Capitulo 1

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Miedo a a los monstruos

Una noche, mientras el viento rugía con fuerza y la oscuridad se hacía presente porque la tormenta así lo quizo, un pequeño niño de ojos azules y cabellos oscuros temblaba de miedo al ver a las sombras que provenían de su ventana. Su madre al ver que el pequeño no conciliaba el sueño dijo lo mismo de cada vez.

-¿Tienes miedo de que venga algún monstruo?- se sentó al lado de su hijo y esperó una respuesta.

Su voz era suave, serena y tranquilizadora para quien la escuchara. El pequeño no le contestó directamente pero sus lagrimas y constantes temblores lo delataban y entonces su madre solo siguió la rutina.

-¿Quieres que te cante?-

Él, tomando un poco de valor, asintió con su cabeza.

Su madre sonrió y acariciando su cabello le depositó un beso en su frente, se levantó y abrió una gabeta con una caja musical a la cual dio cuerda, exactamente 6 vueltas para que luego empezara a sonar una dulce melodía y luego su madre empezó a imitarla.

La lluvia parecía no querer detenerse y los rayos y truenos parecian tomar mas fuerza, aun tenía miedo y hacía frio, pero la voz de su madre era reconfortante.

Un rayo más iluminó su ventana y de algún modo escuchó gritos de agonía en vez de el trueno que debía llegar y en esa fracción de segundo vió como en su ventana se asomaban siluetas de personas. El niño dio un grito al ver a esas personas en su ventana y un miedo exagerado lo dominó.

-¿Que pasa?- dijo su madre preocupada al ver que todo el avance que hizo se perdió.

-M-mamá ellos... e-están aquí- el simple hecho de decir esas palabras le había costado toda la valentía que le podía quedar.

Su madre se levantó de la cama y cerró las cortinas para luego volver a su lugar.

- Tranquilo, sabes que no fue tu culpa - Aunque su madre siempre dijera esas palabras, él sabía que no eran verdad y aunque era obvio que su mente le jugaba una broma, bastante cruel de hecho, seguía temiendo por su vida.

La caja musical no paraba de sonar, aun así se podían escuchar claramente golpes fuera de su casa. El niño se quitó su cobija solo para detener a su madre quien iba en dirección a la puerta y mirandola suplicando que no se vaya al igual que la ultima vez.

-No me dejes solo mamá- dijo agarrando fuertemente su brazo y ella con toda la calma del mundo acarició su cabello.

-¿Y si es papá quien está afuera? No podemos dejar que tu padre se resfríe - Lo había dicho con cierto aire de broma, pero su hijo seguía mirandola como diciendo que algo malo iba a pasar.

Los golpes en la puerta se escucharon por segunda vez y su madre empezó a pensar en un modo de poder abrir la puerta, cosa que se le hacía bastante dificil si su pequeño no la soltaba y una idea pasó por su cabeza.

- Vamos juntos! Te prometo que nada malo va a pasar - el pequeño tomó su mano mientras temblaba
- Lo prometes? - la miró con inseguridad en sus ojos pero su madre solo le dio una sonrisa y caminaron juntos hacia aquella puerta.

LullabyWo Geschichten leben. Entdecke jetzt