26ª Herida

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Una vez se me pasó el cabreo por el susto Bastian volvió a aparecer en mi despacho, mil veces más vacío que hace unos días, y me sirvió algo de té.

–Y Canek? –Pregunte recordando que no había hablando con calma con él.

Nada más verlo recuperado lo primero que había hecho era gritarle y agredir a Bastian delante suya tras llevar un susto de muerte con ese muerto del sótano.

–Al haberle gritado y experimentar la atmósfera que se crea cuando se cabrea regreso el dolor de cabeza y un poco el mareo así que volvió a encerrarse en su habitación con la luz apagada –Explicó terminado ya de preparar la infusión–. Pero la droga está prácticamente eliminada de su organismo, solo tiene que volver a estar en óptimas condiciones.

–Puedes irte –Ordene aceptando la taza de té y llevándomela rápidamente a la boca.

La verdad es que sabía que había actuado por el cabreo, pero tampoco tenía nada de que arrepentirme, dado lo que había visto estaba claro que le quedó la lección aprendida.

Una vez me termine el té me invadió el simple capricho de fastidiarlo y dormir con él aún sabiendo su dolor de cabeza, así que teniendo en cuenta que la noche estaba por terminar cumplí mis deseos y fui directo hasta la habitación de Canek, donde nada más llegar abrí la puerta sin llamar y encendí la luz.

Canek rápidamente se quejó girándose en su cama y agarrándose la cabeza mientras hundía la cabeza entre las sábanas más molesto de lo que me esperaba por la luz.

–Quiero que duermas conmigo, ponte el pijama más corto que tengas y preséntate en mi habitación en menos de 10 minutos –Ordene queriendo presionarlo también para comprobar si solo podía saltar invadido por el miedo para defender a alguien.

–No me encuentro demasiado bien –Murmuro arrodillándose en la cama pero sin llegar a abrir los ojos que se tapaba con las manos.

–Y yo tengo un capricho –Conteste dándome absolutamente igual su estado.

Aunque no terminaba de ser verdad esto último, pero aún así deje la habitación sabiendo que me tenía que mantener rotundo, hoy con más razón que nunca tras haber presenciado mi castigo contra Bastian.

En menos de 10 minutos, como había ordenado, apareció acompañado de una sirvienta, abrazándose a sí mismo por el frío, que le ayudó a llegar hasta la cama, en la que se sentó rápidamente aún costándole mantener los ojos abiertos mucho rato y seguramente dejando las gafas en su habitación.

Llevaba puesto un pantalón extremadamente corto color crema que dejaba ver su calzoncillo negro sin muchos problemas al ser algo flojo y prácticamente de mismo largo que el calzoncillo, la camiseta color naranja con un bolsillo con la cara de un oso también era bastante corta dejando a la vista su vientre y dejando poco lugar a la imaginación por lo floja que le quedaba en comparación a su cuerpo estrecho.

–Justo como a mí me gusta –Murmure acercándome a él para darle un beso que no rechazo pero me resulto seco.

Bastian nos trajo la cena a la habitación al ver que no íbamos a cenar en el comedor, pero Canek comió muy poco mientras veía su cabeza ladearse por momentos hacia los lados.

–Puedes dejarlo si no quieres más –Comente una vez termine y vi que había tomado menos de la mitad del plato y no parecía tener demasiada hambre.

Seguramente por dentro lo agradeció enormemente por qué tras decir eso apartó el plato sin dudarlo dos veces.

En cuanto se apago la luz pude escuchar un suspiro de alivio a la vez que él se acurrucaba entre las sábanas más tranquilo por no tener luz.

Mascota  (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora