Secretos a la luz

Capitulo 3: Aquel Violín

_ Sabes, amo caminar bajo la luz de la luna - pronuncio mientras miro al cielo -.

_ Yo también - dice mientras pone las manos en sus bolsillos -.

Es así como simplemente nos quedamos callados, disfutando de la hermosa noche, fue bastante incomodo para decir verdad, de pronto suena el telefono rompiendo el silencio.

_ Es mi madre - balbuceo -.

Jacob solo me mira sin pronunciar palabra alguna, mientras corto la llamada.

_ La odio - pronuncio -.

_ La mía ni siquiera vive en casa - me dice con un tono triste -.

_ Que suerte tienes, nadie te molesta, ni te tienes que preocupar tanto por si no lavas los platos o por si no limpias - digo un poco frustrada -.

_ Si, supongo - Dice mirando para un costado -.

No dijimos nada después de eso, volvió ese silencio incomodo, aunque por suerte el camino a casa de Jacob fue rápido ya que el vive a cinco cuadras de la cafetería. 

Llegamos a su casa, Jacob me ofreció comida, pero la rechacé ya que no tenía mucho apetito,  aún estaba preocupada por todas las cosas que han pasado y por Ashley. Charlábamos un rato mientras esperaba a que Jacob terminara de comer para luego llevarme a una habitación que estaba desocupada, Jacob me presta un pijama, pero me queda grande ya que es de el, me recosté e intente dormir, pero algo me lo impedía, entonces me senté y me puse a pensar en todo lo que había sucedido y entonces vi esa hermosa funda de violín apoyada cuidadosamente en un rincón, me dirigí a el y no me resistí a tocarlo. 

Cuando termino de tocar el tema, puedo notar que esta Jacob observándome desde la puerta, con una sonrisa melancólica y una lagrima corriendo por su mejilla. 

_ Me encanto - pronuncia como puede aquellas palabras -. 

_ Gracias - digo algo avergonzada por agarrar algo que no me pertenece -. 

_ No sabia que tocabas - dice emocionado  -. 

_ Toco desde pequeña, mi abuela me había obsequiado uno, de todos modos yo tampoco sabia que tu tocabas - digo sonriendo -. 

_ No yo no lo hago, ese violín es de mi madre - dice feliz - me tocaba melodías de la misma manera cuando era chico - pronuncia mirando hacía el piso -. 

_ Tu madre debe ser una buena persona, ojala la mía fuera así - digo con una sonrisa mientras guardo ese preciado instrumento -. 

_ Quizás es buena, pero a su manera - dijo con un tono amistoso -. 

_ Ella solo quiere que sea la señorita perfecta, no puedo cometer un solo error que ya me esta gritando - pronuncio enojada -. 

_ ¿Y le haz dicho como te sentías al respecto? - preguntó -. 

_ No, como si a ella le fuera  a interesar - digo algo triste -. 

_ Pues quizás si le interesa, nadie nace sabiendo ser padres, ella nunca va a saber  no es adivina - me dice sonriendo -. 

_ No creo que quiera escucharme ni verme - pronuncio mirando hacía abajo -. 

_ ¿porque no lo intentas? - preguntó intentando animarme  -. 

_ ¿porque no vamos a dormir? Estoy cansada - digo bostezando -. 

_ Esta bien, te dejo descansar - me dice con una sonrisa mientras cierra la puerta -.