¿Vale la pena?

505 34 10
                                    

Milo

Al día siguiente me desperté confundido por lo que había pasado, decidí dirigirme a la casa de Acuario para arreglar las cosas con Camus. Como siempre yo era el único que intentaba mantener esta relación a flote.

- ¿Ya se te pasó tu estúpido berrinche? -me preguntó Camus, enfadado como siempre, en cuanto me vio.

-Sabes, solo vengo a arreglar las cosas contigo -intenté besarlo, pero él me esquivó bruscamente cuando intenté acercarme.

- ¿Otra vez vienes de rogón? No tengo tiempo para esto, estoy muy ocupado. Así que, ¿por qué no te vas a tu casa?

-Eres una estúpida hielera con patas, sabes muy bien que mi enojo era justificado -dije alterado.

-Te enojas por cualquier estupidez, siempre me desesperas. No sé cómo ni porque sigo contigo.

Tras escuchar esto solo me dispuse a regresar a mi casa, y como era de esperarse tenía que pasar las casas de Capricornio y Sagitario para llegar a Escorpio.

En cuanto entre a la casa de Capricornio, trate de Ignorar a Shura, pero este solo se dirigió hacia mí y yo no aguante más, lo abracé y comencé a llorar. Shura sin decir palabra alguna me guio a un sillón y ambos nos sentamos, él en ningún momento me soltó. Algo dentro de mí me hizo volver a contarle lo recién sucedido en la casa de acuario, y eso me resultó extrañamente reconfortante; aunque Shura en todo momento se limitó a escucharme mientras me abrazaba y acariciaba mi cabello en un intento de consolarme.

Shura

Hoy, por segundo día consecutivo me encontré a Milo llorando, y la razón era la misma Camus. Al igual que el día de ayer en cuanto Milo me vio, se quebró y comenzó a llorar al mismo tiempo que me abrazaba. Yo lo guie a un sillón cercano en donde nos sentamos y en ningún momento dejé de abrazarlo. Después de que me contó cómo había tratado de arreglar las cosas con Camus, y al desahogarse se quedó dormido en mi casa. Con suavidad lo recosté en el sillón y fui en busca de una manta para él. No sé en qué momento sucedió, pero me quedé embelesado admirando sus largas pestañas y aquellos labios irresistibles, estuve a punto de besarlo de nuevo, pero me detuve, no era lo correcto. Me gustara o no, Milo era la pareja de Camus.

Así, que mejor decidí dar un paseo por los alrededores del Santuario, hasta que me encontré con Máscara de Muerte, con el cual conversé por un largo tiempo.

- ¿Por qué tan triste Shura? ¿acaso te diste cuenta de que no eres una cabra voladora?

- Cállate, no estoy de humor.

- Perdón, pero ya en serio ¿qué pasó?

-Milo, eso paso.

- ¿Qué pasó con él? ¿Camus lo congeló otra vez?

-De hecho, sí tiene que ver con Camus, solo que esta vez es más serio, no me gusta ver a sufrir a Milo con alguien que no lo valora y trata mal. Desearía que Milo se dé cuenta que hay personas que se mueren por estar con él y darían todo por él.

-Menciona una persona cabra que no vuela.

-Por ejemplo, yo.

-Ya entendí todo, pero te gusté o no Milo es de Camus, así que deberías olvidarlo.

-Lo besé hace unos días y se quedó dormido en mi casa -solté de repente.

-Vaya, tú sí que no pierdes el tiempo, cabrita.

-No es lo que piensas, no porque Afrodita y tú parezcan conejos en celo significa que todos los demás lo sean.

-Di lo que quieras, pero yo solo te recomiendo que aclares las cosas con tu bichito.

-No necesitas decírmelo, sé que es lo primero que tengo que hacer, pero aun así no es tan fácil; sé que Milo me rechazará porque a pesar de todo él solo tiene ojos y corazón para Camus.

-Inténtalo, todos tenemos un límite y tarde o temprano Milo se hartará de Camus.

-Gracias, me voy a mi casa.

Me dirigí a mi casa, cuando llegué Milo seguía dormido, así que decidí cocinar algo de comida. Cuando acabe, desperté a Milo para que pudiera comer algo, él se sentó en la mesa, pero era obvio que estaba decaído, así que trate de hacerle la plática.

- ¿Cómo dormiste?

-Bien, no me quejo

- ¿Te gusto la comida?

-Esta rica, cocinas muy bien- dijo sonriendo.

-Cuando quieras puedes venir a comer.

-Gracias por todo.

-Milo, por cierto, te amo.

Milo solo se quedó viéndome a los ojos, estaba impactado sin duda alguna, empezó a mover su cabeza y la recargo en la superficie del comedor.

-Shura, en serio, te valoro. Pero, en este momento aún no he terminado con Camus, y para ser honestos me siento incapaz de hacerlo porque en el fondo lo amo demasiado.

-Sabía que dirías eso, por lo que solo quiero proponerte que nos conociéramos mejor, y pase lo que tenga que pasar.

-Escucha, Shura, no quiero darte falsas esperanzas

-No lo harás -le interrumpí -solo, dame la oportunidad de pasar más tiempo contigo, no en plan romántico, simplemente como dos personas que socializan para entablar una bella amistad. Sé que en este momento no puedes verme más allá de amigo, y lo acepto, pero al menos permíteme estar a tu lado en los momentos difíciles para poder ayudarte, eso es todo.

-De acuerdo, tú ganas.

Nunca te valoreWhere stories live. Discover now