Capítulo 13 UNA NUEVA VIDA

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Eran las cuatro con quince minutos de la tarde cuando por fin el cuarto más sucio de la antigua casa, se convirtió en lo que hacía más de cincuenta años era; una hermosa sala de estar con un poco de estilo barroco que en la época era muy demandado por los adinerados.

Fuera de la casa se amontonaron dos montañas medianas de polvo y arañas muertas junto con un montón de basura, Zabivaka tomó un costal vacío de la lavandería para almacenar aquella basura acumulada de años. Luego cruzó la cerca para depositarlo en el bote correspondiente más cercano, después de volver encendió de nuevo el candelabro central de la sala de estar junto con las cuatro lámparas en cada esquina, no cabía duda que un duro trabajo había valido la realmente la pena.

-Bien hecho, Zabivaka, para ser la primera vez no está nada mal... Lástima que nadie pueda apreciarla aparte de mí- bajó un poco sus orejas- Pero eso es lo de menos, mientras yo esté satisfecho y tenga oportunidad de apreciarlo es suficiente, ahora me parece que hay que leer un poco ese diccionario alemán antes de ir a esa tienda de ropa.

Zabivaka subió corriendo las escaleras para tomar el diccionario que Arnold un día antes había guardado en su mochila, al llegar a su habitación tomó su mochila para luego bajar corriendo a la sala de estar, una vez sentado en el sillón que daba espalda a la ventana abrió el diccionario en la letra ¨A¨

RUSO- ALEMÁN

Abstracto: Zusammenfassung

Almirante: Admiral

Al leer las dos primeras palabras Zabivaka se sobresaltó al percatarse que algunas se escribían y pronunciaban completamente distinto, al igual que ciertas eran muy similares en escritura y pronunciación.

-Tal vez, sea conveniente que formule mis propias oraciones cotidianas y las traduzca para tener una mejor oportunidad de mantener una conversación- sin plumas o lápiz a la pata formuló la primera palabra en su mente; ¨Hola¨- Si será excelente para iniciar con éste aprendizaje.

Pasó dos horas traduciendo, repitiendo y utilizando su lógica máxima para pronunciar el difícil idioma alemán. Iba de extremo a extremo de la sala hablando en voz alta y haciendo ejercicios con la garganta para mejorar la pronunciación de ciertas frases que había aprendido.

Despuésde aprenderse hasta el número cincuenta, volvió a repasar la pronunciación decada letra que para él resultaba un poco difícil pero al mismo tiempofascinante, pues dentro de sí mismo. Zabivakase había percatado que le encantaba aprender idiomas. Al menos era el caso delalemán, que para miles de personas resultaba uno de los idiomas más difícilesde aprender. 

    -Séque es muy poco lo que he aprendido, pero con el paso del tiempo será más fácil. Buenomi ropa nueva me espera- sacó el dinero que Rudy le había regalado... Pero al vertrescientos euros se llevó una pata a su hocico- Esto es demasiado , es un regalo pero enorme. Rudy en realidad me ayudará mucho con esto, algún día podré regresárselo.

Zabivaka subió para vestirse, posterior a ello bajó las escalaras para volver a tomar la mochila de la sala de estar. Salió de su nueva casa en dirección a  la tienda de ropa que según Arnold estaba cerca de la catedral de Berlín.

Luego de salir por el callejón Zabivaka cruzó la calle, para luego dirigirse a la catedral y pasear un poco por la ciudad. Dos avenidas más tarde se encontraba justo afuera de la catedral, después de ello caminó un poco por las calles que se encontraban a espaldas de la misma en busca de una tienda prometedora, el pequeño lobo al estar en el centro de Alemania se encontró con diversos restaurantes, muchos hoteles y cafeterías pero seguía sin encontrar la tienda de ropa. Ahora debía recurrir a poner en práctica algo de alemán.

-Disculpe, puede usted decirme donde...- se quedó pensando al mismo tiempo que un lobo blanco lo observaba- está la tienda de ropa cercana.

Su alemán no era el mejor, pero al menos sintió que había encajado en las palabras correctas, pues inmediatamente el lobo hizo gesto de haber comprendido las palabras correctas.

-Si lo que buscas es Lam suite, puedes encontrarla detrás del hotel Royal Place, amigo- indicó, pero hablaba tan rápido que Zabivaka estaba en sus cinco sentidos para intentar entender claramente- Te la recomiendo mucho, amigo, y suerte- se despidió.

-Gracias- dijo Zabivaka en alemán mientras se retiraba el lobo- Hotel atrás, no estuvo nada mal este primer encuentro.

En realidad comprendió solo palabras clave, como el saludo y ciertas indicaciones pero así fue ya que justo detrás del gran hotel, Zabivaka encontró una enorme tienda departamental con inmensos jardines, sin pensarlo entró y lo recibieron los empleados que estaban en la puerta, jamás le habían recibido de una manera tan agradable. Posterior a ello recorrió el primer piso que correspondía a mobiliario para el hogar, al subir las escaleras memorizaba ciertas palabras en los anuncios y las consultaba con su diccionario para comprender el significado.

-Segundo piso- encontró el significado- Excelente parece que las prendas de vestir están justamente aquí.

Recorrió buscando ropa para ciertas ocasiones, de repente se encontró en una zona especialmente para machos, rápidamente buscó una chaqueta sencilla pero abrigadora para el invierno, seguido a eso buscó tres camisas de manga larga y tres de manga corta.

-El blanco me ha cansado, creo que una roja y una verde estará bien junto con ésta negra para el invierno, ya para el verano escogeré éstas dos blancas con azul, así es igual a la que traigo puesta.

Después de llevar sus camisas y chaqueta en la pata derecha adquirió dos pants negros y dos pantalones deportivos rojos, después se dirigió a pagar su cuenta.

-Cincuenta y cinco euros con ochenta centavos- pronunció rápidamente la cajera, pero por consecuencia de tiempo Zabivaka solo conocía hasta el número veinte en alemán.

-No entiendo- dijo en alemán y se apuntó al ojo- necesito ver la cantidad por favor- y apuntó al monitor de la computadora.

Inmediatamente la cajera se percató que no entendía bien el número cincuenta y cinco en alemán, le mostró el ticket de compra para que el mismo verificara la cantidad, después de checarla entregó un billete de cien euros y recibió su cambio junto con dos bolsas afortunadamente llenas de ropa, salió de la tienda.

Con el resto de dinero que le quedaba se buscó otra tienda departamental, para comprar toda la comida posible al igual que productos de aseo personal, jabón para continuar limpiando la casa y detergente para su ropa. Dado que no sabía cocinar compró un libro de recetas sencillas, al salir de la tienda compró por último una tarjeta con saldo para poder trasladarse en el metro de la ciudad, al terminar con todas sus compras tuvo un poco de dificultad para trasladar cinco bolsas con sus dos patas.

Al llegar a su nueva casa el lejano reloj dio las diez de la noche, pero decidió desempacar la comida luego de limpiar la cocina y el antiguo refrigerador que afortunadamente funcionaba.

Ya después de tomar su segundo baño del día, Zabivaka se vistió con un pants y una camisa de manga larga de las cuales había comprado, con su diccionario en las dos patas volvió a repasar lo aprendido aquella tarde junto con las nuevas palabras que había aprendido durante su visita a las dos tiendas departamentales. 

ZabivakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora