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Capítulo 15: ¿Me extrañaron?

Andrew Callaham.

Aunque parezca ridículo, me encuentro nervioso.

No diré esa bobería de que Candace es mi primera chica, y tampoco que es a la primera persona que se lo he hecho por amor. Pero de algo sobre lo que si estoy jodidamente seguro es lo mucho que deseo que ella sea mi última.

Cuando entramos a la habitación agradezco ser una persona ordenada, todo está bastante presentable. Camino con ella en mis brazos y la posiciono sobre mi cama con delicadeza, ella me observa con una tímida sonrisa. Sus pechos se encuentran descubiertos, instintivamente sus manos van a ellos para intentar cubrirlos. Bajo hasta su boca y comienzo a besarla con fervor, sus piernas se encuentran enrolladas nuevamente alrededor de mi cintura haciendo que mi miembro roce contra ella, somos un manojo de besos desenfrenados. Comienzo a trazar una cadena de besos que van desde su cuello hasta llegar a su mano que continúan sobre su pecho, alzo mi mirada hacia ella, entiende lo que trato de decirle porque sus manos poco a poco comienzan a alzarse.

—Son hermosos —le digo, mi voz suena ronca.

Nuevamente vuelvo a mi tarea, comienzo la cadena de besos pero esta vez no me detengo y continúo hasta llegar a la montaña de sus senos y posar mi boca sobre sus pezones erguidos, un suspiro escapa de su boca cuando comienzo a succionar con mis labios, su mano va a mi cabello y pequeños gemidos provenientes de ella empiezan a salir. Con mi otra mano estoy acariciando su otro pezón, ella se alza para que mi mano presione más.

—Oh, Andrew —susurra.

Candace Trainor.

Esto realmente está sucediendo.

Mi cabeza es un revoltijo justo ahora, en lo único que puedo pensar es en la boca de Andrew succionando mis pezones. Él empieza a descender dando besos hasta llegar al dobladillo de mi pantalón, durante un segundo quisiera agradecer a Margareth por empujarme a conseguir lencería "digna de una mujer que planea dejar de ser virgen" . Andrew suelta el botón de mi jean y comienza a bajarlo, alzo mi trasero para que pueda pasarlo.

—Encaje. Muy dulce —me dice refiriéndose a mi ropa interior

Una vez me pantalón está lejos el comienza a besar mi pierna derecha comenzando desde mi tobillo, al llegar a la parte interior y superior de mi muslo él regresa pero esta vez a mi pierna izquierda, al llegar a la cima su mano roza la delicada liga de mis bragas, mi corazón está latiendo jodidamente rápido. Sube hasta mí y nuevamente me besa, no hay beso tierno justo ahora nuestras lenguas se rozan de forma desesperada. Su mano empieza a descender y se detiene al parecer esperando una aprobación, deja de besarme y me observa sus ojos se han tornado más oscuros y sus pupilas están más dilatadas.

Ardiente

Doy un leve asentimiento y su mano pasa por debajo de mi braga, su dedo está rozando a los alrededores haciendo que una parte de mí que ni yo conocía está casi rogando a que continúe. Finalmente su dedo se posa en el lugar correcto, y empieza a dar roces de forma circular haciéndome soltar esporádicamente gemidos.

Su toque empieza delicado, como si estuviera seguro de que yo le pediré que se detenga en algún momento, al notar que no digo nada más que pequeños sonidos que salen de mi boca, él pone un poco más de presión.

Me he convertido en la chica que mueve sus caderas, apreta su hombro y besa desesperadamente mientras siento el inusual cosquilleo que va hasta la punta de mis pies. Siento mi cuerpo tensarse, ya no soy recatada en lo que sonidos se refieren y cuando siento finalmente la liberación llegar a mí, no estoy pensando en nada sino en lo bien que se siente.