con todo el trabajo más rápido que con la ayuda de Draco, era el momento de irse pero el rubio aún seguía sentado, profundamente dormido. Harry no sabía que hacer, de todas formas Draco lo mandaría al diablo. 

Antes de echarle un ultimo vistazo a todo el trabajo que había hecho solo, vio el libro al que Draco llamo patético, Romeo y Julieta, había escuchado a Hermione hablar sobre él, pero a Harry no le interesaban los libros, sean de magos o de muggles. Excepto por aquel libro, no se lo había dicho a Hermione porque le avergonzara que supiera que era un adicto a las historias de romance a las que Draco había insultado sin siquiera saber, entonces, en un intento desesperado porque alguien lo entendiera, guardó el libro en la mochila de Draco con sumo cuidado. 

Miro al rubio una última vez, no estaba seguro de si debería despertarlo o no. Al final decidió que sería demasiado vergonzoso si se diera cuenta de que él había dejado aquel viejo libro en su mochila por lo que decidió irse en silencio. Le dolió haberlo dejado solo en aquel inmenso laberinto de libros en medio de la oscura y fría noche, de seguro que Filch lo llevaría arrastrando a su habitación, eso de alguna forma lo reconfortaba. 

Camino a su dormitorio, Harry se dio cuenta de que se había preocupado como nunca antes por la persona que le había hecho imposible los últimos años en Hogwarts. 

A Beautiful Lie ;drarry;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora