37 La elección correcta

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Mi cabello vuela por todos lados mientras pienso un lugar en el que pueda esconderme, sola no puedo, creí que si lo haría, pero no puedo, necesito a Elizabeth o a alguien, cuando los baños aparecen frente a mi doy un paso hacia el de chicas cuando me detengo y pensándolo mejor me adentro al de chicos.

La puerta hace un ruido sordo detrás de mí en cuanto se cierra y el lugar se sume en un silencio profundo. Mi pecho sube y baja sin parar, puedo escuchar el latido de mi corazón en mis oídos y el repiqueteo de mis tacones a cada paso que doy, pero además de eso no se logra escuchar nada más, cuando me digno a mirarme al espejo descubro a una chica con los ojos abiertos de terror, los labios secos y el cabello enredado.

Parezco salida de una película de persecuciones así que asombrada y confundida avanzo hasta quedar al pie de los lavabos.

Reviso mi rostro y por suerte el maquillaje no se me ha corrido así que con renovada fuerza me descuelgo la mochila y saco mi peine, con rapidez lo desenredo y en segundos queda como antes, busco con vehemencia mi labial entre las bolsas y lo aplico, cuando vuelvo a guardar todo en la mochila casi parezco la de antes, de no ser por la maldita expresión en mis ojos.

Intento borrarla de una u otra manera, pero no lo logro y cuando finalmente me doy por vencida coloco las manos en el lavabo y agacho la mirada, permanezco en esa posición durante un rato hasta que siento que me he calmado por completo y puedo salir, seguramente muy pronto sea la hora de la comida.

Giro sobre mis pies y cuando doy el primer paso mi tobillo se queja y caigo por segunda vez al suelo, aprieto los puños dejando esta vez entrar a la humillación del todo y cierro los ojos con fuerza, no puedo creer que esto me esté pasando a mí.

—¿Alex? —escucho la voz de Derek, pero no me digno a mirarlo, no sé si pueda hacerlo sin llorar y me prometí no hacerlo—, Alex ¿qué te ha sucedido?

Tomándome por los brazos me ayuda a ponerme de pie, pero apenas coloco el pie de nuevo en el suelo este se dobla y de no ser porque me está sosteniendo ya habría caído de vuelta.

Me sostengo por sus codos y recargo mi frente en su hombro intentando aliviar el dolor, pero este no se va así que en un movimiento que me sorprende Derek me toma por la cintura y me alza hasta sentarme en el lavabo, con la misma rapidez se arrodilla frente a mí y me saca el zapato analizando mi pie, observo anonadada la situación sin saber cómo reaccionar, ¿Qué está ocurriendo aquí?

Doy un respingo en cuanto sus fríos dedos hacen contacto con mi pie que comienza a hormiguear, frunzo el ceño al no sentirlo del todo desagradable y sacudo la cabeza, estoy perdiendo la razón.

—Creo que solo esta torcido, te llevare a la enfermería —habla poniéndose de pie, niego frenéticamente y lo tomo por los hombros.

—No, a la enfermería no por favor —pido, no quiero pensar la burla que seré si me ven entrar a la enfermería.

—De acuerdo, no te llevare a la enfermería, pero debemos conseguir algo de hielo —asiento y estoy a punto de ponerme de pie cuando el loco chico frente a mi pasa sus brazos por debajo de mí y me carga atrayéndome a su cuerpo, envuelvo mis manos alrededor de su cuello para no caer y lo observo interrogante.

—Vamos Alex, que no puedes ni ponerte de pie —alega al observar mi gesto, agacho la mirada avergonzada y sin más salimos del baño, en los pasillos todo se encuentra como lo deje antes de entrar al baño, parecen desérticos y lo serian de no ser por las voces que se escuchan a lo lejos en los salones de clases.

Observo a mi alrededor cuidando que no nos observen y cuando salimos al estacionamiento respiro aliviada, cuando creo que nos dirigimos a su auto Derek gira y nos adentramos en el jardín trasero de la escuela en donde algunas mesas adornan el lugar, me lleva hasta una de ellas y me sienta sobre ella, entregándome mi mochila y mi zapato, le agradezco y este se limita solo a asentir.

El cielo en tu mirada (COMPLETA)Where stories live. Discover now