Capítulo 8: la fiesta

Start from the beginning
                                    

Me sonrojé ante su comentario, y sonreí. ¿Dos chicos súper guapos dándome atención en menos de dos días? Sí. Definitivamente iba a caer un meteorito dentro de poco.

Ian levaba dos vasos en la mano. El líquido de adentro era naranja, por lo que supuse que se trataba de zumo de naranja con vodka, o alguna otra bebida de ese estilo. Me ofreció uno, pero lo rechacé amablemente.

—Gracias, pero no bebo—dije.

Las bebidas alcohólicas me caían mal. Pero mal en el sentido de que tomaba un trago de lo que sea, y a los pocos minutos la estaba vomitando. Nunca supe por qué era, pero dejé de intentarlo porque terminaba pésimo. Suponía que esta genética rara que tenía también incluía ser extra sensible con lo que ingresaba en mi cuerpo.

Yupi.

Ian rio.

—Es zumo de naranja sin nada más, tranquila.

—Lo siento, pensé que era vodka o algo de eso—respondí, avergonzada por alguna razón.

Ian negó con la cabeza, sonriendo, y me pasó uno de los vasos.

—¿Tú no tomas? ¿O el tuyo sí contiene alcohol?—pregunté mientras llevaba el vaso a mis labios. Definitivamente era zumo de naranja solo.

—No, no tomo. Ni siquiera cerveza—respondió y arrugó la nariz.—No le hacen bien a mi cuerpo y saben feo.

Lo miré, asombrada. Casi todos los adolescentes que conocía tomaban sin parar, y me parecía raro que un chico como Ian, músico y que parecía ir a fiestas a menudo, no lo hiciera.

Que le den a los estereotipos, ¿no?

—Vaya, te felicito—dije.

No me parecía una atrocidad tomar, yo lo haría si lo pudiese contener más de tres minutos en mi estómago, pero me parecía muy bueno que no lo haga porque quisiera cuidar su cuerpo.

—Gracias—contestó llevándose un vaso a la boca.—Ven, vayamos afuera. Están unos amigos que quiero presentarte.

Como mis amigos estaban desaparecidos, decidí seguirlo. Usualmente, hubiese rechazado la oferta de conocer extraños, pero era eso o quedarme sola, y no me apetecía en absoluto. Además, Ian me inspiraba confianza, por alguna extraña razón, así que lo seguí casi sin dudar.

Salimos por una puerta y nos adentramos en el patio trasero. Era muy grande, con una piscina incluida, y había varios grupos de jóvenes repartidos en el espacio. Caminamos hasta llegar a un costado, en donde había varias personas reunidas. Todos saludaron a Ian y este me indicó que me sentara en una silla que estaba libre, mientras él se colocaba en el piso, entre mis pies.

―Chicos, ella es Iris, una amiga...—Me presentó. Giró su cara y me guiñó el ojo.

Sonreí hacia los que estaban en la ronda y recibí varios saludos de su parte. Por lo que mis ojos alcanzaban a ver debido a la oscuridad, había tres chicos, sin contar a Ian, y dos chicas. Todos parecían bastante agradables, en especial porque no dijeron nada de mis ojos. Aunque suponía que con la poca luz que había, aparentaban ser de un color normal.

―Estamos jugando a verdad o reto, ¿se suman? ―Nos preguntó una chica con bonitos rizos rojos.

Dudé antes de responder. No quería, pero me miraba tan expectante que tuve que asentir con la cabeza.

Estar hablando de juegos me hizo pensar en Emma y Trevor. ¿En dónde se encontraban? Nunca me dejaban sola, pero esta noche parecía ser distinta. Suspiré, y agradecí por lo menos estar con Ian y sus amigos.

La chica rió y le dio un codazo al chico que tenía al lado.

―Bien, empiezo yo. Nate, ¿verdad o reto?

HorusWhere stories live. Discover now