Capítulo 10: Recompensas

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Apenas había superado el hecho de haber perdido a una mujer que realmente me gustaba, hablo de Mel.

No supe nada del amor en un buen rato, y tampoco tenía ganas de hacerlo; es el típico miedo a salir lastimado que cualquier persona siente, y que de aquí en adelante iba a sentir.

Bloqueé el paso a las relaciones amorosas en mi vida y pasé a vivir la etapa de la soledad voluntaria, en la cuál me empezaría a concentrar en mi mismo y en todo aquello que implicaba superación personal.

A pesar de las cosas malas que me habían sucedido durante esos meses, aún amaba mi lugar en el mundo, y seguía creyendo que la vida no podía ser tan mala, incluso, llegué a aferrarme al pensamiento de que las cosas que me sucedían eran insignificantes en comparación con problemas realmente serios que llegan a vivir otras personas y que aún así, le siguen sonriendo a la vida.

El sufrimiento es una parte esencial del ser humano, así como hay risas también hay llanto, y es indispensable explorar estas emociones, sin embargo, lo más importante es tener siempre en cuenta que la integridad física y emocional de cada uno siempre debe estar en la cima de nuestras vidas, no debemos llevar un pensamiento o una emoción hasta el punto de poner en juego lo más valioso que tenemos, la vida.

Definitivamente, uno cosecha lo que cultiva. Más tarde comprobaría que las cosas tienen su razón de ser y que siempre habrá un nuevo día.

Llegaba a trabajar siempre muy temprano, lleno de energía, conseguía adelantar el trabajo de al menos tres días, estaba empezando a brindarle a mis compañeros de trabajo una eficiencia fuera de serie, las finanzas de la empresa habían alcanzado niveles nunca vistos. Con ayuda de algunos representantes y el excelente trabajo de nuestra mesa directiva, logramos expandirnos a América y Europa. Lanzamos una edición especial de la revista, recopilando nuestra trayectoria desde la fundación de esta, algo que implicaba un presupuesto que nunca imaginamos tener, pero lo logramos.

Tuvimos la mejor temporada en años y nunca nos detendríamos.

Viernes 17 de Julio

4:18 p.m.

Era día de paga, los empleados de "Lo Nuestro" teníamos una inmejorable sonrisa en nuestros rostros, la cual, si mejoraba, después de salir de la oficina del jefe, todos sabíamos que la paga sería increíblemente mejor, después de los increíbles días que estaba viviendo la empresa.

Era mi momento, debía entrar a la oficina del gerente, y me sorprendió que me habían llamado el último, pero esto ni siquiera me preocupaba, mi vida corría de lo mejor y cualquier recompensa sería agradecida.

—Bienvenido Alex, tome asiento —replicó el gerente con una sonrisa en su rostro—. ¿Está feliz? Porque si yo fuera usted, lo estaría, recibirá muy buena paga.

—No tengo como agradecer a esta institución y a usted principalmente señor, por las oportunidades que me han brindado, jamás me había sentido mejor —respondí.

—No diga más Alexandro, el increíble crecimiento que ha conseguido la empresa se lo debemos a usted en gran parte —dijo el gerente—. Siempre aquí a tiempo, un increíble récord de asistencia, excelente relación con los empleados, arduo trabajo al punto de rechazar sus vacaciones anteriores para quedarse en la empresa trabajando tiempo completo, asombroso espíritu, máximo portador de proactividad, entre otras mil cosas por las cuales le debo agradecer —continuó—. Necesito hacerle una propuesta, es una decisión crucial que deberá tomar, de esto dependerá su futuro trabajando con nosotros, ¿está preparado?

Suspenso, suspenso, maldito suspenso, lo odio.

—Adelante señor, lo escucho con atención —dije con nerviosidad.

—¿Quisiera usted convertirse en el nuevo asistente de administración y jefe de relaciones internacionales de nuestra empresa? —añadió—. Tiene usted todas las características de liderazgo necesarias para ocupar estos puestos tan importantes, piénselo muy bien.

No quería parecer desesperado, así que le respondí reflejando un semblante de tranquilidad, aún cuando mi voz se empezaba a cortar y una lágrima pedía a gritos abandonar mi ojo.

—Acepto el puesto y la responsabilidad que este conlleva señor, sin lugar a duda.

—Sabía que diría eso Alexander, usted jamás me defraudaría —respondió—. Y le tengo una última sorpresa —dijo mientras sacaba un sobre de su maletín—. Le pido que abra este sobre hasta que llegue a su casa.

Como ya era la hora de salida, el gerente se ofreció a llevarme a mi departamento en su automóvil, ahí entendí por qué había sido el último en ser llamado, ya todos se habían marchado.

Muy amablemente me transportó hasta la puerta de mi residencia y se despidió de mí, deseándome un increíble fin de semana.

Yo no estaba muy nervioso acerca de abrir el sobre, porque ya sabía que era mi paga, sin embargo, el gerente fue muy estricto a la hora de decirme que lo abriera en mi casa, y me lo recordó un par de veces más en el camino.

Me serví una taza de café al llegar, e inmediatamente me senté en mi sofá, con el sobre entre mis manos.

Encontré una cantidad exagerada de dinero en efectivo, la cuál me sorprendió porque no consideré haber trabajado lo equivalente a esa cantidad. Con el dinero, venía una carta de agradecimiento por los logros de la empresa en los cuales había contribuido y el desglose del dinero recibido.

Todo iba normal hasta que entre dicho desglose venía un rubro sin nombre al cual pertenecía la mayoría del dinero recibido, pero en la última línea del cuerpo de la carta encontré el motivo de ese añadido:

"Pensará usted que pudimos haber cometido un error en su pago, Alexander, sin embargo, no es así. Sírvase en revisar el contenido restante del sobre y descubrirá el motivo"

Ya harto del suspenso tiré la carta al suelo y revisé lo que quedaba en el sobre.

¿La lagrima que antes no dejé salir en la oficina? Salió velozmente después de ver lo que vi, y salió con sus amigas...

Un boleto de avión directo a nombre de la compañía editorial.

Keflavík, Islandia.    

Caminos de Luz y TintaWhere stories live. Discover now