La rebelión de los hombres

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Narrador

Nunca en ninguna guerra se había visto semejante espectáculo, la guerra entre los hombres paró al ver que no tenía quién los dirigiese.

Entre los hombres de alto mando, se levantó Mao diciendo:—¡Los dioses nos han abandonado! ¡No le importamos a sus hijos!

—¡Es hora que la era de los hombres empiece y la de los dioses termine!

Los soldados apoyan aquella premisa, así que, asesinan a todos los consejeros de Astoria.

A su lado reina Ro, líder de los Sayf, había tomado el poder, debido a que, los dos tenían un amorío desde hace unos años.

—Vaya...hace años que no estaba aquí.

—Tal como te lo prometí.

—No puedo creer que esté sentada aquí.

Morgana

—¡Morgana! ¡Morgana!

Detuve el caballo y Rowena baja preguntando:—¿Por que me salvaste?

—¿Para eso nos detuvimos?

—Quiero quitarme esto.

Nos quitamos nuestras armaduras, Rowena vuelve todas esas piezas en una enorme bola de metal, que llevábamos levitando.

—Sabes, siempre me ha parecido genial lo que haces.

—¿En serio?

—Sí, tienes la capacidad de controlar todo el metal que quieras.

—¿A dónde iremos?

—No lo sé...

—Vamos al templo de Helio.

—De acuerdo.

Erwin

Llegamos al templo en donde la tenue luz de la luna nos ilumina, intentamos invocar a Selene que aparece frente a nosotros y nos pregunta:—¿Qué desean jóvenes príncipes?

—¿Fuiste tú quién nos puso esos sueños?

—¿Qué misión quieres que cumplamos?

—Quiero que encuentren a mi hermano.

—¿Otro? ¿De qué está hablando?

Kendra me cuenta acerca de la otra leyenda de la creación del mundo quedé sorprendido ¿Cómo es que mi madre no sabe de esto?

Kendra un poco confundida pregunta:—¿Para qué quiere que lo encontremos?

—¿Por que nos ayudas? La vida humana para un dios es insignificante.

—Sólo alguien digno puede reinar.

Selene se marcha del templo, la ira se apoderó de todo mi ser ¿Cómo pudimos ser tan estúpidos? Ninguno de nosotros éramos dignos...Sólo un dios es capaz de reemplazar otro dios.

—Entonces, sólo somos una pieza de su estúpido juego.

—No...

Kendra con lágrimas en los ojos dice:—En estos momentos Rowena debe estar muerta.

—Entonces...¿Este es nuestro propósito?

—Aún podemos salvar a la humanidad.

Kendra y yo emprendimos viaje en rumbo a lo desconocido, así que, al primer lugar que decidimos ir fue a las montañas de Kavoúri.

Allí habitaba un enorme cangrejo que custodiaba el lago con el mismo nombre.

Cuentan algunas historias de los marineros que se escuchan voces provenientes de la cueva habitada por el cangrejo.

Los niños del sol [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora