Capítulo 32 - Extraño a mis amigos

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—¿Los extrañas?

—¿Eh? —no quise escuchar.

—¿Extrañas a los beatles?

—Todos los días los escucho mamá. No sólo aquí mientras limpiamos la casa, sino siempre que salgo por las calles.

—Sabes bien a lo que me refiero —se sentó a un lado mío—. Como personas, como amigos.

Me mordí el labio aguantando unas cuantas lágrimas.

—Sí, extraño cuando eramos amigos... Cuando venían con sus chaquetas de cuero para salir a caminar... —solté una risa—. ¿Recuerdas la navidad que pasaron aquí?

—¿Dónde los dos te regalaron vestidos?

—¡Sí! Fue tan... tan... natural.

—¿Por qué no les hablas hija?

—Lo haría si aún fuéramos amigos.

Mi madre torció su boca.

—Bueno, nunca es tarde para recuperar una amistad.

La puerta sonó. Me puse de pié y fui a abrirla.

—Ally, buenas tardes.

John estaba en mi puerta con un sobre en su mano.

—¡Pero si es John Lennon! —mi madré salió atrás de mí.

—Buenas tardes señora Wood.

—Pasa John, te prepararé té.

Dejé que pasara y lo invité a sentarse en el sofá.

—Nunca me gustó esa foto —comentó.

—¿Cuál?

—Esa, la de álbum... mi rostro no se ve completo.

—Te estás pareciendo a Paul —sonreí.

—Espero que no sea literal —dejó el álbum a un lado—. Vine a traerte algo.

—Ya lo sabía —dije viendo el sobre.

—¿Qué? ¿Qué sabías?

—Es algo así como la última nota ¿no? ¿Es algún título de una canción? Guardé algunas notas y escribí la frase completa.

Saqué la hoja de una carpeta. John la leyó.

—¿"Hey, tuvimos que esconder lejos nuestro amor"? —preguntó—. No sé que tiene que ver esto con lo que tengo que darte.

Entrecerré los ojos esperando que John cediera y confesara que él había sido quien había mandado a dejar las notas afuera de mi puerta. Pero sus facciones me dijeron que él no sabía nada.

—Em, perdón —le quité la hoja—. He tenido unos días muy pesados.

Extendió su mano con el sobre.

—Vengo a invitarte a...

—No John —negué con la cabeza—. No quiero ir a ningún concierto.

—¡Hey! —John me tomó de las manos—. Deja de evitar cualquier cosa que venga de mí y escucha.

Lo miré directamente y accedí a recibir el sobre.

—Lo siento John.

Comencé a sacar lo que había dentro.

—Vamos a la feria Ally... recordemos viejos tiempos.

Me guiñó un ojo y yo sonreí involuntariamente.

—No sobrevivirás ni un minuto —comenté.

—¿De qué hablas? Tengo ánimos y fuerzas para subirme a cualquier juego como un niño pequeño.

—Pero la gente no dejará de acosarte.

—Estoy dispuesto a ignorar a todos.

—Y después saldrás en los periódicos como "El beatle que odia a sus fans"

—Pero saldré contigo —no hubo mejor forma para callarme.

—Creo que... acepto —me sonrrojé.

—Perfecto —se levantó—. Pasaré por ti a las siete —caminó hacia la puerta y la abrió.

—Estaré lista.

—¡Ah por cierto! ... Sí... Fuimos nosotros los de las notas —guiñó su ojo de nuevo y cerró la puerta.

Moví mi cabeza en negación con una sonrisa en la cara.

Mi madre salió de la cocina.

—¿Se fue? ... Pero si no bebió su té.

Piénsalo, Dos Veces (II)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant