El teorema del destino y la casualidad

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El teorema del destino y la casualidad

Bajo distintos teoremas

caminaban dos almas ajenas al amor,

dos vidas extrañas para sí mismas y para todos los demás,

dos sombras que se preguntaban si eso del amor

es realmente como lo describían aquellas canciones

que cantaban en las esquinas los bohemios enamorados.


Ella solía caminar por la calle y cada que miraba

el ocaso del atardecer se preguntaba así misma

hasta cuando llegara el día en que cupido

venga para darle alas a su corazón,

aunque ella prefería llamarle destino.


Él siempre esperaba por su ventana

y cada que la luna llena aparecía en su horizonte

en su habitación resoba i want you de Bob Dylan

y con esa melodía de fondo

él le preguntaba al astro donde fue que su suerte se había perdido

porque el amor siempre se escondía a la llegada de un nuevo día.


Dos almas extrañas tratando de conjugar

la suerte y el destino con el verbo amar,

él caminaba triste por una solitaria calle en una noche tibia,

ella fue por un café acompañada por la luna,

la casualidad hizo que aquellas almas tropezaran

el café de ella se mesclo con los libros de él

ella sonrió, él se sonrojo,

él se disculpó, ella pidió perdón,

fue el universo quien tomó las riendas de su amor

aunque para ella fue el destino

y él le llamara suerte,

el amor se cruzó por sus ojos

y los dos lanzaron suspiros que llevaban

por etiqueta un te extraño.

Ella deseaba tropezarse de nuevo

él ya no podía dormir pensado en ella,

dos almas extrañas que no sabían siquiera su nombre

deseaban hacer rutinario aquel encuentro que la luna atestiguo,

los dos salieron aquella noche

con la esperanza de volverse a encontrar

el azar llamo al destino para hacerlo posible,

dos almas perdidas coincidieron en un tiempo y lugar

el destino y la suerte se toparon,

entonces ella comprendió que no todo estaba escrito

y el miro con buenos ojos al destino,

pero fue el aprendizaje de la vida quien les dijo

la fortuna favorece a quien nunca dejo de soñar.

Dos almas extrañas que fusionaron

la casualidad y el destino

y lanzaron a la nada el teorema del no tengo suerte

para darle veracidad a aquellas canciones

que los bohemios cantaban al amor.

By: HectorXp

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