Hasta que la muerte nos separe.

Start from the beginning
                                    

Ok, ok, sigo. Daisy empezó a dudar lo que estaba haciendo, vamos, que la entendemos, casarse no es algo que se debe tomar a la ligera. Daisy ya se iba a poner a llorar y arruinar el maquillaje que Christie con tanto empeño había hecho por ella. Afortunadamente, en ese momento entró Sophie a la habitación y al ver el estado de su amiga y futura cuñada oficial la alertó. Muy bien, citemos, yo sé que ustedes quieren los detalles, trataré de citar bien lo que ellas me dijeron que dijeron. Esperen, eso ultimo está mal escrito, ¿verdad? No me miren así, ya entendí que no les importa y solo quieren chismosear.

—¿Qué te pasa? ¿Estás bien?—había dicho Sophie acercándose a la chica que estaba a punto de romper a llorar.

—Soph, sé que no debo decir esto y mucho menos a ti que eres la hermana del novio pero... ¿y si me estoy equivocando? ¿Y si todavía no es el tiempo de tomar esta decisión? ¿Y si...

—¡Ya basta de los y si!—exclamó ella acallándola—. Daisy, el matrimonio es solo un papel que los unirá aún más. Lo importante es que ustedes se amen y los he visto. Ustedes se aman, demasiado. Todos quisieran tener lo que tú y mi mellizo tienen, son especiales juntos, se complementan. ¿Realmente estás dudando del amor que ambos se profesan en este momento cuando todo el mundo sabe que no pueden vivir sin el otro?

Les podría decir que respondió Daisy pero con mis problemas de memoria no lo recuerdo. Pero que luego hubiera llegado a la puerta de la iglesia con una gran sonrisa, me imagino que la respuesta fue que si amaba a Connor y se iban a casar.

Cuando la marcha nupcial sonó, las manos de Connor empezaron a sudar—ya sé que ustedes querían leer los pensamientos pecaminosos de mi niño, voy a tener que alejarlas de Conito, me lo están pervirtiendo—. Muy bien, por la cabeza de Connor solo podían pasar todos los momentos que había pasado con su dulce y amada Daisy, era así, la amaba con todo su ser y a pesar de los miles de comentarios que tuvo por parte de sus amigos sabía que no estaba arrepentido de haber tomado esa decisión.

Cuando ambos se tomaron de las manos en el altar sabían que estaban haciendo lo correcto, afianzar su amor, demostrárselo a todos—aunque no tenían que hacerlo—, y sobre todo unir más allá sus vidas, juntos.

No sé por qué presiento que ustedes quieren escuchar los votos matrimoniales, para su suerte, eso es lo que pude ver en el vídeo. Se los contaré... con pelos y señales.

¿Qué dijo Connor?

—La primera vez que te vi con esa dulce sonrisa adornando tu rostro lo supe. Te quería para mí, todo mi cuerpo me pedía a gritos acercarme pero yo como cobarde no me lo permití. Nuestros mejores amigos estuvieron ahí cada día diciéndome que inventara cualquier excusa para acercarme. ¿Qué mejor que hacerlo pidiendo un lápiz? Funciono... y muy bien. ¿Quién iba a creer que por pedirte un lápiz todo cambiaría entre nosotros? Gritos, peleas, algunas tontas cabe destacar, pero fue la manera más original de acercarme a ti y demostrar un poco lo mucho que me interesabas. Pasamos tiempo cada vez más y más y pude ver lo que había a través de ti... hizo que me gustaras más, tanto que me enamoré de ti, Daisy Rogers. De tu dulzura e inteligencia, de tu belleza interior y exterior, de cada pelea o desacuerdo que tuvimos, de cada sonrisa o carcajada que te hice soltar. Toda tu, me enamoraste mi señora lápiz y ahora estoy ante ti, ante nuestros padres, ante nuestros hermanos, ante nuestros amigos y ante Dios jurándote amarte y respetarte cada día de mi vida, hasta que la muerte nos separe.

¡No lloren, coño! Yo no estoy citando todas estas cosas para que estén llorando, más bien griten de felicidad porque lo que mi niño dijo estuvo precioso. Ainss, yo quiero un hombre así, pero lo veo difícil sabiendo que este es mi décimo octavo día de San Valentín que lo paso en mi cama haciendo nada, porque ni admiradores tengo.

Regálame un lápiz | Los Intocables #1Where stories live. Discover now