XXIII

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Thomas

Las segundas tazas de café están humeantes sobre la mesa. Una versión acústica del álbum Pablo Honey de Radiohead suena despacio, a modo de música ambiental. No sé cuánto tiempo llevamos haciendo sobremesa con Newt. Sólo mirándonos, nada más. Uno al frente del otro, sin tocarnos.

Lanzo un suspiro de satisfacción por las pequeñas cosas que me hacen feliz y Newt sonríe mostrando sus perfectos dientes blancos.

-¿Qué? -Pregunta él.

Le sonrío. El contacto visual no se rompe nunca.

- Me di cuenta de que siempre he soñado con tus ojos. - Siempre estoy pensando en sus ojos. No sé porqué. Y tampoco sé si debería decírselo. De todas formas continuo. - Me recuerdan a... el mar.
-Apoyo mi cara en mi mano y sigo sonriéndole como un bobo.

Newt suelta una carcajada, como siempre hace cuando digo cosas de este estilo.

-Estás loco.- dice.- Son café. ¿Acaso estás tan enamorado de mí que ya me ves como a una estrella de cine?

Ahora me toca a mí soltar una risita por lo que él ha dicho.

-No me refería a eso, tonto. -Estoy seguro de que si le digo mis pensamientos, se burlará de mí.-Tus ojos son bravos, tu escencia se comunica en ellos. Cuando los veo, la profundidad me atrapa de tal forma que me llama a olvidarlo todo. El mar es igual de poderoso que tus ojos.

Se hace el silencio entre nosotros y solo queda el rasgueo de la guitarra que se siente lejano. Siento como el calor me sube por la cara.

Para mi sorpresa, Newt se queda mudo y sonrojado. Él me sonríe de la forma más tímida que le he visto hasta ahora y yo me siento avergonzado de haber dicho esas palabras en voz alta. No lo soporto y aparto la mirada un segundo.

Cuando nuestros ojos se cruzan de nuevo hay una sombra en los suyos.  Se levanta del asiento de forma cansada y lenta, con un suspiro dice:

-Tengo que ir a trabajar. Voy a llegar tarde.-Le hago un puchero y me acaricia la cabeza con una pequeña sonrisa.- No uses tu técnica de cachorrito.-Le devuelvo la sonrisa, como diciendo: "Me atrapaste".

-¿Vas a estar bien?- Pregunta después de un rato. De repente se ve preocupado.

-Sí.-Me encojo de hombros. - De hecho pensaba salir a buscar trabajo para tener una vida norma de nuevo. -Lo digo a modo de broma pero al parecer a él no le hace gracia.

-¿No quieres que te acompañe? Podría cambiar unos días y vamos juntos...

-No, no. Puedo hacerlo. Le puedo decir a uno de los chicos que me acompañe. No te preocupes.

Él me mueve el cabello de la frente y coloca su mano en mi barbilla.

-Bien. -Murmura y me da un beso.

Lo observo mientras se arregla para ir al trabajo. Son cosas tan simples como lavarse los dientes o peinarse pero no me aburro de mirarlo. Espero no ser el único que se sienta de esa forma.

Cuándo Newt ya esta listo para irse se acerca a mí sin decir nada y me da otro de sus besos. Siempre consigue dejarme sin aliento, es parte de su magia.

-¿Puedo pasar a verte a la hora de almuerzo? -Le murmuro con mis brazos al rededor de su cuello.

-Mmm...-Lo piensa.- Prefiero que no. -Hago un puchero.-Me distraes mucho.-Su nariz rosa la mía cómo beso esquimal.

-Creo que debería felicitarme a mí mismo por haberte vuelto dulce.-Bromeo, y él se ríe.

-Ya me voy.-Dice y me da un último beso para luego separase de mí.

Paramnesia (NEWTMAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora