CapítuloCuarentaYOcho|Revelaciones|

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Noah no podía creer a quien tenía frente a él. No sabía cómo reaccionar. La furia de verla frente a él, tan sonriente y alegre le provocó asco. Iba a cerrarle la puerta en la cara cuando la escuchó hablar.

—¿No quieres saber quién es tu padre?

Noah se detuvo en seco y apretó una vez más sus puños. Desde pequeño, siempre quiso saber quién era su padre pero con el paso del tiempo, perdió el interés en saberlo. Ahora, que tenía a esa mujer frente a él, ofreciéndole decirle quién era él, su duda regresó.

—Déjame decirte, que ha estado preguntando mucho por ti.

—¿Quién es?—preguntó aferrando su mano a la puerta.

—Lo conoces.

Noah fue hasta ella y la tomó por el cuello. Su respiración era fuerte y luchaba para mantenerse cuerdo. Deseaba hacerle daño, pero por más que quisiera matarla como lo hizo con los otros cuatro, algo se lo impedía.

Ojúi, Basurita se ha vuelto muy fuerte... y guapo.

—Deja de balbucear y dime quién es.

—Suéltame primero.

Noah la soltó, no sin antes apretarle el cuello con fuerza. Ella cayó al suelo agarrándose el cuello y respirando con dificultad. Lola lo miró con rabia contenida y decidió decirle todo lo que sabía. 

—Nunca te has preguntado, ¿cómo logró Nora llegar a ti?

—¿Cómo sabes de ella?

Fue ahí cuando una gran duda se sembró en él. Sus palabras tenían sentido. Nunca se había puesto a pensar cómo en cuestión de horas, Nora y Anselmo habían llegado a la pequeña casucha en la que vivía con ella en aquél tiempo. Era extraño, mucho.

No entendía.

—Si eres iluso—bufó—. Por lo que veo, ella nunca te contó.

—¡Habla, maldita sea!

—Yo la mandé a buscarte. Ella es mi prima.

—¿Qué dices?

No podía creerlo. Nora... su madre; aquella mujer que lo adoptó y crió como su hijo y le dio el amor maternal que nunca tuvo, había sido cómplice de Ésa mujer. Parpadeó varias veces, todavía sin asimilarlo. Si antes estaba enojado, ahora más. Su cabeza comenzó a doler cada vez más.

—Tú padre, es Robert MacIntyre. 

—¿Qué?

Atónito, se llevó las manos a la cabeza y gimió de dolor. 

—Él hasta hace poco no sabía que eras su hijo. Cuando se lo confesé, se desmalló—ella rió—. Y, por cierto, por último pero no menos importante. Él fue el hombre que secuestró a tu querida Kara cuando era tan sólo una niña y también quien mandó a dos de sus hombres a violarla para que te alejaras de ella. Pero, por lo que veo, a ti no te importó eso.

Noah no dijo nada más cuando ella se fue con una sonrisa en sus labios. Retrocedió sobre sus pasos y cerró la puerta. Se dejó caer al suelo, estaba en Shock. No podía creer todo lo que ella le había confesado.

Corazón Principiante✔️Where stories live. Discover now