Capítulo 9 BERLIN ALEMANIA

Începe de la început
                                    

-Bueno por allá está el monumento más importante de Berlín... No recuerdo cómo se llama pero si logramos llegar a él, podremos llegar a casa de mi tío, pues conozco el camino.

-Haré lo que tú digas, Rudy, pero estoy un poco asustado jajaja, ya me entiendes, nueva ciudad.

-Oh por supuesto que lo hago, Zabivaka.

Después de aquel diálogo emotivo entre los dos amigos se dirigieron a aquel monumento que había mencionado Rudy, se trataba de una estructura construida en la época de Hitler llamada ¨Puerta de Brandeburgo¨ justo debajo de él Rudy se percató de inmediato del camino a casa de su tío.

-Podríamos tomar un taxi, o ¿prefieres pasar a comer algo, Zabivaka?- sugirió Rudy.

-Sinceramente no tengo hambre- Dijo Zabivaka- quiero conocer más esta linda ciudad.

-Aguarda un poco, aún tenemos que llegar, recuerda lo que pasó en el barco, pues mi tío puede tener la ideología de que estoy muerto.

Los amigos decidieron tomar el taxi, dado que Zabivaka se encontraba exhausto, al pasar un auto que por fin se detuvo el conductor no comprendía ni una sola palabra de lo que los chicos decían.

-Entschuldigung Welpen, ich kann dich nicht verstehen (Lo siento cachorros, no entiendo)- Dijo el conductor al tiempo que abordaban.

-Yo puedo ayudarlos, si gustan- se ofreció un perro un poco más grande que Zabivaka y Rudy- Mi nombre es Juan, sé alemán aunque no crean.

-Estaría excelente, amigo- Dijo Rudy.

Juan entró en el taxi y pidió a los cachorros la dirección, misma que fue traducida inmediatamente al conductor.

-Qué onda carnalitos, vaya que son nuevos en Alemania- Saludó Juan.

-No se ve que tú seas un alemán del todo- Dijo Zabivaka.

-O para nada, soy mexicano, un placer, estoy aquí para ya saben tener mejores oportunidades, eligieron una ciudad excelente. Aprendiendo alemán será pan comido, se los garantizo.

Pasaron frente a la sede del parlamento alemán, seguido de tres avenidas que conectaban con una sofisticada zona residencial, el taxi dio ciertas vueltas al mismo tiempo que Zabivaka se sentía algo inseguro y nervioso por conocer al tío de Rudy.

-Bueno hemos llegado, puedes pagarle al señor taxista y quedarte esto para regresar a tu destino, Juan- Ofreció Rudy.

-Tomen mi teléfono por si me necesitan- se lo tendió a Zabivaka quien cedió a aceptarlo- Nos vemos pronto y échenle ganas, les va gustar un buen Berlín.

Los dos amigos bajaron del taxi, mismo que siguió por la calle hasta dar una vuelta y alejarse por las calles que volvían a conectar con la avenida que los había llevado hasta la zona residencial, Rudy se aproximó a tocar el timbre de la casa.

-Te va caer bien, Zabivaka, tranquilízate un poco- sugirió Rudy.

Al poco tiempo de tocar el timbre un pastor alemán de casi dos metros de altura salió de la elegante residencia, su rosto era muy robusto al igual que su cuerpo muy fornido, pero su cara de desconcertado cambió por completo al ver a Rudy, se dejó llevar corriendo con fuerza hasta la reja que la abrió de golpe y abrazó a su querido sobrino ignorando completamente a Zabivaka.

-¡Rudy! Estás bien, no puedo creerlo, ayer vi las noticias querido sobrino, 200 sobrevivientes de más de dos mil almas a bordo de ese barco y entre ellos estás tú- su acento alemán se notaba a grandes rasgos pero sus lágrimas sorprendieron a Zabivaka.

-Me sorprende en realidad la cifra tío pero antes quisiera...

-Oh si adelante por favor, bienvenido a casa, Rudy- Dijo su tío haciéndose a un lado.

-Tío... ¿Podría mi amigo Zabivaka entrar con nosotros?- su tío Herman accedió pero sin dirigir la palabra a Zabivaka.

Ya adentro, los cachorros tomaron un poco de té alemán que el mayordomo había ofrecido, al mismo tiempo Rudy se preparaba para hablar con su tío respecto a la situación actual.

-Tío, no sé si mi padre te lo ha comentado ya... Zabivaka es como un hermano para mí- Su tío lo miraba fijamente- Si mi papá no lo ha hecho te lo pediré yo... ¿Puede quedarse Zabivaka con nosotros?- respiró hondo- Necesita que lo ayudemos.

-Lo siento mucho- Tío Herman se puso de pie, sus enormes patas rechinaban con la madera a cada paso que daba- No puedo admitirlo, es difícil porque no tiene VISA, pues me lo ha comentado tu padre y no tramitaré la custodia de un... ilegal en el país-volteó hacia Zabivaka.

-Pero tío, si tan solo le dieras la oportunidad...

-¡NADA DE ESO!- volteó Tío Herman hacia los cachorros caminando de nuevo hacia ellos, la resonancia de cada una de sus pisadas era más fuerte- Lo siento amigo lobo pero tengo que pedirte que te retires.

-¡No tienes corazón, Tío!- protestó Rudy.

-¡BASTA!- volteó su Tío- ahora vives en mi país, en mi casa y por consiguiente bajo mis órdenes, Rudy. Tu amigo se retira, tienen...- consultó su reloj- Cinco minutos- y se retiró.

Rudy se acercó rápidamente a su mochila para sacar un fajo de billetes, Zabivaka se sentía muy incómodo pero lidió la situación ya que estaba acostumbrado a ese tipo de trato por parte de la señorita Anastasia del instituto en Rusia.

-Ya estoy acostumbrado- dijo pacientemente- Yo me cuidaré solo, Rudy, pierde cuidado.

-Llamaré a papá, no te dejaré solo así que toma esto y busca un hotel, no dudes en llamarme cuando llegues allí, Zabivaka yo te ayudaré tenlo por seguro- abrazó a Zabivaka quien aceptó el dinero.

-En realidad agradezco todo lo que haces por mí, querido hermano- estrechó su pata- nunca lo olvidaré, esto no es un adiós sino un hasta pronto.

Rudy sacó otra cantidad de dinero para que Zabivaka pudiera comprar algo de ropa y tener la oportunidad de cambiarse, se dirigieron a la reja principal y con todo el dolor del corazón, Zabivaka salió de la residencia, igualmente con dolor Rudy cerró la reja y le tendió un papel con el número telefónico y la dirección de la residencia de su tío.

-No vayas a la embajada, ni te dejes ver por policías porque te deportarán a Rusia, Zabivaka, llamaré a papá y estoy seguro que nos veremos aquí de nuevo muy pronto, corre al hotel más cercano y trata de no salir hasta que te llame, amigo- Dijo Rudy.

-Gracias en verdad, así lo haré cuídate mucho y no te dejes intimidar por tu tío- sugirió Zabivaka.

-¡RUDY! ENTRA A CASA- ordenó Tío Herman desde el interior.

-Nos volveremos a ver, Zabivaka- y así estrecharon su pata por esta ocasión.

Alemania estaba frente a Zabivaka, una barrera de idioma con qué lidiar, decisiones importantes que tomar y sobretodo lo desconocido aguardaba solo al siguiente paso. Es así como Zabivaka decidió armarse de valor y dirigirse recta y seguramente a la vida que lo esperaba frente a él mismo. ¿A dónde iría? Era la primera de cientos de interrogantes que surgirían a partir de este punto. 

ZabivakaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum