12. Lo que me gusta de ti.

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—Yo quería hacer las cosas bien, créeme... pero cuando miré las opciones no había nada que me detuviera de cumplir mis deseos, ni siquiera tú, además, Verónica dijo que hiciera lo que me hiciera feliz con orgullo —se encogió de hombros—. Y pensé que no tendría otra oportunidad con Parker.

—Estás demente si crees que él te dejará ir —Gideon sacudió la cabeza—. No te juzgo, aun así, no tendría por qué, yo solo... —se limpió un poco las lágrimas y sorbió la nariz—. No esperaba esto, yo... no esperaba nada de esto, Dios, Verónica.

Finn sostuvo las manos de Gideon por un largo tiempo hasta que se hubo calmado, luego ambos salieron de la cafetería y se dirigieron a casa de Finn. Su padre probablemente no quería ver a Gideon, le había dejado en claro que él era "Equipo Parker" cuando Finn explicó sin demasiados detalles la situación entre los dos. No podía culparlo, el cerebro de Finn también era "Equipo Parker", pero su corazón decía "Gideon" con cada latido y él no podía ignorar eso ¿Cuáles eran las razones para ignorarlo? No había suficientes.

Ambos llegaron allí pero Gideon detuvo el auto del otro lado de la calle a petición de Finn, porque Verónica estaba parada en la acera hablando con aquel chico con el que la había visto pasear al otro lado de la ciudad, si Finn mal no recordaba su nombre era Hugo. Justo como lo había visto ese día, llevaba ropa negra y su cabello bien peinado, parecía mayor y muy caliente. Realmente había cambiado desde entonces.

Finn bajó del auto siendo seguir por Gideon y se acercó a ellos.

—Ahí están —Verónica sonrió—. Mi instinto no me falló, sabía que el Pez Gato iba a seguir tu cola hacia casa.

—Dios, déjame sentir tristeza un poco más —susurró Gideon, pero dio un paso adelante y la abrazó con fuerza antes de separarse y tomar un respiro—. Siempre quise hacer eso sin que fueras a matarme, era mi oportunidad.

—¿Se lo dijiste? —Verónica miró a Finn.

—Lo siento —Finn suspiró temblorosamente—. Necesitaba que él lo supiera.

—Ah, está bien —Verónica se encogió de hombros, luego dirigió su afilada uña hacia la barbilla de Gideon y la picó con fuerza, levantándola—. Escucha, Pez Gato, no me tengas lástima o juro que voy a hacer filetes contigo.

—¿En serio? —Gideon rodó los ojos—. ¿Por qué me odias tanto?

—No tienes madera de pretendiente para Finn —ella sacudió su cabeza—. Eres moldeable, débil, solo el señor sabe que pasa por tu cabecita pseudo heterosexual... serás un problema.

—Dios, te lo suplico —murmuró Gideon de nuevo.

—Verónica —Hugo habló con una voz profunda antes de tomar la muñeca de la chica para quitar su uña de la mandíbula de Gideon—. No hagas eso.

—Claro, chicos, él es Hugo —ella apuntó hacia él, quien permanecía a su lado con una sonrisa amable—. Hugo, ellos son Gideon y Finn, creo que recuerdas a Finn ¿No?

—Por supuesto —el chico asintió—, mucho gusto, Gideon y es un placer verte de nuevo Finn.

—Has cambiado mucho —Finn le echó un vistazo—. Realmente mucho.

Hugo rió de manera encantadora.

—Tú igual —Hugo asintió.

—Un gusto —dijo Gideon—. ¿Qué hacen aquí afuera? ¿Iban a algún lado o vienen de algún lado?

—Vamos a una cita —Verónica suspiró—. ¿Quieren venir? Nunca he tenido una cita doble, podría tachar eso de la lista.

Finn miró a Gideon y este lo miró de vuelta; sin titubear mucho ambos dijeron que sí casi al mismo tiempo. No habían tenido una cita los dos solos antes, no una que los dos supieran que era una cita, aunque ya habían dormido en la misma cama. Sin embargo, no importaba, Finn quería pasar algo de tiempo con Verónica y con Gideon ¿Qué mejor manera de hacerlo que estando todos juntos? Eso parecía una buena idea. Lo que él no sabía era que Hugo estaba totalmente empeñado en mantener a Verónica de la mano. Era extraño para Finn, ella nunca antes había tenido un novio, y ellos usualmente se tomaban de las manos cuando salían juntos.

Quisiera conocerte | Quisiera 1|Where stories live. Discover now